ANTONIO AZPIRI RUIZ, “EL LEÓN DE LAS CANCHAS”.

PERFILES DE LUZ, O GALERÍA DE PERSONAJES. RESEÑAS PUBLICADAS EN EL BLOG: LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Seguramente que los buenos aficionados al deporte del balompié recuerdan todavía con cariño las hazañas deportivas de nuestro buen amigo y compañero de labores. Toño Azpiri, a quien los aficionados bautizaron con el apodo de “El León de las Canchas”, mote por cierto muy bien aplicado, ya que efectivamente era un león defendiendo las camisetas que vistió durante su brillante carrera deportiva.

   Toño nació hace 46 años (es decir, en 1911), en la 4 veces heroica ciudad de Veracruz. A los 6 años sus padres lo llevaron a radicar a Orizaba –cuna de buenos futbolistas-, donde empezó a dar sus primeras patadas. A los 12 años vistió su primera camiseta en el equipo de los infantiles del Club ADO. De este club pasó al equipo de su escuela que por cierto ostentaba el nombre del plantel “Zaragoza”. Posteriormente reingresó al ADO, pero en esa ocasión a juveniles para más tarde pasar a la primera fuerza amateur de ese equipo.

   Toño Azpiri vino a México en 1931 a insistencias de aquel famoso portero y después magnífico entrenador que se llama Ernesto Pauler y del Sr. A. C. Crowle, directivo del Club Necaxa. En esa época Antonio contaba con escasos 19 años de edad, y desde su ingreso a las reservas del equipo “Necaxa” demostró tener madera para convertirse en el magnífico jugador que en numerosas ocasiones defendió los colores de México en el extranjero. Por su categoría y su afición, Toño Azpiri se encumbró rápidamente al equipo de 1ª Fuerza que más tarde había de ser el famosísimo “Campenosísimo Necaxa”.

   La época de oro del foot-ball nacional, cuando todavía no se consideraba como profesional, fue de 1935 a 1940, pues durante este lapso surgió este famoso club de los 11 hermanos.

   En 1934 por sus magníficas actuaciones fue seleccionado para formar parte del equipo nacional que compitió contra Cuba para ganar el derecho de asistir al Campeonato Mundial celebrado en la ciudad de Roma. En esa ocasión México superó al equipo cubano por las anotaciones de 3-2 y 5-0; siendo eliminado posteriormente en Roma por el equipo de los Estados Unidos el cual nos superó por 4 goles a 2. Por cierto que en ese partido a Toño le salió su buen genio (?) siendo expulsado por un supuesto faul restándole potencia al equipo nacional.

   Durante su estancia en Europa, la Selección Nacional tuvo oportunidad de celebrar encuentros en Holanda, Suiza, Alemania y España, habiendo conocido además Francia.

   En 1936 y en 1938 representó a México en los Juegos Centroamericanos celebrados en la República de El Salvador y Panamá respectivamente, habiendo obtenido en ambas fechas los campeonatos que los acreditaron como campeones centroamericanos.

  

    Toño nos platica con cierta tristeza que el Campeonísimo Necaxa desapareció en 1943, fecha en que pensó retirarse pero que, por considerarse aún con facultades para seguir en la brega ingresó al Club América, cuando ya finalizaba el campeonato de 1944.

   Nuestro entrevista prácticamente empezó su carrera futbolística y la terminó en Orizaba, pues al salir del Club América se fue al Moctezuma de Orizaba para participar en los Campeonatos de 1945 a 1951, año en que se retiró. Durante su brillante trayectoria deportiva obtuvo más de 30 medallas independientemente del sinnúmero de trofeos ganados en colaboración con sus clubes. Azpiri considera que sus mejores partidos fueron contra el Atletic de Bilbao al que le ganaron por 4-1, al Botafogo de Brasil por 3 a 2 así como al Audax de Chile por 3 a 1.

   En sus mocedades, independientemente de su querido deporte, practicó el arte de Cúchares, el beisbol, el foot-ball americano y los clavados en natación. Los “guamazos” le atraían sobremanera… y hasta la fecha.

   Nuestro amigo y compañero actualmente trabaja en la Sucursal “Polanco” dependiente de la Dirección Comercial y ya retirado de la actividad deportiva, vive tranquilo y feliz al lado de su esposa y su robusto retoño.

  

Fuente: Revista LyF, año IV, N° 34, del 1° de junio de 1957, p. 5-10.