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jueves, 18 de julio de 2013

“QUIEN FUME O ESCUPA EN LOS TRANVÍAS, SERÁ CONSIGNADO…”

DEL ANECDOTARIO EN LAS MEMORIAS DE LUZ y FUERZA DEL CENTRO. 

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Allá por 1917, cuando The Mexican Light & Power Company, Ltd se consolidaba controlando empresas tales como: Cía. Mexicana de Electricidad, Cía. Mexicana de Gas y Luz Eléctrica y Cía., Explotadora de las Fuerzas Eléctricas de San ldelfonso, que operaban en su zona de influencia. Y cuando de manera paralela, construía su planta de Necaxa con seis unidades y una capacidad instalada de 31,500 KW., esta empresa era capaz de absorver las antiguas empresas dedicadas a atender las necesidades de la capital de la República, por lo que también entró en convenio de trabajo con


 Desplegándose por consecuencia una importante infraestructura que atendía las prioridades urbanas de una ciudad en constante crecimiento.
   Como era de esperarse, el servicio de tranvías no podía ser del todo impecable, por lo que El Demócrata del 26 de marzo de 1917, publicó una nota que va así:

QUIEN FUME O ESCUPA EN LOS TRANVÍAS SERÁ CONSIGNADO.

   A los menores que entren en las cantinas y los vendedores ambulantes que estén en el Zócalo, se les aprehenderá.
   El Gobierno del Distrito, en vista de que son frecuentes las infracciones que se cometen a las disposiciones gubernativas, a bordo de los tranvías eléctricos, ha resuelto aplicar las penas que se señalaron para los casos en que los pasajeros fumen o escupan a bordo de los carros.
   A pesar de que los conductores hacen notar a muchos pasajeros las prescripciones del Gobierno fijadas en cada carro, se empeñan en fumar.
   Desde hoy, los inspectores y agentes del Gobierno se encargarán de vigilar los carros y consignarán a los individuos que contravengan lo que sobre el particular se ha dispuesto.
   También se hará respetar lo dispuesto acerca de que los menores de edad no deben penetrar a las cantinas.
   Finalmente, se hará respetar la última disposición, que prohíbe a los vendedores ambulantes apostarse en la Plaza de la Constitución, donde frecuentemente obstruyen el tráfico lo mismo en las calles comprendidas de un área que abarca desde la Avenida del 16 de Septiembre hasta la calle de Tacuba, y desde la Plaza de la Constitución hasta las calles de Bolívar.

   Eran los tiempos en que manuales de urbanidad, catecismos y otras manifestaciones que se insertaban en el ritual de lo cotidiano, buscaban no perderse gracias al efecto que tales discursos producían en diversos grupos sociales, educados a la vieja usanza decimonónica matizada de rigor y cumplimiento. Por eso en el ámbito urbano, comportarse bajo los principios de Ripalda, Carreño y compañía era signo de distinción, y como esos signos no se percibían al interior de los tranvías, pues a muchos de sus usuarios que se relajaban fumando un buen tabaco les llegó el momento de ser sometidos por las prescripciones del Gobierno.
   La nota, escrita en términos también demasiado correctos, de urbanidad que hoy espantaría, nos proporciona el otro estado de cosas y que se relaciona con la varias veces centenaria presencia de los vendedores ambulantes. Claro aquel grupo de trabajadores informales sólo tuvo el descaro de invadir la entonces hermosa plaza de la Constitución, la Avenida 16 de Septiembre y las calles de Tacuba y Bolívar, por lo que se entendería que el resto de las que orgullosamente detenta ese lugar emblemático para la ciudad de los palacios, permanecía libre sólo al paso de los peatones y sin afectar el tránsito vehicular. Aquí también quedaron delatados por el anonimato otros tantos menores de edad que eran sorprendidos entrando a cantinas buscando –¡vaya usted a saber!- al padre que se retrasaba en llegar a la casa o al amigo que podría sacarlos de algún apuro mientras realizaban sus andanzas y correrías por las calles y los barrios. Pero como aquello era delito, había que combatirlo.

   Por cierto, hace muy pocos días, y a raíz de la “Feria de Museos” se exhibió a un costado del monumento de la Revolución, en la Plaza de la República el tranvía N° 0, mismo que es una pieza emblemática que custodia el “Museo de Transporte Eléctrico. Se trata, como ya se había comentado de un vagón o carro para 24 pasajeros, de la serie Brill. Aquí dos imágenes que se obtuvieron durante su exhibición.



NOTA:

Si desea entrar en contacto con el autor de estos trabajos de investigación, recopilaciones, y demás asuntos relacionados con la reconstrucción de la historia de Luz y Fuerza del Centro, o simplemente conocer su obra, con gusto lo remito a la "liga" en que aparecen sus datos curriculares:


En la cejilla "Acerca del autor", se encuentran todo mi perfil profesional, así como un archivo PDF que reúne toda mi obra, publicada desde 1987 y hasta nuestros días.

Muchas gracias.

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