RECOMENDACIONES y
LITERATURA.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
Hace relativamente poco tiempo, tuve
oportunidad de conocer a Guillermo Padilla Díaz, quien es todo un personaje,
comprometido, de actitud no solo contestataria, sino en búsqueda permanente de
la justicia. Me sorprende ese espíritu que no solo se queda en los actos, sino
en la posibilidad de divulgar las ideas, cosa que ha materializado al dar
continuidad a una publicación que lleva como título “El Transformador. Periódico
de los trabajadores y del pueblo”. En la muy consistente tercera época que
viene publicándose mensualmente desde enero de 2010 y hasta nuestros días, convencido
de sus ideales, mantiene, al lado de otros “camaradas” el ideal de convertir
dicho impreso en una caja de resonancia, y lo ha logrado, a pesar de que este “periódico”
tenga una composición absolutamente marginal, sobre todo porque fue un
compañero más durante el movimiento de resistencia por parte de un amplio
sector de trabajadores de Luz y Fuerza
del Centro y afiliados al Sindicato
Mexicano de Electricistas que se opusieron terminantemente a la liquidación
ofrecida por el estado, con vistas a obtener una reinserción laboral justa… y
que hasta el momento no se ha logrado. Los 16,599 trabajadores que representan
ese movimiento emblemático siguen a la espera de que la justicia aplique en su
favor.
Así, mes a mes, “El Transformador”, circula
en forma limitada, sin afán de convertirse en una publicación con aspiraciones
lujosas, sino más bien las que corresponden a un empeño de trascender la
injusticia que prevalece en la clase trabajadora, y más aún de aquel sector que
se ha visto afectado con el duro balance de haber perdido su fuente de ingreso.
Guillermo Padilla apuntaba con todo acierto,
en aquel primer número de la tercera época:
El
“Transformador” fue un periódico que apareció a mediados de los setentas [del
siglo pasado, N. del A.] en pleno periodo de luchas por la democracia sindical
y las luchas guerrilleras. Hoy reaparece a más de tres décadas y a cien años de
la Revolución Mexicana, con un solo objetivo como luchar contra un gobierno
espurio, fascista, ignorante y canalla que pretende acabar con los sindicatos,
sus conquistas y el modelo contractual mexicano que tuvo sus orígenes y fue
resultado de las luchas obrero-campesino-populares de 1917 a 1917”.
Por esta sencilla razón, me parece que es de
justicia reconocer tan maravillosa labor, desbordada en las páginas de esta
singular publicación, una más de las que los electricistas tenemos la
obligación moral de recuperar y trascender, por lo menos el de su primera y
segunda épocas; y ahora el de una tercera que ha llegado hasta nuestros días,
comunicando y divulgando las ideas, a través de diversos pensamientos e
interpretaciones. Allí están desde una caricatura, hasta el poema. La infaltable
“Editorial” que el registro fotográfico, elementos que han dado y habrán de
seguir dando luces a todos aquellos investigadores o interesados que
encontraron o encontrarán elementos provenientes de las mismas entrañas del
bloque obrero el cual se ha visto severamente golpeado no solo por la sórdida
maquinaria del estado, sino por el telón de fondo que lo arropa. Me refiero a
ese nuevo escenario que priva desde hace años: el neoliberalismo, que junto a
la postmodernidad han puesto de moda prácticas de desarticulación, sobre todo
entre el sector obrero. Para ello el estado tuvo que gestionar a contrapelo de
los anhelos mismos entre la clase trabajadora su ya célebre “Reforma laboral y
leyes secundarias” que le acompañan. De ese modo, las conquistas de diversos
frentes representados por sindicatos tan combativos como el S.M.E. se
derrumbaron y lo que queda hoy es un escenario donde el esquema de subcontratación
o el outsourcing por ejemplo, son factores que predominan en el ámbito laboral,
pero que no ofrecen ninguna garantía para con los derechos de los trabajadores
mismos.
De ese modo, “El Transformador” es un
elemento cuya rebeldía es además el estandarte que empuñan miles de
trabajadores hoy sin empleo, pero que alienta desde sus páginas a no ceder, a
no doblarse ante aquel ataque frontal que sigue mostrando con represión
inaudita el gobierno, ente que en su debilidad, tuvo que ceder a los dictados que
la globalización ha impuesto de manera punitiva.
Mi reconocimiento a “El Transformador” no
puede ser otro que traer hasta aquí las primeras páginas de aquel número con
que iniciaba un nuevo amanecer: su tercera época.
Comisión de prensa, entre otros: Guillermo Padilla, José
de la Cruz, Alfonso Vargas Romero, Pedro Millán, Carlos Vargas, Alberto Retana.
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