LA LUZ y LA FUERZA DE UNA FOTOGRAFÍA.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
La fotografía cuyo contenido es el de un discurso industrial tiene, hoy día significados que podrían acercarse al plano de la estética. De una importante colección de imágenes que se remontan medio siglo atrás, traigo hasta aquí un par de ellas que, por su composición no sólo se constituyen como una mirada emblemática, sino que poseen otros tantos elementos que las convierten en registros fotográficos insustituibles. Una y otra recogen partes colaterales que sirven, y esperamos sigan sirviendo para dar sentido al funcionamiento de una de las cuatro unidades generadoras de la planta termoeléctrica “Ing. Jorge Luque Loyola”, ubicada en terrenos de la antigua hacienda de Lechería, en estado de México.
Por si fuera poco, entre tuberías, bridas, tapas, válvulas y una disposición geométrica compleja como pocas, la perspectiva permite encontrar un primero, un segundo y quizá hasta un tercer plano pues la profundidad y la calidad de estos dos registros son suficientes para entender que quizá no era sólo el propósito de ilustrar alguna información o reportaje del momento, sino dejar testimonio de que el avance tecnológico se dejaba notar, no sólo en el obturador de una magnífica cámara fotográfica, sino de lo que representaba para un país en pleno y pujante desarrollo, servirse de nuevos elementos que se integraban a la enorme infraestructura de una empresa que, como la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, representaba, para esos primeros años de la sexta década del siglo XX, una de las opciones de progreso más notables, la cual operaba como sólido puntal en el corazón de México.
Y justo hoy, mientras voy pergueñando estas notas, y al calor de las noticias que van surgiendo, es posible enterarse de que la Presidencia de la república ha entregado a un particular estudios sobre la extinción de Luz y Fuerza.[1]
Con ello, y ante la potente e impresionante “vista” de una y otra fotografías, me queda muy claro el hecho de que esta maravillosa empresa, cohabitando con tales maravillas del progreso hubiese sido capaz de convertirse en una carga, misma que llevó al gobierno anterior de triste memoria, a decidir un proceso de desincorporación por extinción de Luz y Fuerza del Centro, mismo que, para octubre de 2012, ya calificaban como “una actividad trascendente que conlleva un ahorro presupuestario con el consiguiente beneficio a la sociedad a la cual se presta el servicio público de energía eléctrica en la zona geográfica de influencia del extinto organismo descentralizado”.
No busco aquí otra cosa que una plena justificación, sobre el hecho de que Luz y Fuerza del Centro significaba primero, para toda su plantilla de trabajadores, el sustento legítimo de ingreso salarial y luego la plena satisfacción de que su posicionamiento, de haberse llevado una correcta dirección por parte del estado, habría sido suficiente para justificar su presencia, entre otros con el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012.
Me enorgullece presentar y compartir con ustedes no sólo imagen. También una actitud crítica, sensata y equilibrada, así como espíritu y sentido de pertenencia que, a pesar del trance que padecimos en aquella “noche triste” de octubre de 2009, seguimos perteneciendo a esa enorme y orgullosa familia de electricistas.
NOTA: Si desea entrar en contacto con el autor de estos trabajos de investigación, recopilaciones, y demás asuntos relacionados con la reconstrucción de la historia de Luz y Fuerza del Centro, o simplemente conocer su obra, con gusto lo remito a la "liga" en que aparecen sus datos curriculares:
En la cejilla "Acerca del autor", se encuentran todo mi perfil profesional, así como un archivo PDF que reúne toda mi obra, publicada desde 1987 y hasta nuestros días.
Muchas gracias.
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