CURIOSIDADES
ELÉCTRICAS DE ANTAÑO EXHUMADA HOGAÑO.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
Nunca mejor aplicado el título de esta “Categoría”
en el blog de mi responsabilidad: CURIOSIDADES ELÉCTRICAS DE ANTAÑO EXHUMADAS
HOGAÑO. Y es que luego de leer el interesantísimo texto de Alonso Arreola que
apenas salió publicado ayer domingo en La
Jornada Semanal, suplemento Cultural de La
Jornada. Domingo 3 de agosto de 2014, N° 1013, p. 13 y que comparto ahora,
se desataron otros tantos asuntos relacionados con espacio urbano tan
emblemático como lo es dicha instalación eléctrica de gran significado para la
historia de Luz y Fuerza del Centro
así como del Sindicato Mexicano de
Electricistas.
Es de
recordar que dicha instalación, junto con las de Mixcoac, Churubusco,
Indianilla, Xochimilco y Tlalnepantla sirvieron como espacios donde ya unidos, “alimentaron”
servicios de distribución que se utilizaron al comenzar el siglo XX. Sus respaldos
daban elementos para servicios como el de alumbrado público y para surtir del
voltaje suficiente para que el sistema tranviario funcionara con normalidad. Además
de estas instalaciones, se encontraban desplegados en varias partes del centro
de la ciudad, lo que hoy sería el Perímetro “A” del Centro Histórico, otros
tantos equipos como fueron las subestaciones tipo “Kiosko” o también conocidas
como tipo “Pirámide” dado su peculiar diseño. Pero no sólo es esto. Se sabe que
la víspera del 14 de diciembre de 1914, un grupo importante de trabajadores,
tanto de las empresas de la Compañía de
Luz y Fuerza como de la de teléfonos, se reunieron en la azotea de la “Nana”,
donde establecieron estrategias que buscaban consolidar más que un sindicato,
una sociedad mutualista, desistiendo de este propósito. De ese modo,
realizaron, como decía una junta privada para cambiar impresiones el día 12 de
diciembre en la subestación de la “Nana”, convirtiendo la azotea en “Salón de
sesiones”, desde donde discutieron largamente entre 14 y 16 socios que
asistieron acerca del carácter que se daría a la agrupación prevaleciendo la
iniciativa presentada a favor de transformar en Sindicato la ya citada
pretensión de Sociedad Mutualista.
Dos días más tarde, y como apunta Víctor
Manuel Sánchez, quien recoge a su vez los testimonios de Luis N. Morones, publicados
en Rojo y Negro, primera publicación
que da cuenta de las actividades sindicales del S.M.E., como sigue:
Así las
cosas verificóse la asamblea del día 14, la concurrencia escaseó por parte del
personal de laCompañía de Luz, no así el elemento obrero-electricista de
otras compañías y electricistas que trabajaban por su cuenta. Hizo notar el
Presidente la necesidad de definir de una vez por todas la índole que debería
darse a la agrupación, exponiendo que por lo observado parecía que la opinión
estaba dividida, pues mientras unos sancionaban el sistema mutualista, otros,
renuentes con estas ideas, proponían la fundación de un Sindicato. Indicando la
conveniencia de poner a votación las proposiciones que había, resultando de ella
que por mayoría quedó aprobada la fundación del Sindicato. Sólo que por razones
más o menos fundadas se tomó el acuerdo de que sería independiente de la
Federación de Empleados y Obreros de la Compañía de Tranvías.
Fue en
aquella memorable asamblea donde por primera vez escuchamos absortos el verbo
rojo, la frase libertaria que templó los espíritus y conmovió los corazones. El
compañero José Colado, director interino del Departamento de Trabajo en aquella
época, dio a conocer a los novicios sindicalistas la doctrina salvadora, y su
palabra fue el toque de atención que despertó las conciencias dormidas, la tea
incendiaria que hizo explotar en los cerebros tumefactos del hombre esclavo, de
la bestia humana, la mole inmensa del perjuicio moral y de la resignación
absurda, dando paso a la verdad, hija del raciocinio y de la conciencia.
Jamás podré olvidar lo que se dijo y la
impresión tremenda que causáronme los conceptos vertidos. Fue algo desconocido,
algo sublime que conmovió a la falange obrera, que despertó del marasmo en que
yacía y, ávida de luz, de verdad, de justicia, alzóse altiva, rebelde e
irresistible para buscar reivindicaciones no comprendidas y pagar su deuda de
odio, de atavismos innúmeros a los que trafican con sus energías. También el
compañero Huitrón y algunos otros miembros de la Casa del Obrero Mundial reforzaron
con su palabra vehemente y con su fe de convencidos las ideas emitidas e
invitaron al nuevo Sindicato a formar parte de la Confederación Obrera.
Procedióse enseguida a nombrar al comité
ejecutivo por escrutinio secreto, quedando integrado en la forma siguiente:
Secretario
general, Luis Ochoa,
Secretario del interior, Ernesto Velasco,
Secretario del exterior, Antonio Arceo,
Tesorero, Toribio Torres,v
Subtesorero, Jorge Castro,
Consejero, José Colado.
Secretario del interior, Ernesto Velasco,
Secretario del exterior, Antonio Arceo,
Tesorero, Toribio Torres,v
Subtesorero, Jorge Castro,
Consejero, José Colado.
Nombráronse también a los compañeros Salvador
F. Domenzáin, Antonio Arceo y José E. Backler delegados a la Confederación de
Sindicatos.
Así terminó la asamblea del día 14, que fue el
prólogo de los sucesos que se han desarrollado con rapidez vertiginosa y que en
muchas ocasiones han despertado el interés público.
Así pues, como se habrá podido comprobar, la
presencia de la “Nana” cobra un valor cada vez más significativo, conforme se
acerca la fecha del centenario del Sindicato
Mexicano de Electricistas, de ahí que resulte dicha instalación, un
espacio, un escenario con alto valor histórico en la conformación del S.M.E.
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