LA REVISTA LUX Y SU PARTICIPACIÓN EN EL SINDICATO
MEXICANO DE ELECTRICISTAS. (1928 – 2014). CAPÍTULO V. AÑO DE 1950.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
Durante este año, Juan José Rivera Rojas
seguía al frente del Sindicato Mexicano
de Electricistas. Conviene recordar aquí su presencia, en términos de
fechas:
Del
14 de diciembre de 1946 al 14 de diciembre de 1950, como Secretario General, y
Del
14 de diciembre de 1950 hasta julio de 1952, nuevamente como Secretario
General.
Independientemente
de las acciones concretas que movían a cualquier sindicato con características
tan particulares como las del Sindicato
Mexicano de Electricistas, la revista LUX
seguía convertida en el vocero oficial y oficioso de la imagen que habría que
darle a la dirigencia, como promotora e impulsora de auténticas “conquistas”,
con objeto de que siguiesen ocultándose otras tantas maniobras que realizaba el
dirigente, quien al integrarse a las cúpulas del poder, buscaba ampliar sus
territorios y aspiraciones políticas. Por ejemplo, en un discurso que emitió el
propio Rivera Rojas en un banquete donde el Lic. Fernando Casas Alemán, a la
sazón Jefe del Departamento del Distrito Federal durante el sexenio del Lic.
Miguel Alemán Velasco, deja clara su postura al afirmar que:
Nosotros (refiriéndose a toda la comunidad del
S.M.E.), somos colaboradores leales y
sinceros del régimen; tengo la convicción de que no hemos buscado dificultades
de ninguna especie a la actual administración. Somos los electricistas,
conscientes de nuestra responsabilidad y de nuestra conciencia de clase. Por esta
razón, si bien es cierto que colaboramos dentro de nuestra capacidad y
esfuerzo, también es muy cierto que cuando hemos tenido la razón o hemos creído
tenerla, la hemos esgrimido y la hemos reclamado con toda nuestra integridad de
trabajadores mexicanos. (…)[1]
También, durante el curso de aquel año, se
cumplió una etapa más en la discusión y deliberación del Contrato Colectivo de
Trabajo. En diversas “Editoriales” y artículos de fondo, surgieron
constantemente una serie de opiniones que cuestionaban la postura que mostraba
la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. (la empresa) respecto a su
particular defensa, precisamente en los tiempos en que el asunto del C.C.T. se
ponía en el tapete de las discusiones. Uno de los problemas a los que había que
dar solución era el de estabilizar las tarifas, mismo que estaba siendo
mezclado por la empresa en forma incorrecta, según lo que puede leerse a
continuación:
QUE LA PETICIÓN PARA
FIJACIÓN DE TARIFAS QUE SOLICITAN LAS CÍAS. MEXICANA DE LUZ Y FUERZA MOTRIZ,
S.A. Y SUBSIDIARIAS NO TIENE RELACIÓN ALGUNA CON LAS PRESTACIONES O SALARIOS
QUE DISFRUTAN SUS TRABAJADORES A TRAVÉS DEL CONTRATO COLECTIVO DE TRABAJO Y
CUALQUIERA QUE SEA LA MODIFICACIÓN O AUMENTO QUE SE PUDIERA LLEGAR A ESTABLECER
POR LA COMISIÓN NACIONAL DE TARIFAS TAL MODIFICACIÓN O AUMENTO SE ORIGINARÍA EN
RAZONES POR COMPLETO AJENAS A LOS TRABAJADORES DE LAS EMPRESAS Y AL SINDICATO
MEXICANO DE ELECTRICISTAS AL QUE PERTENECEN.[2]
Este asunto fue motivo de un enfrascamiento
entre las partes, Juan José Rivera Rojas por parte del S.M.E. y del Sr. George
S. Messersmith, Presidente del Consejo de Administración de las Compañías
Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. y sus Subsidiarias. LUX fue en esos momentos la fuente donde se publicaron diversas
muestras que reflejaban los aumentos en las tarifas de consumo de energía
eléctrica en relación con el pago actual, lo que significaba demostrar que
había un cobro irracional de las mismas, y esto merecía el urgente ajuste en
tal servicio, el cual ya estaba originando un malestar social importante.
La empresa echó mano de cierta campaña de
desprestigio hacia el S.M.E. en diversos diarios de circulación nacional. Sin embargo,
bajo el principio de “Una legítima victoria”, el propio sindicato pudo
demostrar que le asistía la razón en muchos aspectos, pero sobre todo aquellos
relacionados con un movimiento de huelga que, por fortuna no prosperó. Es de
aclarar que para ello fue necesaria la presencia “mesiánica” de Rivera Rojas,
tal y como se refleja a continuación:
La personalidad y la obra de JUAN JOSÉ
RIVERA ROJAS y demás miembros de nuestro Comité Central, no solamente
resistieron los impactos (referente a las críticas y denostaciones que
surgieron desde la Empresa), sino que a través de la tormenta han destacado
después con caracteres más firmes; y la unidad del Sindicato Mexicano de
Electricistas, que torpemente, poniendo como supuesto jefe de un movimiento “depurador”
que idearon los “genios” al servicio de la “Méxicana” Compañía de Luz como la
fórmula ideal para dividir al Sindicato, a un demente mercenario y traidor, no
solamente permaneció intacta, sino que se hizo aún más sólida, como el buen
acero, que a base de golpes va adquiriendo una mayor calidad.[3]
Tal conflicto permitió descubrir el pago que
la Empresa estuvo haciendo, en calidad de aportación especial al fondo de
publicidad que debía manejarse por parte de la Cámara Nacional de Electricidad.
Dicha aportación ascendía mensualmente a $90,000.00, lo que en aquella época
era un monto sumamente elevado. Volviendo al asunto de las tarifas, llegó a
pensarse por parte del S.M.E. que si estas no eran motivo de ajuste, se sugería
por tanto al gobierno de México “se avoque al estudio de la expropiación de
estas empresas, pues consideramos que solamente perteneciendo tal industria al
país será factible el progreso de México” (de un pronunciamiento que hizo el
S.M.E. con fecha 25 de abril de 1950).
Hubo de llegar el 15 de mayo de 1950, fecha
límite para que la Empresa respondiera las demandas del S.M.E., y como no hubo
tal, se declaró la huelga, por lo que en diversas instalaciones se
interrumpieron los circuitos por parte de diversos operadores instruidos para
el caso. Incluso, fuerzas federales tuvieron que apostarse en diversas
instalaciones estratégicas hasta en tanto no se solucionara el conflicto que
había comenzado a tener tintes muy serios, pues con ello se ponía en riesgo un
enorme conjunto de elementos propios de la infraestructura industrial, hospitalaria,
edificios de gobierno, servicios públicos, el suministro de luz a consumidores
domésticos, entre otras razones.
LUX. La revista de
los trabajadores. México,
año XXIII, abril y mayo de 1950, N° 3-5, p. 27.
LUX. La revista de
los trabajadores. México,
año XXIII, abril y mayo de 1950, N° 3-5, p. 30-1.
Evidentemente para el mes de mayo, el panorama fue favorable al S.M.E. En la propia LUX no dejaron de mostrarse aquellas victorias (se respetó, entre otras cosas el derecho de huelga).
Más tarde vino otra etapa, la del Informe
Semestral que obligadamente deben presentar los integrantes del Comité Central
para dar cuentas a las bases sobre avances y demás aspectos relativos al
interior del S.M.E.
En otras partes de la revista se deja notar
el discurso antiimperialista pero también anticomunista que encabezaba Rivera
Rojas, como intento de no mostrar una tendencia que le hiciese pasar como seguidor
de alguna de estas corrientes que él mismo combatía. Abundan los reportajes
gráficos sobre reuniones sociales en donde la figura de dicho personaje se
convierte en leitmotiv y cada ágape
es motivo de celebraciones y exaltaciones hacia su persona, cuyo trato alcanzó
verdaderas condiciones de idolatría. Siguieron apareciendo, como una costumbre
establecida y en una sección denominada “Literatura proletaria”, una serie de
poemas concebidos desde esa condición, la cual vino a enriquecer el catálogo de
versos que hoy día conciben un muy completo legado de inspiración en tema tan
específico como el que inspira el trabajo o la mano de obra.
La presencia femenina en forma subliminal
vuelve a ser aquí otro asunto que difunde la revista, no como un elemento de
fuerza de trabajo, sino como factor de exaltación hacia la mujer, sobre todo si
se trata de diversas figuras en las que se acentúa cierta sospecha sobre si más
de alguna de ellas se hubiera convertido en “amor platónico” del propio
dirigente, como fue el caso en años anteriores. Informes varios sobre otras
tantas divisiones, textos literarios, registro de algunos conciertos, funciones
de cine, información deportiva y un enorme despliegue fotográfico constituyen
el contenido de la publicación al cabo de 9 números que salieron en el curso de
1950.
LUX. Año XXIII, N° 1-2, enero y febrero de 1950.
LUX. Año XXIII, N° 3, 4 y
5, marzo, abril y mayo de 1950.
LUX. Año XXIII, N° 6, julio de 1950.
LUX. Año XXIII, N° 7, 31 de
julio de 1950.
[1] LUX. La revista de los
trabajadores. México, año XXIII, enero y febrero de 1950, N° 1 y 2,
p. 26-27. Estas ideas provienen del artículo “Nuestro sindicato y las
instituciones revolucionarias” que fue, a su vez el material que concentró el
discurso completo que pronunció Juan José Rivera Rojas el 1° de febrero de
1950. En tal fecha se formalizaba el acuerdo para la urbanización de los
terrenos de “nuestros agremiados”.
[2] Op. Cit., p. 32.
[3] LUX. La
revista de los trabajadores. México, año XXIII, abril
y mayo de 1950, N° 3-5, p. 5.
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