lunes, 12 de junio de 2017

SOBRE ALGUNAS CONTINGENCIAS OCURRIDAS EN EL OTOÑO DE 1967.

CURIOSIDADES ELÉCTRICAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.


   Recientemente me había ocupado de un asunto inherente al malestar que clientes y empresarios habían mostrado, a raíz de los constantes apagones que se registraron en la zona centro, pero sobre todo en la capital del país durante el mes de abril de 1967. Sea como sea, el hecho es que poco a poco las cosas comenzaron a normalizarse.
   Es más, en un desplegado que mandó insertar el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana el 27 de septiembre se puede leer lo siguiente:


   Durante ese mismo mes, los daños que habían venido ocasionando huracanes y temporales de magnitud muy importante, dejaron en muy malas condiciones buena parte de la infraestructura controlada por la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A., así como de la Comisión Federal de Electricidad. Por tal motivo, hubo necesidad de que la propia Compañía de Luz emitiera el siguiente aviso, con fecha del 4 de octubre:


   Fue tal el conflicto que, en otra “Editorial” ubicada en el Heraldo de México del 3 de octubre, se dan a conocer una serie de opiniones que valen la pena conocerlas para ponernos en la realidad de contexto:


   Y dio la casualidad de que para el 19 de septiembre, y en El Sol de México apareciera una nota más, insinuante de un estado de cosas que finalmente no prosperó, pero en el cual se contaba con un caldo de cultivo surgido de diversas circunstancias que venían o estaban involucrando a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (venía o estaba involucrada, sería la otra condicionante). El texto de aquella insinuante colaboración fue “cabeceado” como sigue: “Reestructurarán la Cía. de Luz a Favor del País” (sic).
   No podía ser mejor la intención con que se exhibió aquel texto en el que, de entrada, se apunta: “La industria eléctrica será reestructurada en forma nacional, a fin de que todas las compañías subsidiarias, la Comisión Federal y la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, armónicamente conjuntadas, rindan mayores beneficios al país.
   Y sigue así:
   “Lo anterior fue afirmado por Jorge Torres Ordóñez, secretario del exterior del Sindicato Mexicano de Electricistas, quien dijo que la necesidad de esa reestructuración general ha planteado modificaciones de fondo en todas las dependencias de la Cía. de Luz y Fuerza del Centro”.
   Lamentablemente no podría confrontar el dicho de este antiguo dirigente, pues no cuento para ello con LUX. La Revista de los Trabajadores, publicación de la que actualmente estoy realizando un amplio trabajo de acopio y digitalización para alcanzar en muy poco tiempo la totalidad de su edición, desde 1928 y hasta nuestros días, con lo que para el próximo año llegará a sus primeros 90 años de vida.
   De regreso a este apunte del que se desprenden diversas opiniones, se llegan a proponer los ocho puntos establecidos por la empresa para culminar en aquella nueva imagen que se pretendía. Me parece apropiado que, para no extender una opinión equivocada o sesgada, sea preferible incluir a continuación lo que directamente aparece en la edición del 19 de septiembre, como ya se indicó. Hagan ustedes su propio balance.



   Quizá por todas esas razones, no es casual que también, a través de la prensa se emitieran diversos mensajes subliminales que, como los de esta “Integración Eléctrica” también se proyectaba a través de El Sol de México, justo en su edición del 16 de agosto de 1967. Es decir, que algún plan venía orquestándose para aprovechar y adelantarse al discurso que vendría con motivo de la conmemoración al séptimo aniversario de la “nacionalización de la industria eléctrica”. Es bueno recordar que quien dirigía este diario, era un importante capitalista, José García Valseca, a quien seguramente aquellas circunstancias en tanto gente de capacidad económica importante, aplicada al proceso industrial, le generaban un problema de gran magnitud al verse afectado, como uno más, en la garantía de mantener estables sus proyectos, que por entonces seguían siendo ascendentes.


   Desconozco al autor de esta interesante ilustración, pero presenta a un “Prometeo” moderno que, montado en un “carro triunfal” el que lleva en su cara principal el escudo nacional, se une con un solo brazo al tiro de cuadrúpedos que seguramente desplazan dicha pieza. Con la otra mano, sostiene el rayo y, en primer plano aparece un sistema de engranaje que refleja lo perfecto que puede ser su funcionamiento en la medida de esa armonía que semanas más adelante se intentó divulgar, aunque sin resultados favorables, como se puede entender al concluir la nota que daba a conocer las intenciones de reestructurar a la Compañía de Luz y Fuerza a favor del país.

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