LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA.
LÍNEAS DE TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
En el mes de junio de 1956 se inauguró
oficialmente el servicio eléctrico para uso doméstico en las entonces colonias
proletarias “Reynosa Tamaulipas” y “Olivar del Conde”, ubicadas en las
delegaciones de Azcapotzalco y San Ángel respectivamente, mediante sencillas
ceremonias en las que participaron funcionarios del Gobierno, de la Compañía de
Luz y representantes de las 12,000 colonos beneficiados.
Además de las antes mencionadas, se tenía
previsto para el mismo año la terminación de instalaciones eléctricas
necesarias para la electrificación de las colonias Sinatel, Progreso del Sur,
Sector Popular Obrero, Puebla, Zaragoza, Gómez Farías, Aragón-Inguarán,
Tlacoligia, Santa Rosa, Hogar y Redención.
Según los datos recabados por las
autoridades del Distrito Federal, existían entonces en la ciudad de México poco
más de 200 colonias proletarias que se formaron a lo largo de varios años. Con ello
también se creó el problema de que el gobierno no estaba en posibilidad de
proporcionar los servicios públicos con la misma rapidez con que se forman
estos nuevos núcleos de población.
De esas 200 colonias, un buen número
disfrutaba ya de servicio eléctrico. La solicitud directa del gobierno local
fue que la Compañía de Luz electrificara 116 de ellas, de las cuales 86,
estaban reconocidas como proletarias. Se calculó que esta tarea podría
terminarse en un plazo de tres años, reportando beneficios a una población de
250,000 habitantes, si se consideraba que había 60,000 lotes en estas colonias
con un promedio de cuatro habitantes por lote. El costo de estas obras
representó para la Empresa, una inversión de 18 millones de pesos, tomando como
base los precios actuales que entonces había de materiales y mano de obra. De esta
suma, la mayor parte sería aportada por la Compañía de Luz y el resto, en
reducida proporción, y en forma de cooperación por los particulares
beneficiados.
Dichas instalaciones significaron además,
una cooperación importante de la Empresa a los servicios públicos, ya que una
vez hecho el tendido de líneas, era fácil y de poco costo para las Autoridades,
llevar a cabo los trabajos complementarios de alumbrado público.
En los complejos trabajos de electrificación
de colonias, intervienen los siguientes departamentos: Distribución, en lo
relativo a estudios y presupuestos; Consumidores, para la formulación de los
padrones de cooperación, la preparación y firma de contratos; Obras Civiles, en
la fabricación de postes; Líneas Aéreas en el tendido de la red; Inspección, en
el cobro de la cooperación a particulares y contratación de servicios;
Conexiones y Medidores, como su nombre lo indica, en la conexión del servicio a
domicilio y la colocación de medidores.
La tarea era ardua, por las múltiples
dificultades que debían vencerse. Sin embargo, fue estimulante observar el
entusiasmo con que el personal de la Empresa y los particulares cooperarlo para
resolver todo tipo de dificultades, ya que tal parece que todos sentían por
igual, el deseo de ayudar en tan enorme tarea.
Una vez electrificada una colonia
proletaria, la Compañía de Luz –se consideraba entonces- “ha hecho un mal
negocio”, pero en cambio realizó una obra social. En efecto, los bajos consumos
de energía eléctrica que en su gran mayoría se registran en estos casos, desde
un punto de vista económico, no justificarían el costo de las instalaciones, ya
que el importe de dichos consumos sólo cubre una parte mínima del valor de la
inversión. Tratándose de una Empresa de servicio público, la Compañía, sin
embargo, se sentía y siguió sintiéndose obligada en cooperar con las Autoridades
en la resolución de complejos problemas para atender las necesidades más
urgentes, en este caso particular, de las colonias proletarias.
Fuente:
Revista LyF, Año II, N° 23, de julio
1° de 1956, p. 1-4.
No hay comentarios:
Publicar un comentario