jueves, 3 de octubre de 2013

¿POR QUÉ ELEVAN LAS TARIFAS DE LA LUZ…?

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. DEL ANECDOTARIO ELECTRICISTA.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   Hoy día, y me refiero a los acontecimientos de este 2013 que sigue avanzando, se tiene un registro lo bastante abultado sobre el exceso, los abusos que sigue cometiendo la Comisión Federal de Electricidad al respecto de las tarifas que cobra a usuarios domésticos e industriales, luego de que desde octubre de 2009, con la extinción de Luz y Fuerza del Centro, tiene el control de todo este tipo de servicios en el país. Con el consiguiente redireccionamiento de dicha responsabilidad, sus criterios, sobre todo en el centro del país, que fue la zona de influencia de LyFC, el fenómeno de “tarifas locas” se ha hecho un común denominador, con lo que los valores que aparecen en recibos que nos llegan en forma bimestral, arrojan cantidades que exceden la lógica y hasta el sentido común. No sabemos hasta cuando se controlará dicha situación. Lamentablemente es un asunto en el que su silencio o su incapacidad no dan lo suficiente para dar cara a la sociedad.
   Sin embargo, el tema no es nuevo. Y no lo es, si ya desde épocas como el año de 1956, existen cuestionamientos que, en este caso particular, recayeron en la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A., a partir de la opinión severa de un sector de empresarios que comenzaron a hacer campaña de desprestigio, pero también a dejar en claro la situación de crisis por la que pasaba la entonces CMLyFM, S.A. Desde luego, eran otras las circunstancias, puesto que la propia empresa ya estaba empezando a dar señales de inanición económica, misma que se vio respaldada muchas veces por el gobierno el que, finalmente, en la persona del Lic. Adolfo López Mateos terminó por nacionalizarla en septiembre de 1960. Es por eso que, en una entrevista que realizó Fernando Revuelta al señor Guillermo Castro Ulloa, a la sazón Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, y que fue publicada en La Hora de México en su número de agosto de 1956.
   Conviene compartir con los lectores de Luz y Fuerza de la memoria histórica tan interesante como reveladora visión, la del sector integrado por la elite empresarial en este país, hace 57 años, lo que significa entender hacia donde apuntaban los destinos de una empresa vigilada por el grupo empresarial. Se trata de una visión crítica muy dura, si sabemos que proviene de los estamentos que cuidaban y siguen cuidando sus intereses económicos en aras de sacar la mayor conveniencia para dicho segmento, y para lo cual sólo existe una mirada, la que estos señores tenían en la escala empresarial. El resto de un universo laboral sustentando en la mano de obra de los trabajadores prácticamente no existe. Se trata de entender qué es lo que pensaba el pragmatismo del grupo cuya afirmación en la economía de este país ya no sólo estaba convencido del “desarrollo estabilizador” puesto en práctica por Adolfo Ruiz Cortines, presidente en turno por aquellos días (entre 1954 y 1960), cuyo gobierno tuvo que enfrentar diversos brotes de descontento, surgidos precisamente del sector obrero. Allí están los telegrafistas, ferrocarrileros y miembros del magisterio que en aras de mejores salarios o sustitución de líderes sindicales, amenazaron con la huelga. Los disturbios no se hicieron esperar, pues tal situación socavaba el viejo principio de la legitimidad de los gobiernos revolucionarios, puesto que tal movilización dejaba ver que el sistema de alguna manera comenzaba a deslindarse de su compromiso moral respecto al mejoramiento del nivel de vida de los trabajadores, quienes no toleraban que la presencia de cierto liderazgo estuviese emparentado precisamente con el gobierno, con lo cual, y como era de esperarse, se desataron dichas reacciones sociales.
   Pues bien, vayamos al contenido de aquella interesante entrevista.

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La Hora de México en su número de agosto de 1956. 

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