martes, 19 de agosto de 2014

LA ESTACIÓN DE NONOALCO EN 1924.

CENTROS DE TRABAJO EN LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   En pasadas ocasiones me he ocupado de otros tantos datos provenientes de la planta “Nonoalco”, la cual jugó un papel relevante en la infraestructura de la entonces Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A., así como también de la Compañía Mexicana de Tranvías, cuando ambas empresas trabajaban conjuntamente.
   En esta ocasión, y gracias a que pude tener acceso a una interesante publicación de la época, y que llevó el nombre de Tranvías y Luz, me permito compartir con ustedes sobre lo que se pensaba en aquellos tiempos al respecto de un elemento prioritario como una planta eléctrica.

LA ESTACIÓN DE NONOALCO

   La estación de Nonoalco puede considerarse como el cerebro que gobierna las actividades de las Compañías de Tranvías y de Luz, distribuyendo la energía necesaria para mover los carros en todo el Distrito Federal., y los motores en las fábricas, calentar los radiadores y estufas, y proporcionar el alumbrado público y particular. Allí llega la poderosa corriente eléctrica transmitida desde Necaxa, encargándose el operador de distribuirla a las diversas estaciones secundarias, en diferentes puntos de la ciudad, de acuerdo con las exigencias del servicio de tracción y de luz, transformándola en alta o en baja tensión respectivamente. Las plantas en Indianilla, La Verónica, La Nana, Churubusco, Mixcoac y Xochimilco, reciben la corriente de la planta matriz en Nonoalco y la transforman de 20,000 volts corriente alterna a 600 volts, directa, si es para mover los tranvías, o en 216 voltios si es para alumbrado.
   El operador de Nonoalco es un verdadero dictador de energía eléctrica y a él llegan todos los avisos de accidentes, desprendimiento de cables, interrupción de la luz, etc., por los cuales se rige para suministrar corriente aumentando o disminuyendo su volumen en determinadas zonas, según lo requiera el caso, y ordenando que se hagan las reparaciones necesarias.
   Con tal motivo el operador de Nonoalco necesita una cooperación efectiva del Departamento de Trafico, en lo que se refiere a la exactitud y escrupulosidad con que se le den los avisos de los accidentes o desperfectos, pudiendo así dictar sus órdenes, en beneficio del buen servicio.
   Supongamos que por una razón cualquiera hay necesidad de desviar los carros por determinada línea, haciéndolo tomar otra ruta. Esto ocasiona un consumo mayor de corriente eléctrica en la nueva ruta que toman los carros, originando a su vez que se abra la “quebradora”[1] en la planta correspondiente. Si se da aviso oportuno de la desviación que se hizo, el operador de Nonoalco enviará mayor cantidad de corriente a la planta que lo necesita, para que el servicio de haga con regularidad y no sufra ningún trastorno.
   Hay necesidad también de hacer hincapié sobre la conveniencia de informar con precisión acerca de la importancia de un desperfecto, a fin de que al ordenar la recuperación se le de la preferencia que merezca.
   Por ejemplo, el operador de Nonoalco recibe aviso de que en Xochimilco se desprendió una “oreja”[2] y piden con urgencia que se envíe el carro elevado para hacer la reparación cuanto antes, porque hay peligro de que el servicio se suspenda de un momento a otro. El aviso es apremiante y piden que salga inmediatamente el carro.
   Casi al mismo tiempo el operador recibe otro aviso de que en la Avenida del 16 de Septiembre el cable está flojo y dos “vientos”[3] se han reventado, pidiendo también el envío inmediato del carro.


He aquí un generador de turbina de vapor de 500 caballos de fuerza, en la instalación de la antigua planta de vapor de Nonoalco, ciudad de México (Ca. 1910). Col. del autor.

   Como el mensaje de Xochimilco hizo creer que el desperfecto allá era muy serio, se le dio preferencia y se envió el carro reparador, pero al llegar se vio que la reparación muy bien pudo esperado dos o tres horas sin que se resintiera el servicio. En cambio, en la Avenida del 16 de Septiembre sí urgía que la reparación se hiciera inmediatamente y hubo necesidad de esperar a que regresara el carro elevado. Si el empleado que envió el mensaje desde Xochimilco, hubiese tenido la precaución de observar cuidadosamente el desprendimiento de la “oreja”, avisando que no era de inmediata necesidad la reparación, sino que podía esperar dos horas, el carro hubiese ido primero a la Avenida del 16 de Septiembre en donde sí se necesitaba con urgencia.
   Por lo tanto, es de recomendarse al personal de tráfico que de a sus informes la importancia que efectivamente merezcan, sin decir que urgen una reparación inmediata a más que en los casos que así lo requieran, comunicando en los demás cuánto tiempo puede tardar, en su opinión, en llegar el personal correspondiente al sitio del desperfecto. En la actualidad, como a todos los casos se les da el carácter de extraordinaria urgencia, el operador de Nonoalco da preferencia a las órdenes de compostura según su criterio personal. Así se logrará que las reparaciones se hagan con mayor rapidez y oportunidad, porque irán siendo efectuadas de acuerdo con la importancia del peligro que ofrezcan al servicio.
Tranvías y Luz, T. I, México, D.F., junio 15 de 1924, N° 3, p. 1 y 4 respectivamente.




[1] Se refieren por “quebradora” a funciones muy parecidas que realiza un interruptor.
[2] Desconozco a qué se referiría el redactor de la nota cuando menciona el término “oreja”. Muchas partes de los equipos, y a lo largo de diversas épocas, adquirieron nombres coloquiales que sólo los trabajadores conocían o identificaban sin estar necesariamente de por medio el nombre técnico de los mismos. En lo particular recuerdo que, para identificar a un cuerpo de aisladores en porcelana se le conocía en el campo como “pirindongo”.
[3] Quizá se refiera a “vientos” a la o las retenidas.

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