jueves, 5 de junio de 2014

SENTIDO HOMENAJE AL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS. 1914-1964.

CAPÍTULO ESPECIAL. LA REVISTA LUX Y SU PARTICIPACIÓN EN EL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS. (1928 – 2014).

LA PRESENTE ENTREGA, QUE ES LA N° 400 EN ESTE BLOG, LA DEDICO CARIÑOSAMENTE AL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS, INSTITUCIÓN QUE ESTÁ POR CUMPLIR SU CENTENARIO DE EXISTENCIA EL PRÓXIMO 14 DE DICIEMBRE.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Con la siguiente portada de LUX. La revista de los trabajadores se conmemoraba el cincuentenario del Sindicato Mexicano de Electricistas (1914-1964):


   Alcanzo a percibir una estela de gratos recuerdos, los que deben haber impulsado aquellos viejos compañeros, trabajadores que pertenecieron al Sindicato Mexicano de Electricistas, el que en ese año alcanzaba a materializar uno de los objetivos más complejos establecidos por toda organización: la permanencia. A ese estado de cosas, la vigencia y su justificable presencia en un ambiente que, desde luego ya no era el mismo cuando surgió. El país había cambiado, y sus condiciones políticas, económicas y sociales tomaban distancia, por ejemplo del movimiento revolucionario de 1910, aunque cierta habilidad política tuviese que ser hábilmente manejada para hacer creer que su espíritu continuaba en las tareas emprendidas, en este caso por el partido en el poder: el Partido Revolucionario Institucional.
   Desde luego que el México de 1964 no era el mismo del de 1914.
   Hoy, año 2014, las circunstancias dejan percibir otro México bronco, ofendido, humillado, convertido en una especie de víctima por parte de un sistema político en que una nueva generación neoliberal, la que se impuso desde los años 80 del siglo pasado, ha pasado a formar parte del nuevo eje dogmático, pragmático también que está al servicio del neoliberalismo, de la postmodernidad, de la globalización y que tiene que responder (de alguna manera tiene que hacerlo) según vayan imponiéndose los dictados del mercado financiero mundial. Reformas como la política, energética, laboral, educativa y otros tantos nuevos senderos impuestos por el capitalismo emergente tienen en estos momentos a un país en plena recesión, aunque no lo quiera reconocer la clase política, y deben ser instancias como el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI, por sus siglas), los encargados de proporcionar una información incómoda, cuyos datos duros son capaces de demostrar que los alcances de un nuevo sexenio, por ejemplo, no llegan ni con mucho, a las metas previstas en campaña presidencial, ni tampoco pudieron darle calificación aprobatoria a dos o tres sexenios anteriores, por lo que definitivamente están reprobados en muchos sentidos.
   Desde luego, la peor ofensa que recibimos quienes nos formamos en un espacio destinado a la mano de obra aplicada en electricidad, fuimos los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, agremiados en su gran mayoría con el Sindicato Mexicano de Electricistas. La acción brutal emprendida por Felipe Calderón el 11 de octubre de 2009 puso en la calle a 45 mil trabajadores y 20 mil jubilados, y quedando toda la infraestructura de Luz y Fuerza del Centro bajo el control de su nuevo operario: La Comisión Federal de Electricidad.
   Desde luego que hoy, año 2014 el espíritu de muchos electricistas y sindicalizados el cual pretendían destruido y olvidado, pervive reflejado en una lucha que sigue vigente en varias expresiones. Sin embargo, en este aquí y ahora el Sindicato Mexicano de Electricistas y su actual dirigencia no ha dado absolutamente una señal clara de la forma en que conmemorará el centenario de tan noble institución, la cual ha sido víctima en diversas épocas de severos excesos de confianza. Lo peor en todo esto es que cometieran el grave error de la omisión histórica y se dejara pasar una enorme oportunidad, la de recordar la creación, hace un siglo del Sindicato Mexicano de Electricistas, pero también de imponerse un alto en el camino para evaluar todo lo que configuró al S.M.E., y también todo lo que le quitó esencias originales para convertirlo en suma de vicios. Del mismo modo, establecer junto con otras organizaciones el futuro sindical en este país, cada vez más amenazado de desaparecer o de debilitarse si no se cuidan los propósitos que dieron forma al sindicalismo, porque precisamente hoy, muchos sindicatos perviven en medio de un ambiente en el que sus principales enemigos no son los señores de la clase política, sino sus agremiados. Por tanto, si se trata de que se cuide la esencia hasta lo más que se pueda, del mismo modo que debe conservarse la materia de trabajo, esos derechos y esas obligaciones están en juego.
   Hoy, y no quiero equivocarme al afirmarlo, el Sindicato Mexicano de Electricistas parecería un organismo roto, fragmentado que necesita volver a crear la sola unidad de la que partió un día.
   Antes de dar fin a estas ideas, me parece apropiado recrear el cúmulo de sensaciones que se dieron hace cincuenta años, y que quedaron registrados en LUX. La revista de los trabajadores.

La conmemoración del CINCUENTENARIO.

   La conmemoración del cincuentenario del Sindicato Mexicano de Electricistas constituyó un acontecimiento de carácter nacional e internacional que rebasó todas nuestras predicciones. Durante quince días el SME vivió jornadas inolvidables.
   Desde el 25 de noviembre comenzaron a llegar las delegaciones de sindicatos hermanos de Francia, Unión Soviética, Estados Unidos, España, Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, El Salvador y Guatemala. Las delegaciones nacionales estuvieron constituidas por 50 dirigentes de las secciones del Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana y por representantes del Sindicato Nacional de Electricistas, Similares y Conexos de la República Mexicana.
   El desarrollo del programa desde el día primero hasta el 15 de diciembre se llevó a cabo estrictamente. La recepción en la Secretaría General fue un acto pleno de camaradería sindical; la guardia de honor en la Columna de la Independencia revistió elevada solemnidad; la asamblea del 2 de diciembre, en la que nuestro primer secretario general (se refieren estas notas al C. Luis R. Ochoa)  –las manos aún vigorosas- condecoró, en nombre del grupo de jubilados, el glorioso estandarte de nuestro sindicato y lo entregó a jóvenes representantes como un baluarte y una bandera invencible, causó un impacto inolvidable en el salón pletórico. Aquí se escuchó por primera vez el saludo emocionado de los delegados de los países hermanos que encontraban en México el calor inconfundible de la amistad internacional de los trabajadores.
   La Cía. de Luz y Fuerza del Centro y la Comisión Federal de Electricidad particularmente sus directores, Sr. Lic. Eduardo Garduño y Sr. Ing. Manuel Moreno Torres, no sólo dieron elementos y facilidades para que los delegados visitaran las plantas de Lechería, Necaxa, Infiernillo, Monterrey y Mazatepec, sino que se excedieron en atenciones. En las recepciones que ofrecieron en Monterrey el STERM y el SNESCRM y éste en el Club Electra de México, campeó un espíritu fraternal de insospechadas proporciones.
   Se firmó la declaración conjunta entre los delegados de los sindicatos de luz y fuerza de once países y de los representantes de los tres sindicatos electricistas de México, hecho que ocurrió en la asamblea de unidad y solidaridad sindical internacional que se efectuó en nuestro auditorio la mañana del 8 de diciembre. En esta asamblea, tal vez la de mayor importancia, hicieron uso de la palabra los compañeros Luciano Galicia, en nombre del Sindicato Mexicano de Electricistas; diputado Francisco Pérez Ríos, en representación del Sindicato Nacional de Electricistas, Similares y Conexos de la República Mexicana; el senador Rafael Galván, por el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la R.M. y todos los jefes de las delegaciones de los sindicatos de países hermanos que nos visitaban. La declaración conjunta fue publicada en los principales diarios del país y fue comentada en todos los círculos obreros y progresistas muy favorablemente, y los sindicatos firmantes la darán a conocer con amplitud en sus respectivos países.
   La visita a las plantas y a las divisiones de Lechería y Necaxa, dieron a los delegados una visión objetiva del comienzo y el desarrollo de la industria eléctrica del centro del país, en que laboramos; la que se efectuó a Cuernavaca, Taxco y Tepozotlán fue una panorámica de las bellezas naturales y los caracteres indelebles de nuestro pasado y nuestro presente. En Necaxa se inauguró brillantemente el estadio 14 de Diciembre y en Toluca el auditorio 27 de Septiembre. Estas dos obras caracterizan el desarrollo material de nuestro sindicato y el espíritu creador de nuestros compañeros de esas ciudades. Los recuerdos que trajeron de ella los delegados de sindicatos hermanos rebasan todo elogio; lo mismo sucedió en Pachuca y Tepuxtepec y en todas partes donde convivieron con nuestros compañeros.
   La conmemoración del día 14 merece capítulo aparte. La presencia del señor Presidente de la República, licenciado Gustavo Díaz Ordaz, que por primera vez en su gobierno visitaba un sindicato –y ese fue el nuestro- dio extraordinaria importancia a la asamblea. El Lic. Salomón González Blanco, secretario del Trabajo y Previsión Social, acompañó al Primer Mandatario. Estuvieron los representantes de las más importantes organizaciones obreras del país, y con especial simbolismo, los secretarios generales, que fueron recibidos con muestras extraordinarias de entusiasmo y cuyos nombres están grabados en una placa de bronce que ese día develó el presidente Díaz Ordaz.
   La cena que ofreció el Comité Central a los compañeros fundadores del sindicato y a los ex secretarios generales constituyó un éxito halagador en todos sentidos, y no podemos dejar de mencionar el ambigú que ofreció el licenciado Eduardo Garduño, presidente y gerente general de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. el 8 de diciembre en el edificio de Verónica, que fue un alarde de buen gusto. 

Apunte de Alberto Beltrán publicado en LUX.

   A todos los que coadyuvaron para este éxito los trabajadores les estaremos reconocidos, pues el SME ha salido de su cincuentenario más prestigiado nacional e internacionalmente.

LUX. La revista de los trabajadores, año XXXVII, N° 136, del 31 de diciembre de 1964, p. 1. Colección "Fátima Alvarado".

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