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lunes, 23 de marzo de 2015

LA REVISTA "LUX"..., UNA POR UNA..., Y LAS QUE SIGAN. AGOSTO DEL AÑO 1928. REVISTA LUX N° 8.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   El ejemplar que ahora se reseña, corresponde al mes de agosto de 1928. Presenta en la portada una interesante imagen denominada “El Encanto de un Paisaje Tropical”, mismo que muestra, a contraluz, y sólo esta, la luz solar pudo ser escamoteada por el fotógrafo justo en el momento del paso de algunas nubes, así como por la sombra que dan las palmas, con lo que el resultado puede apreciarse como sigue:

Portada de la revista LUX, agosto de 1928.

   El tono, tanto para la tipografía de sus enormes letras, como de la fotografía es, en la paleta de colores el violeta, que corresponde también al estilo y diseño que se estaban dando por aquellas época en diversas publicaciones, mismas que seguramente con este toque de efecto visual, llamaban la atención, pues rompían de alguna manera con lo establecido.
   De inmediato, uno se encuentra con la EDITORIAL, misma que se ocupa de un caso en el que se plantean las diferencias de trato habidas entre los trabajadores norteamericanos y los mexicanos, en particular los electricistas. Al parecer se deja notar el beneficio en el trato habido para con los de Norteamérica, mientras los nacionales siguen enfrentando el desdén de los patrones, sobre todo cuando el reclamo que se ventila tuvo que ver con la honesta petición de los días de descanso por vacaciones, omitiendo los empresarios que el hombre no es una máquina, pues “Miran al trabajador como a una máquina a la que hay que cuidar, aceitar y limpiar, y si para nuestro amor propio de indolatinos puede ser molesto y denigrante el que se nos considere como autómatas, aún debe serlo más el que se no de el trato de bestias de carga para las que no debe haber consideraciones de ninguna especie; a las que es necesario sacar el jugo hasta el agotamiento, que al fin podemos ser fácilmente sustituidos en el caso de sucumbir abrumados”. Por tanto, es el trabajador un ser sensible que tampoco puede quedar sujeto al trato despótico en la medida en que cumpla con “derechos” pero también con “obligaciones”.
   La “Página del Comité” aborda el que era ya para entonces un proyecto camino a la consolidación. Me refiero a la construcción de casas en abonos, planteamiento que vino dándose a conocer desde algunos números atrás de la publicación aquí reseñada. Se trata de una larga reflexión que alienta el fin o propósito de muchos trabajadores quienes, entre sus muchas aspiraciones, desean contar con un digno espacio llamado casa o departamento, mismos que se convierten en parte de aquel esfuerzo cuya inversión no sólo es económica. También lo es en términos de la dedicación y responsabilidad a que se afana el obrero a lo largo de una vida dedicada al trabajo, y que puede tomar, como fue el caso en Luz y Fuerza del Centro, y en su última época, siendo la Cláusula N° 64 del Contrato Colectivo de Trabajo su mejor modelo:

CLÁUSULA 64.-JUBILACIONES.-Los trabajadores que cuenten un cierto tiempo de servicios a LyF tendrán derecho, en los casos en que se separen o sean separados de él, a una cuota de jubilación consistente en un porcentaje de su salario de base que les será pagado bisemanalmente hasta que mueran. Dicha cuota es independiente de cualesquiera otras cantidades a que el trabajador tenga derecho conforme a este Contrato, y se hará efectiva en los casos y condiciones que se establecen en las siguientes fracciones, en la inteligencia de que, para preferencia en los pagos, las Partes convienen en asimilar esta cuota a salarios.
I.-REQUISITOS.-Los requisitos necesarios para que los trabajadores puedan solicitar y obtener su jubilación en los diferentes casos, son los que se expresan en los incisos siguientes:
a).-Generales.- Cualquier trabajador podrá solicitar y obtener su jubilación, siempre y cuando haya cumplido veinticinco años de servicios y cincuenta y cinco años de edad, o treinta años de servicios sin límite de edad.
Asimismo, las mujeres podrán solicitar y obtener su jubilación con el 100% (cien por ciento) de su salario de base, cuando hayan cumplido veinticinco años de servicios sin límite de edad.
Los trabajadores que laboren o hayan laborado durante 15 años en Departamentos o Secciones con línea viva o energizada, entendiéndose por este concepto los trabajos que implican el manejo o la operación temporal o definitiva de los conductores o equipos eléctricos energizados con alta tensión de líneas de distribución aéreas o subterráneas mediante el uso de equipo y técnicas especiales apropiadas, y que deban ejecutarse sin interrupción del servicio eléctrico.
Se entiende por líneas de distribución aquéllas operadas por LyF a tensiones de 6, 13.2 y 23 K.V. y por líneas de transmisión aquéllas cuya tensión entre fases sea de 85, 115, 230 y 400 K.V., así como las que en el futuro llegare a utilizar LyF.
En aquellos circuitos primarios de distribución que cuenten con una fase y neutro o con dos fases y neutro, si se llevan a cabo trabajos en donde se involucre el movimiento del conductor o conductores energizados, se deberá considerar como trabajo en línea viva o energizada.
Los trabajadores que se encuentren en las condiciones antes mencionadas podrán solicitar y obtener su jubilación a los 28 años de servicios sin límite de edad con el 100% de su salario de base, o bien cuando habiendo cumplido 55 años de edad reúnan el tiempo de servicios establecido en la tabla correspondiente, caso éste en que se aplicará la cuota señalada en dicha tabla.[1]

   El C. Ignacio Herrera, entonces Operador de Subestaciones, colaboró en “Nuevos Horizontes”, dando su opinión al respecto de la creación y organización de una Cooperativa Industrial, misma que fue propuesta por Herrera, quien después de haber hecho una justificación del mismo, exaltó las bondades que un “Cooperatismo entre los elementos que me son afines (…)” para la formación de “alguna sociedad que explote algún desarrollo eléctrico”, precisamente igual que en nuestros días, cuando han asomado las propuestas de crear cooperativas para dar servicio al interior de diversas instalaciones que han venido reclamándose (por parte del Sindicato Mexicano de Electricistas), en nombre de la justicia, y con ello tener la oportunidad de que una mano de obra especializada, ofrezca diversas opciones que van del mantenimiento de las instalaciones, a la fabricación de diversos elementos de uso frecuente en las redes eléctricas.
   Surge en la página 7 el siguiente y emotivo texto de José Enrique Rodó (1871-1917), escritor uruguayo de altos vuelos, quien en El Obrero deja testimonio de su sentir sobre tan notable personaje:


   Nuevas secciones dan brillo al contenido de la revista. Entre otras se encuentra “Temples de acero”, que dedica su espacio a recrear la vida de diversos personajes que proyectaron su vida y obra a los aspectos en beneficio de la humanidad. También se encuentran “Lecturas para Obreros”, la cual no necesariamente recogería reflexiones políticas o filosóficas en torno a las doctrinas que deben seguir estos para su formación intelectual. También se encuentran temas eminentemente técnicos o científicos, con datos como que “El METRO, unidad de medida que todos conocemos, es la diezmillonésima parte del cuarto de un meridiano; es decir, la distancia de un polo al Ecuador”.
   Allí están de nuevo la dedicada a la “Higiene”, o el bien posicionado conjunto de apuntes que Armando Raspa presentó en “Sincronizando O.K.”, cuya lectura resulta muy interesante, pues echando mano de un lenguaje absolutamente coloquial, no deja “títere sin cabeza” en cuestión de ocuparse no de asuntos, sino de personajes a los que mencionándolos con su nombre y apellido, da a cada uno de ellos su correspondiente “repasada”. Creo que todos esos escritos, ya reunidos en un volumen cuidadosamente anotado, podrían convertirse en la visión de una época para entender los síntomas y comportamientos que habría tenido el propio Sindicato en ese entonces. Raspa conserva un aire de influencia estridentista. Léanlo ustedes y luego, para continuar con el ejercicio, deben buscarse textos de Arqueles Vela, Germán List Arzubide o Manuel Maples Arce para entender el lenguaje que procede de tal experiencia literaria.
   Las “Notas de Hollywood” que hasta ahora siguen siendo un misterio, pues al no mostrar ninguna autoría, se desconoce al encargado de las mismas, pero que poseen el conocimiento de causa que se requería para desplegar tal cantidad de información, la cual estuvo aderezada por las imágenes respectivas. “Gráficas Mundiales” y “Página Festiva” vuelven a dejar su grata estela. Allí están también unos interesantes textos de Juan de Dios Peza en un fragmento de “Altamirano íntimo” cuyo título es: “Aquí no se sientan los indios”. Fue una costumbre de ciertas revistas de la época recoger páginas de célebres autores nacionales, cuya tendencia estuviese destinada a la exaltación de pasajes históricos, o de personajes cuyas vidas representan testimonios heroicos o literarios de altos vuelos. Páginas más adelante, y para no ser la excepción, también se incluye una de las famosas “Leyendas históricas” de Heriberto Frías. Me refiero a “La desgracia de Tizoc”. Infaltable también la “Sección poética” donde aparecen poemas de José Santos Chocano, E. Torres Leal y J. Antonio Gómez. “Un cuento mensual” es el que entregó “A.M.” y cuyo título es “El Medidor de la Infidelidad”
   “Informaciones noticias y comentarios gremiales” es un espacio en el que los lectores potenciales por aquel entonces, debieron enterarse, por ejemplo de la discusión del Proyecto de Convenio “formulado por nuestra organización”.
   Las “Notas Sociales”, “Deportes” cierran este número, aderezado también de la publicidad que seguía respaldando el presupuesto para una entrega que ostenta digna presentación.


[1] Disponible en internet, marzo 23, 2015 en: http://www.sme.org.mx/ consultando la liga “C.C.T.” CONTRATO COLECTIVO DE TRABAJO Celebrado entre Luz y Fuerza del Centro y el Sindicato Mexicano de Electricistas 2008-2010, 612 p., p. 302-3.

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