POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
La forma desmedida en que actuó el estado
contra Luz y Fuerza del Centro hace
cinco años y 8 meses, se convirtió en una muestra cabal de terrorismo (de
estado, evidentemente), pues la manera en que cometieron ese ataque, convirtió
a los 44 mil trabajadores y 20 jubilados primero; y luego todas sus
instalaciones en el blanco de una barbarie. El atentado de lesa humanidad o
lesa condición laboral fue un ataque directo a la clase trabajadora, pues
aquello se convirtió en la muestra cabal de querer acabar –de una cuchillada-
con todo lo que por décadas se encargó de obtener el bloque obrero de un sector
tan específico como el de la electricidad.
Como recordamos, la actitud del entonces
presidente –así, en minúsculas-, fue mentirosa e incluso discriminatoria en
términos laborales, con lo que se convertía en el canalizador perfecto para
quitarnos de en medio y así favorecer los caprichos iniciales que luego se
consumarían en la aprobación de la reforma energética… Y ya ven ustedes, como
los capitales e intereses extranjeros han hecho su parte.
Y no se diga todo lo cometido con los bienes
muebles e inmuebles del propio organismo extinto. El saqueo cometido por la
Policía Federal y la tropa disfrazada de “federales” fue desconsiderado y hoy,
al parecer, persiste en forma de discreto desmantelamiento o “robo hormiga”. En
ese sentido, el Sistema de Administración y Enajenación de Bienes todavía no ha
sido capaz de entregar un balance completo y honesto al respecto, pues la
cantidad de instalaciones controladas por LyFC
era superior a los 500 centros de trabajo, no poca cosa.
El saldo: Precisamente en la página del SAE,
lo primero con que nos encontramos es este mensaje:
Extinta
Luz y Fuerza del Centro
Conforme
al Decreto por el que se extingue el organismo descentralizado Luz y Fuerza del
Centro y las Bases para su proceso de desincorporación, ambos publicados
en el Diario Oficial de la Federación el 11 de octubre del 2009, Luz y Fuerza
del Centro conservará su personalidad jurídica exclusivamente para el proceso
de Liquidación.
Ahora
bien, vamos a otros datos:
De
44 mil 300 trabajadores, 29 mil se liquidaron, 16,599 en resistencia, alrededor
de 20 mil jubilados y sólo 2,900 que encontraron un empleo con apoyo del
Gobierno Federal. En este mismo recuento debe incluirse un Sindicato que, como
el SME al perder la parte patronal,
al sostener y hacer suyo el movimiento de la “resistencia” se ve, y hay que
decirlo con todas sus palabras, como institución sentenciada a muerte, cuya
agonía también ya quedó declarada, aunque no quiera reconocerlo una dirigencia
que actualmente dese reelegirse, pretendiendo dar continuidad seguramente a su
apoyo con la emblemática “resistencia”, lo cual es de agradecer. Pero si por
otro lado buscan seguir impidiendo un autoritarismo frontal, sin aperturas por
ejemplo para con los liquidados, los jubilados e incluso con las otras
facciones, resultantes de la gran fractura que las más recientes dirigencias
vinieron causando; pero que la actual se empeñó en exacerbar. Tras la extinción
era deseable la unificación, las “filas cerradas”, y el “hombro con hombro” de
toda la base (activos y jubilados) pero no tuvieron el tacto político de
proponer lo compacto de un solo bloque. Como sabemos, el balance fue la
pulverización de la comunidad de smeitas,
así como el trazo de distintas rutas como opciones se planteaban: la de los
jubilados, liquidados, en la resistencia, así como todo aquel conjunto de demandas
que legitimaran el patrón sustituto.
Pasar por Antonio Caso 45 o por Insurgentes
Norte 98 duele, pues se puede apreciar a un Sindicato en el abandono, que se
desmorona, en cuya amnesia natural su dirigencia ya perdió la memoria histórica
e incluso no ha sido capaz de fomentarla y esto es claro porque las dirigencias
no siempre se caracterizan como impulsoras convencidas de la cultura; y más aún
de la cultura sindical (¿será que la cultura ofende o pone en evidencia?). Lamento
en lo personal la cerrazón que la actual ha tenido negando y escondiendo la
biblioteca por ejemplo, de la que nos valdríamos los investigadores para seguir
analizando el movimiento obrero mexicano desde el espectro de la electricidad y
la cultura creada en su entorno, por ejemplo.
Todo lo anterior, susceptible de analizarse
a profundidad ya no es refractario, infranqueable o inalcanzable. Es una
realidad sin más, aquí y ahora.
En contraposición a todo lo dicho hasta aquí,
y ante un hecho reciente, es mi deber compartir un pequeño como significativo
avance.
Entre el 17 y 20 de marzo pasados, se
celebró el III Simposio Internacional: “Historia de la electrificación,
estrategias y cambios en el Territorio y la Sociedad”.
Disponible en internet, mayo 21, 2015 en: http://www.ub.edu/geocrit/iii-mexico/iii-simposio-programa.htm
En
el mismo tuve oportunidad de participar con la ponencia: “Salvamento del
patrimonio artístico, cultural y documental de Luz y Fuerza del Centro y del Sindicato
Mexicano de Electricistas, luego de la extinción en octubre de 2009” (Véase: http://www.ub.edu/geocrit/iii-mexico/iii-simposio-programa.htm).
En su parte final y en nombre del Comité
para la defensa del Patrimonio cultural, tecnológico e industrial del Sector Eléctrico,
Asociación Civil (CODEPACUTI.S.E.,
A.C. por sus siglas) se hizo la solicitud formal para que el Comité
organizador emitiera, de ser posible, junto a las conclusiones un Manifiesto o
posicionamiento en el cual se planteara al complejo hidroeléctrico de Necaxa
como un elemento de la arqueología industrial en riesgo, lo cual supone su
defensa inmediata y en la cual el CODEPACUTI.S.E.,
A.C. mismo viene trabajando.
El resultado es que jubilosamente la
organización del evento hizo públicas las ponencias pero también y sobre todo,
el Manifiesto que viene mencionándose, lo cual significa dentro de todo el
oscuro panorama el deseable aliento para seguir, lo cual agradecemos
infinitamente a todos los responsables de la organización y que son las
siguientes personas:
DIRECTORES DEL SIMPOSIO
Horacio Capel Sáez, Universidad de Barcelona
Omar Moncada Maya, Instituto de Geografía, UNAM
COMITÉ DE ORGANIZACIÓN
Eulalia Ribera Carbó, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
Mora
Pere Sunyer Martín, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad
Iztapalapa
Martín Checa Artasu, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad
Iztapalapa
Celina Peña Guzmán, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Humberto Morales Moreno, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
El
MANIFIESTO POR LA PRESERVACIÓN,
VALORIZACIÓN Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL DEL SECTOR ELÉCTRICO DE MÉXICO,
lo pueden encontrar en la siguiente liga:
Este
esfuerzo, como muchos otros se ha visto rechazado ante la sola mención de Luz y Fuerza del Centro o del Sindicato Mexicano de Electricistas. Sin
embargo, y esto es de agradecer, ha sido la academia el primer espacio sensible
capaz de dar cabida a expresiones e inquietudes como las que tienen que ver con
la defensa del patrimonio cultural y estructural del sector eléctrico en este
país que parecería, en la mirada de funcionarios o instituciones involucrados
con la cultura un mero juego de niños en medio del más absoluto desdén.
Quede aquí como tatuaje indeleble la dura
experiencia de lo negativo, lo indeseable. De igual forma esa evidencia
alentadora, bajo el deseo de seguir sumando más y más elemento que afirmen este
legítimo anhelo.
Finalmente, vaya desde aquí mi felicitación más sincera a los integrantes del CODEPACUTI.S.E., A.C. y en particular a su actual Presidente, el Compañero Antonio Guadarrama Saucedo, por su incansable esfuerzo.
21 de mayo de 2015.
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