jueves, 21 de mayo de 2015

EDITORIAL.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   La forma desmedida en que actuó el estado contra Luz y Fuerza del Centro hace cinco años y 8 meses, se convirtió en una muestra cabal de terrorismo (de estado, evidentemente), pues la manera en que cometieron ese ataque, convirtió a los 44 mil trabajadores y 20 jubilados primero; y luego todas sus instalaciones en el blanco de una barbarie. El atentado de lesa humanidad o lesa condición laboral fue un ataque directo a la clase trabajadora, pues aquello se convirtió en la muestra cabal de querer acabar –de una cuchillada- con todo lo que por décadas se encargó de obtener el bloque obrero de un sector tan específico como el de la electricidad.
   Como recordamos, la actitud del entonces presidente –así, en minúsculas-, fue mentirosa e incluso discriminatoria en términos laborales, con lo que se convertía en el canalizador perfecto para quitarnos de en medio y así favorecer los caprichos iniciales que luego se consumarían en la aprobación de la reforma energética… Y ya ven ustedes, como los capitales e intereses extranjeros han hecho su parte.
   Y no se diga todo lo cometido con los bienes muebles e inmuebles del propio organismo extinto. El saqueo cometido por la Policía Federal y la tropa disfrazada de “federales” fue desconsiderado y hoy, al parecer, persiste en forma de discreto desmantelamiento o “robo hormiga”. En ese sentido, el Sistema de Administración y Enajenación de Bienes todavía no ha sido capaz de entregar un balance completo y honesto al respecto, pues la cantidad de instalaciones controladas por LyFC era superior a los 500 centros de trabajo, no poca cosa.
   El saldo: Precisamente en la página del SAE, lo primero con que nos encontramos es este mensaje:

Extinta Luz y Fuerza del Centro

Conforme al Decreto por el que se extingue el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro y las Bases para su proceso de desincorporación, ambos publicados en el Diario Oficial de la Federación el 11 de octubre del 2009, Luz y Fuerza del Centro conservará su personalidad jurídica exclusivamente para el proceso de Liquidación.

Ahora bien, vamos a otros datos:

De 44 mil 300 trabajadores, 29 mil se liquidaron, 16,599 en resistencia, alrededor de 20 mil jubilados y sólo 2,900 que encontraron un empleo con apoyo del Gobierno Federal. En este mismo recuento debe incluirse un Sindicato que, como el SME al perder la parte patronal, al sostener y hacer suyo el movimiento de la “resistencia” se ve, y hay que decirlo con todas sus palabras, como institución sentenciada a muerte, cuya agonía también ya quedó declarada, aunque no quiera reconocerlo una dirigencia que actualmente dese reelegirse, pretendiendo dar continuidad seguramente a su apoyo con la emblemática “resistencia”, lo cual es de agradecer. Pero si por otro lado buscan seguir impidiendo un autoritarismo frontal, sin aperturas por ejemplo para con los liquidados, los jubilados e incluso con las otras facciones, resultantes de la gran fractura que las más recientes dirigencias vinieron causando; pero que la actual se empeñó en exacerbar. Tras la extinción era deseable la unificación, las “filas cerradas”, y el “hombro con hombro” de toda la base (activos y jubilados) pero no tuvieron el tacto político de proponer lo compacto de un solo bloque. Como sabemos, el balance fue la pulverización de la comunidad de smeitas, así como el trazo de distintas rutas como opciones se planteaban: la de los jubilados, liquidados, en la resistencia, así como todo aquel conjunto de demandas que legitimaran el patrón sustituto.
   Pasar por Antonio Caso 45 o por Insurgentes Norte 98 duele, pues se puede apreciar a un Sindicato en el abandono, que se desmorona, en cuya amnesia natural su dirigencia ya perdió la memoria histórica e incluso no ha sido capaz de fomentarla y esto es claro porque las dirigencias no siempre se caracterizan como impulsoras convencidas de la cultura; y más aún de la cultura sindical (¿será que la cultura ofende o pone en evidencia?). Lamento en lo personal la cerrazón que la actual ha tenido negando y escondiendo la biblioteca por ejemplo, de la que nos valdríamos los investigadores para seguir analizando el movimiento obrero mexicano desde el espectro de la electricidad y la cultura creada en su entorno, por ejemplo.
   Todo lo anterior, susceptible de analizarse a profundidad ya no es refractario, infranqueable o inalcanzable. Es una realidad sin más, aquí y ahora.
   En contraposición a todo lo dicho hasta aquí, y ante un hecho reciente, es mi deber compartir un pequeño como significativo avance.
   Entre el 17 y 20 de marzo pasados, se celebró el III Simposio Internacional: “Historia de la electrificación, estrategias y cambios en el Territorio y la Sociedad”.

Disponible en internet, mayo 21, 2015 en: http://www.ub.edu/geocrit/iii-mexico/iii-simposio-programa.htm
En el mismo tuve oportunidad de participar con la ponencia: “Salvamento del patrimonio artístico, cultural y documental de Luz y Fuerza del Centro y del Sindicato Mexicano de Electricistas, luego de la extinción en octubre de 2009” (Véase: http://www.ub.edu/geocrit/iii-mexico/iii-simposio-programa.htm). En su parte final y en nombre del Comité para la defensa del Patrimonio cultural, tecnológico e industrial del Sector Eléctrico, Asociación Civil (CODEPACUTI.S.E., A.C. por sus siglas) se hizo la solicitud formal para que el Comité organizador emitiera, de ser posible, junto a las conclusiones un Manifiesto o posicionamiento en el cual se planteara al complejo hidroeléctrico de Necaxa como un elemento de la arqueología industrial en riesgo, lo cual supone su defensa inmediata y en la cual el CODEPACUTI.S.E., A.C. mismo viene trabajando.
   El resultado es que jubilosamente la organización del evento hizo públicas las ponencias pero también y sobre todo, el Manifiesto que viene mencionándose, lo cual significa dentro de todo el oscuro panorama el deseable aliento para seguir, lo cual agradecemos infinitamente a todos los responsables de la organización y que son las siguientes personas:

DIRECTORES DEL SIMPOSIO

Horacio Capel Sáez, Universidad de Barcelona
Omar Moncada Maya, Instituto de Geografía, UNAM

COMITÉ DE ORGANIZACIÓN

Eulalia Ribera Carbó, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Pere Sunyer Martín, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
Martín Checa Artasu, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
Celina Peña Guzmán, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Humberto Morales Moreno, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

El MANIFIESTO POR LA PRESERVACIÓN, VALORIZACIÓN Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL DEL SECTOR ELÉCTRICO DE MÉXICO, lo pueden encontrar en la siguiente liga:


Este esfuerzo, como muchos otros se ha visto rechazado ante la sola mención de Luz y Fuerza del Centro o del Sindicato Mexicano de Electricistas. Sin embargo, y esto es de agradecer, ha sido la academia el primer espacio sensible capaz de dar cabida a expresiones e inquietudes como las que tienen que ver con la defensa del patrimonio cultural y estructural del sector eléctrico en este país que parecería, en la mirada de funcionarios o instituciones involucrados con la cultura un mero juego de niños en medio del más absoluto desdén.
   Quede aquí como tatuaje indeleble la dura experiencia de lo negativo, lo indeseable. De igual forma esa evidencia alentadora, bajo el deseo de seguir sumando más y más elemento que afirmen este legítimo anhelo.
   Finalmente, vaya desde aquí mi felicitación más sincera a los integrantes del CODEPACUTI.S.E., A.C. y en particular a su actual Presidente, el Compañero Antonio Guadarrama Saucedo, por su incansable esfuerzo.


21 de mayo de 2015.

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