POR:
JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Rampsay
Mac Donald, Jefe de los Obreros Ingleses mereció ser homenajeado por LUX al
aparecer en la portada del mes de julio de 1929…
…lamentablemente la revista no incluyó ningún dato sobre
el personaje. Sin embargo, en afán de contribuir con algunos aspectos
relacionados en torno a su aspecto protagónico. Este sucedió precisamente en
aquel año, justo en el momento en el que los laboristas regresaron al poder en
Inglaterra, aunque el impacto de la “Gran Depresión” no les permitió concretar
sus propósitos, lo cual obligó también al gobierno británico a fijar recortes
con objeto de mantener el patrón oro. En esos momentos Mac Donald era el líder
de la Oposición del Reino Unido.
Como
recordarán, en el número de junio de 1929, LUX
lanzó la convocatoria para “Concursos Luminosos”. Pues bien, la respuesta de la
comunidad de lectores fue numerosa, por lo que de inmediato la redacción
comenzó a publicar varios textos alusivos, en su gran mayoría, a las
experiencias que varios trabajadores tuvieron en distintas circunstancias. Por
ejemplo, allí está el interesante relato de Don
Quijote: “¡A poco muero de susto!” donde recuerda los angustiosos momentos
que vivió en la antigua planta de Nonoalco cuando seguramente por alguna
interrupción importante, esto produjo el incendio en un tanque de aceite que se
extendía peligrosamente a otros sitios. Como dicha explosión ocurrió por la
noche, aquello quedó convertido momentáneamente en una “boca de lobo”, hasta
que poco a poco, y gracias a que quedaron fuera las “quebradoras”, esto
permitió que el problema fue restableciendo hasta alcanzar condiciones de
normalidad.
También quienes
colaboraron en tal propósito fueron personajes como Delfino Revilla y Luis R.
Ochoa. Interesante experiencia que esperamos encontrar números adelante.
Páginas
adelante, la revista atiende un asunto que venía siendo analizado a
profundidad. Se trata del “Código del Trabajo y la Opinión de las Agrupaciones
Obreras”. Para ello, el sustento del Art. 123 constitucional se convirtió
además en eje rector de sus propósitos al quedar establecido el principio de
las relaciones habidas entre el Capital y el Trabajo. En ese sentido, aparecen
interesantes opiniones de Felipe Bustos, entonces Secretario General del
S.M.E., de Ernesto Velasco, que ocupaba entonces el sitio de Secretario del
Interior de la Confederación de Electricistas. También están las opiniones de
la “Alianza de O. y E. de la Cía. de Tranvías de México”, representada por
Pascual M. González, Secretario de Propaganda.
En otra
sección, aparece la colaboración de Magdiel Romero titulando a su aportación “¿Cómo
evitar las guerras?” que entonces ayer como hoy, sería bastante recomendable
que nos enteráramos de sus aspiraciones:
Todo parece
indicar que este número se convirtió en una especie de consejero intelectual,
pues por su parte, Gonzalo Palma escribió “La causa de las causas” y cuya idea
central va así:
Mientras el hombre siga ignorando que existe
un laboratorio donde se planea, construye y perfecciona todo lo que al hombre
mismo le interesa, nunca encontrarán eco sus demandas.
Cuando el hombre sepa que ese laboratorio es
suyo, que lo tiene al alcance de su mano, entonces entrará en él, tomará
posesión de él como único y absoluto amo.
Ese lugar de trabajo, ese taller de donde
debe salir la obra perfecta, la obra maestra individual, se llama: Laboratorio
Mental Íntimo.
¿Les
interesaría saber cuál fue el roll de honor de alumnos distinguidos en la
Escuela del S.M.E. en el primer semestre de 1929?
El Profr. José
R. Ortiz siguió dando cuenta en Lecturas
para Obreros de Cosmogonía,
literatura condimentada de conocimientos científicos, capacidad que debería
confirmarse en la mente de muchos obreros no solo dispuestos a sus cotidianas
labores, sino al hecho de estar nutrido de ricos pensamientos que le
permitieran brillar, discernir, polemizar y confrontar con otros, hasta el
punto de volver aquello un verdadero pozo del saber.
Armando Raspa, que ya viene resultando
todo un misterio sobre la identidad de este personaje, volvió por sus fueros en
“Sincronizando O.K.” lo que significaba una lectura, en esa ocasión, de un
recuento sobre lo que él denominó LA CENA
DE LOS BONITOS. Si no creen lo que cada vez que intento sintetizar en
reseñas sobre tan caótica como desbordante colaboración, tiene a continuación
una muestra completita de este
peculiar autor.
Interesante sección,
como hasta ahora, es la de GRÁFICAS
MUNDIALES la cual aborda diversos temas de aquella lejana actualidad, como
ocurre de igual forma con la “Sección Poética”, en la que colaboraron A.
Hernández Cata, Ramón Asensio Mas y Miguel Ramos Carrión a quienes suponemos,
como es de esperarse, no solo trabajadores electricistas, sino poetas en
potencia, lo cual deja ver que al interior de la comunidad esmeíta estaba
presente ese espíritu creador.
Infaltables eran
ya otras secciones de esta emblemática publicación. Y allí se incorporaron la “Sección
Científica” que abordó en esa ocasión “El jubileo de la Luz”, recordando la
figura celebérrima de Thomas Alba Edison. Apareció en seguida el “Manifiesto de
las agrupaciones confederadas”, relacionado con el ya mencionado Código Federal
del Trabajo, algunas noticias sobre la comunidad electricista en “Informaciones
Societarias”, la imprescindible “Sección de Higiene” que se ocupó de “Las
fiebres eruptivas”. Una inserción de recomendaciones literarias por parte de la
Librería Andrés Botas e Hijo, Sucesor,
libros cuyos precios eran una auténtica tentación. “Notas varias de las
divisiones” donde queda registro de las de Necaxa, Pachuca así como la foránea
de Tampico. Cierra LUX con “Nuestras
actividades Escolares” haciendo las muy interesante observaciones y
recomendaciones en el tenor siguiente:
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