CURIOSIDADES ELÉCTRICAS DE ANTAÑO
EXHUMADAS HOGAÑO.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Recientemente me había ocupado de un asunto
inherente al malestar que clientes y empresarios habían mostrado, a raíz de los
constantes apagones que se registraron en la zona centro, pero sobre todo en la
capital del país durante el mes de abril de 1967. Sea como sea, el hecho es que
poco a poco las cosas comenzaron a normalizarse.
Es más, en un desplegado que mandó insertar el
Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana el 27 de
septiembre se puede leer lo siguiente:
Durante ese mismo mes, los daños que habían
venido ocasionando huracanes y temporales de magnitud muy importante, dejaron
en muy malas condiciones buena parte de la infraestructura controlada por la
Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A., así como de la Comisión Federal de
Electricidad. Por tal motivo, hubo necesidad de que la propia Compañía de Luz
emitiera el siguiente aviso, con fecha del 4 de octubre:
Fue tal el conflicto que, en otra “Editorial”
ubicada en el Heraldo de México del 3
de octubre, se dan a conocer una serie de opiniones que valen la pena
conocerlas para ponernos en la realidad de contexto:
Y dio la casualidad de que para el 19 de
septiembre, y en El Sol de México
apareciera una nota más, insinuante de un estado de cosas que finalmente no prosperó,
pero en el cual se contaba con un caldo de cultivo surgido de diversas
circunstancias que venían o estaban involucrando a la Compañía de Luz y
Fuerza del Centro (venía o estaba involucrada, sería la otra condicionante). El texto de aquella insinuante colaboración fue “cabeceado”
como sigue: “Reestructurarán la Cía. de Luz a Favor del País” (sic).
No podía ser mejor la intención con que se
exhibió aquel texto en el que, de entrada, se apunta: “La industria eléctrica
será reestructurada en forma nacional, a fin de que todas las compañías
subsidiarias, la Comisión Federal y la Compañía de Luz y Fuerza del Centro,
armónicamente conjuntadas, rindan mayores beneficios al país.
Y sigue así:
“Lo anterior fue afirmado por Jorge Torres
Ordóñez, secretario del exterior del Sindicato Mexicano de Electricistas, quien
dijo que la necesidad de esa reestructuración general ha planteado
modificaciones de fondo en todas las dependencias de la Cía. de Luz y Fuerza
del Centro”.
Lamentablemente no podría confrontar el
dicho de este antiguo dirigente, pues no cuento para ello con LUX. La Revista de los Trabajadores,
publicación de la que actualmente estoy realizando un amplio trabajo de acopio
y digitalización para alcanzar en muy poco tiempo la totalidad de su edición,
desde 1928 y hasta nuestros días, con lo que para el próximo año llegará a sus
primeros 90 años de vida.
De regreso a este apunte del que se
desprenden diversas opiniones, se llegan a proponer los ocho puntos establecidos por la empresa para culminar en aquella nueva imagen que se pretendía. Me
parece apropiado que, para no extender una opinión equivocada o sesgada, sea
preferible incluir a continuación lo que directamente aparece en la edición del
19 de septiembre, como ya se indicó. Hagan ustedes su propio balance.
Quizá por todas esas razones, no es casual
que también, a través de la prensa se emitieran diversos mensajes subliminales
que, como los de esta “Integración Eléctrica” también se proyectaba a través de
El Sol de México, justo en su edición
del 16 de agosto de 1967. Es decir, que algún plan venía orquestándose para
aprovechar y adelantarse al discurso que vendría con motivo de la conmemoración
al séptimo aniversario de la “nacionalización de la industria eléctrica”. Es bueno
recordar que quien dirigía este diario, era un importante capitalista, José
García Valseca, a quien seguramente aquellas circunstancias en tanto gente de
capacidad económica importante, aplicada al proceso industrial, le generaban un
problema de gran magnitud al verse afectado, como uno más, en la garantía de
mantener estables sus proyectos, que por entonces seguían siendo ascendentes.
Desconozco al autor de esta interesante
ilustración, pero presenta a un “Prometeo” moderno que, montado en un “carro
triunfal” el que lleva en su cara principal el escudo nacional, se une con un
solo brazo al tiro de cuadrúpedos que seguramente desplazan dicha pieza. Con la
otra mano, sostiene el rayo y, en primer plano aparece un sistema de engranaje
que refleja lo perfecto que puede ser su funcionamiento en la medida de esa armonía
que semanas más adelante se intentó divulgar, aunque sin resultados favorables,
como se puede entender al concluir la nota que daba a conocer las intenciones
de reestructurar a la Compañía de Luz y Fuerza a favor del país.