martes, 17 de diciembre de 2013

EDITORIAL.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Grave, muy grave es el asunto en cómo sigue funcionando el contratismo que la Comisión Federal de Electricidad mantiene como práctica de mal manejo, en vez de apostar y convertirse en “patrón sustituto” en abundante beneficio para una comunidad de electricistas capaces que, en su condición de “resistencia” persisten en defender una sola causa: la reinserción laboral de miles de SMEitas que no consiguen ser escuchado por CFE, la que ahora es cómplice de un asunto que se describirá a continuación.
   Ayer lunes, y luego del mediodía, la colonia del Valle se sumió en un caos inédito, como resultado de una maniobra que contratistas de la CFE realizaron en forma incorrecta, en el cruce de Eje 6 Sur “Ángel Urraza” esquina con Amores. Con o sin información, la víspera, esa cuadrilla en acción rompieron una tubería de 1.30 cm ɸ, provocando un agujero de 40 centímetros de diámetro, mismo que se convirtió en el foco de una fuga de agua potable que alcanzó niveles desproporcionados, obligando a la autoridad del Gobierno del Distrito Federal a actuar de inmediato. Entre las consecuencias, además del derrame del valioso líquido, estuvo un infernal “embotellamiento” que puso de cabeza a buena parte de la comunidad de esta colonia, y de miles de conductores.


   Ha comentado la autoridad en la capital que luego de hacer todas las estimaciones que sean convenientes, se sancionará a quien resulte responsable de este acto de omisión o descuido, que no refleja otra cosa que el hecho de que el trabajo que estaban haciendo en el sitio donde ocurrió el conflicto, poco tiene que ver con las instalaciones subterráneas que en algún momento realizó, trabajó, instaló y puso en servicio Luz y Fuerza del Centro, donde además, y si se trata de cables en 23 u 85 kV, esto es todavía más riesgoso, pues supone el hecho de que para ello debió realizarse una acción coordinada a partir de una “licencia”.


Trabajar en esas tensiones significa un estudio previo, donde además va de por medio la seguridad de los trabajadores. Todo sigue un código, una lectura de planos perfectamente diferenciados de otras tantas instalaciones como las hidráulicas (agua potable o aguas pluviales). Las telefónicas, las gaseras, y de otra índole, muchas de las cuales siendo subterráneas o embutidas, deben contar con la señalización adecuada a nivel de banqueta o pavimento para su correcta ubicación. Y en ese sentido, lo saben muy bien los trabajadores de cada empresa citada hasta aquí. Menos los contratistas, que siguen sumando desaciertos, y en otros casos, que son más lamentables, heridos y hasta fallecidos por acciones totalmente involuntarias e incorrectas.
   A poco más de cuatro años y dos meses de la extinción de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro, y con la toma de control por parte de la Comisión Federal de la Electricidad, siguen siendo notorios una serie de casos como el que ahora se ventila, el cual se suma a la lista de irregularidades que una empresa que se han cansado de calificar como de “clase mundial” parece no entender que con hechos como los ocurridos ayer, se vuelve a repetir el síntoma de ineficiencia, de desconocimiento que pone en riesgo a una gran concentración de la comunidad que, como en estos casos, fue resentido por los pobladores de una colonia con fuerte carga de concentración habitacional, así como de conflictos urbanos que como el presente, provocaron que se saliera de control un conjunto de circunstancias cotidianas.
   Ahora, además de que la reparación sigue a marchas forzadas, y de que la autoridad delegacional promete su normalidad en breve, el hecho es que este caso, viene a dejar otro mal sabor de boca. Si con este caso, reitero, la CFE no responde a sus estándares de calidad, o lo que pretende ser eso, seguiremos padeciendo tamaños desfiguros. 


   Alguien será responsable de tales daños… o no?


Diciembre 17 de 2013.

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