martes, 29 de enero de 2013

PERFILES DE LUZ, O GALERÍA DE PERSONAJES.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

FREDERICK STARK PEARSON (1866 - 1915).

   La mejor forma de comenzar esta serie es recordando y evocando también, al Ing. Frederick Stark Pearson, creador en buena medida de la que originalmente fue la Mexican Light and Power Company, Limited y, con los años consolidada como Luz y Fuerza del Centro.

   En realidad, ¿quién fue el también conocido como Dr. Pearson?

Retrato en relieve que, por muchos años permaneció en las oficinas de Gante Nº 20,  y más tarde en uno de los vestíbulos del edificio “Verónica”.

   Fred Stark Pearson nació el 3 de julio de 1866 en la población de Lowell, Mass., E.U.A., y recibió su título de Ingeniero Electricista en 1885, en el “Tufts College”.
   En 1903 vino a México el Ingeniero Pearson y habiendo hecho una visita a la región de Necaxa, se dio cuenta de las posibilidades enormes de aquel lugar, y concibió los desarrollos hidroeléctricos de Necaxa, los cuales realizó más tarde, como un verdadero milagro de su genio y de su fe.
   Fueron los desarrollos de Necaxa las primeras obras hidroeléctricas que se emprendieron en México, siendo por lo tanto el Dr. Piearson, el fundador de la industria hidroeléctrica en el país.
   Los desarrollos de Necaxa están considerados  entre los más notables del mundo, en su género, y no sólo dichas obras fueron concebidas y realizadas por el Dr. Pearson, sino que ya anteriormente este genio de la ciencia había efectuado grandes trabajos en Brasil, para la producción de energía eléctrica, en Sao Paulo y Río de Janeiro.

Un detalle de la leyenda inscrita en la placa del relieve.

   De Brasil el Dr. Pearson vino a México, donde realizó, como se dijo anteriormente, la estupenda obra de Necaxa; luego fue a Barcelona, donde también proyectó y realizó importantísimos desarrollos hidroeléctricos.
   Realizó también el Dr. Pearson notables trabajos en las ciudades de Toronto, Winnipeg y Cataratas del Niágara, Canadá; el Paso, Texas y Ciudad Juárez.
   La ironía del destino quiso que este hombre genial, que en su vida lograra dominar con su ciencia y su fe a los más poderosos elementos de la naturaleza, cayera al fin víctima de ellos: el Dr. Pearson pereció en el desastre del “Lusitania”, el 7 de mayo de 1915.

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