jueves, 3 de octubre de 2013

EL SERVICIO ELÉCTRICO A COLONIAS PROLETARIAS.

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. LÍNEAS DE TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   En el mes de junio de 1956 se inauguró oficialmente el servicio eléctrico para uso doméstico en las entonces colonias proletarias “Reynosa Tamaulipas” y “Olivar del Conde”, ubicadas en las delegaciones de Azcapotzalco y San Ángel respectivamente, mediante sencillas ceremonias en las que participaron funcionarios del Gobierno, de la Compañía de Luz y representantes de las 12,000 colonos beneficiados.
  


   Además de las antes mencionadas, se tenía previsto para el mismo año la terminación de instalaciones eléctricas necesarias para la electrificación de las colonias Sinatel, Progreso del Sur, Sector Popular Obrero, Puebla, Zaragoza, Gómez Farías, Aragón-Inguarán, Tlacoligia, Santa Rosa, Hogar y Redención.
   Según los datos recabados por las autoridades del Distrito Federal, existían entonces en la ciudad de México poco más de 200 colonias proletarias que se formaron a lo largo de varios años. Con ello también se creó el problema de que el gobierno no estaba en posibilidad de proporcionar los servicios públicos con la misma rapidez con que se forman estos nuevos núcleos de población.
   De esas 200 colonias, un buen número disfrutaba ya de servicio eléctrico. La solicitud directa del gobierno local fue que la Compañía de Luz electrificara 116 de ellas, de las cuales 86, estaban reconocidas como proletarias. Se calculó que esta tarea podría terminarse en un plazo de tres años, reportando beneficios a una población de 250,000 habitantes, si se consideraba que había 60,000 lotes en estas colonias con un promedio de cuatro habitantes por lote. El costo de estas obras representó para la Empresa, una inversión de 18 millones de pesos, tomando como base los precios actuales que entonces había de materiales y mano de obra. De esta suma, la mayor parte sería aportada por la Compañía de Luz y el resto, en reducida proporción, y en forma de cooperación por los particulares beneficiados.


   Dichas instalaciones significaron además, una cooperación importante de la Empresa a los servicios públicos, ya que una vez hecho el tendido de líneas, era fácil y de poco costo para las Autoridades, llevar a cabo los trabajos complementarios de alumbrado público.



   En los complejos trabajos de electrificación de colonias, intervienen los siguientes departamentos: Distribución, en lo relativo a estudios y presupuestos; Consumidores, para la formulación de los padrones de cooperación, la preparación y firma de contratos; Obras Civiles, en la fabricación de postes; Líneas Aéreas en el tendido de la red; Inspección, en el cobro de la cooperación a particulares y contratación de servicios; Conexiones y Medidores, como su nombre lo indica, en la conexión del servicio a domicilio y la colocación de medidores. 



   La tarea era ardua, por las múltiples dificultades que debían vencerse. Sin embargo, fue estimulante observar el entusiasmo con que el personal de la Empresa y los particulares cooperarlo para resolver todo tipo de dificultades, ya que tal parece que todos sentían por igual, el deseo de ayudar en tan enorme tarea.

 

   Una vez electrificada una colonia proletaria, la Compañía de Luz –se consideraba entonces- “ha hecho un mal negocio”, pero en cambio realizó una obra social. En efecto, los bajos consumos de energía eléctrica que en su gran mayoría se registran en estos casos, desde un punto de vista económico, no justificarían el costo de las instalaciones, ya que el importe de dichos consumos sólo cubre una parte mínima del valor de la inversión. Tratándose de una Empresa de servicio público, la Compañía, sin embargo, se sentía y siguió sintiéndose obligada en cooperar con las Autoridades en la resolución de complejos problemas para atender las necesidades más urgentes, en este caso particular, de las colonias proletarias.

Fuente: Revista LyF, Año II, N° 23, de julio 1° de 1956, p. 1-4.

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