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lunes, 21 de diciembre de 2015

POR SI FALTARA POCO…

EDITORIAL.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Poco más de seis años atrás, una de las consignas de aquel gobierno de cuyos nombres y personajes no queremos acordarnos, fue la de que independientemente de generar la extinción de Luz y Fuerza del Centro, las demás responsabilidades en el ámbito de la producción, generación, transmisión, distribución y comercialización de la energía eléctrica quedaban en manos de la Comisión Federal de Electricidad. Apenas comenzar este 2015 que se nos va, y bajo la figura de otro gobierno que ha demostrado unas capacidades que espantan y alucinan, aprobó por vía de las cámaras la Reforma energética y sus leyes secundarias, con lo que quedaba sentenciado a nada el contenido del Art. 27 constitucional, que tantas veces salió como referencia de que ellos, los señores del gobierno, tenían que recordar en una lección que parece no interesarles, bajo los influjos de la postmodernidad y el neoliberalismo más feroz que la humanidad haya vivido. Por esas sencillas razones, en las que los países del tercer mundo tienen que someterse a los dictados del gran capital, está el hecho de la última noticia con que nos dejan claro el mensaje de sus propósitos: “En 2016, primera licitación para transmisión eléctrica”, lo que significará la apertura a inversionistas privados, nacionales y extranjeros para el manejo, en principio de las líneas de transmisión que conectarán al Itsmo de Tehuantepec con el centro del país… y de ahí, ¡pa´l real! con lo demás.


Lo anterior parece poca cosa, pero significa una más de las burlas que se cometieron, en principio con la propia Luz y Fuerza del Centro, y a lo que se ve, quien podrían seguir en la lista de sentenciados sea la propia Comisión Federal de Electricidad, que parece más vulnerable debido a que su base trabajadora se debe a un contrato colectivo “blanco”, con lo que sus agremiados se encuentran en condiciones más riesgosas de perder su fuente de trabajo… y esto, por parte del gobierno “con la mano en la cintura”.
   La antigua defensa que hizo de su territorio Luz y Fuerza del Centro tenía unas razones innegables, pues ello suponía la indeseable presencia de empresas que, en la supuesta apertura de las licitaciones, impulsadas por los intereses de unos cuantos funcionarios, suponía que, sin problemas se enquistaran en el ámbito de control de esta paraestatal, misma que, a través de su sindicato, el Sindicato Mexicano de Electricistas, simplemente tuvieron que retirarse ante las presiones, pues de habérseles permitido libertad de acción, diversas empresas extranjeras, habrían podido extender sus influencias sin ningún empacho.
   No habiendo más alternativa que la extinción, Luz y Fuerza del Centro y su gran plantilla de trabajadores pagó con creces el costo de un alto valor de intereses que, desde el sexenio de Luis Echeverría Álvarez ya estaban contemplados. Sin embargo, fue con el “presidente del empleo” quien puso en el paredón a esta centenaria empresa, a la que remató en forma indigna, y cuyo saldo fue, además, el de 44 mil trabajadores sin empleo… ¡vaya paradoja!
   Hoy, el sistema de un nuevo capitalismo que quiere mostrar todas sus capacidades, como imperativo de la modernidad que aquí y ahora se ha plantado amenazante y ensoberbecido, busca afanosamente establecer sistemas de producción que satisfagan sus más oscuros deseos, sin que valga de mucho la enorme lucha que viene realizando por un salario digno –inexistente por otro lado-, para la clase trabajadora que no tiene, por ahora, más alternativa que someterse a dichos dictados.
   Este nuevo capítulo, ensombrece los ánimos para un país que siguen entregando a la voracidad del capital, incapaz por otro lado, de resolver el enigma de una vida honesta para la clase trabajadora, la cual se convierte en el alma y motor de una nación con largas pretensiones de avanzar por el camino correcto. Sólo que sus gobernantes no han sido, como se puede concluir, lo mejor de lo mejor desde hace mucho tiempo.


21 de diciembre de 2015.

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