EDITORIAL.
SELECCIÓN DE: JOSÉ
FRANCISCO COELLO UGALDE.
Esta pluma, esta voz tan puntual como la de Arturo Alcalde Justiniani ha
logrado descifrar el nuevo escenario laboral que impera en nuestro país,
víctima de los mandatos que ya no solo establecen, como se decía años atrás el Fondo Monetario Internacional, o
aquellas imperiosas órdenes surgidas desde la Casa Blanca. No. Todo lo que
ustedes tendrán ocasión de leer, proviene del peso que ha impuesto la
postmodernidad, el neoliberalismo, dos poderosas corrientes que obligaron a
nuestro país a materializar, entre otras la Reforma Energética y sus Leyes
Secundarias para hacer posible lo que ya es esa cruda realidad en el sector de
los trabajadores, cada vez con menos posibilidades de garantizar no solo su
ingreso al mercado laboral, sino la culminación de todo un número de años
dedicado a estos menesteres que dignamente marcarían el destino de cualquier
obrero o trabajador para llegar a la etapa de madurez con absolutas garantías
de una jubilación honrosa y sustentable. Van ustedes a conocer en el siguiente
texto la triste realidad a la que ha llegado este país, uno más de los
sometidos por tan monstruosa realidad.
La Jornada, sábado 28 de mayo de 2016, p. 16.
Y es que uno va encontrando por la calle, las suficientes razones en las
que el desempleo se ha apoderado de estos espacios públicos. E incluso, hay
otro tipo de ejemplos que lastiman, ofenden a la clase trabajadora. Aquí una
muestra:
Estos son los logros, las auténticas
conquistas a las que han llegado nuestros políticos, quienes en forma mentirosa
y ofensiva, han debilitado la presencia de los obreros para convertirlos en “desechables”. Seguramente esos políticos estarán muy satisfechos...
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