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jueves, 11 de abril de 2013

SOBRE EL ANILLO DISTRIBUIDOR. 1 DE 2.

CURIOSIDADES ELÉCTRICAS DE ANTAÑO, EXHUMADAS HOGAÑO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

¿CÓMO FUNCIONABA HACE MÁS DE MEDIO SIGLO EL ANILLO DISTRIBUIDOR ASÍ COMO LAS SUBESTACIONES MÁS IMPORTANTES INCLUIDAS EN DICHO SISTEMA?

I

   La ciudad de México, hacia la segunda mitad del siglo XX, contaba ya en su epidermis, y en sus entrañas con una serie de infraestructuras eléctricas, señal del progreso galopante en el que, a ese ritmo, trabajó la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A.
   En esos años, tal megalópolis dependía, en términos de la producción, generación y transmisión de la ciudad del complejo sistema hidroeléctrico de Necaxa, de la planta de Ixtapantongo, perteneciente al Sistema “Miguel Alemán” de la Comisión Federal de Electricidad. 19 plantas generadoras, 16 de ellas hidráulicas y tres térmicas, una vasta y compleja red de líneas de transmisión, que luego entregaban dicha capacidad a otras tantas subestaciones reductoras, con lo que la energía seguía fluyendo por las complejas redes de distribución, mismas de las que ahora mencionaré algunos aspectos, tal y como se ocupó de ellos el Ing. Luis Inclán, Ayudante del Superintendente de Operación en aquellas épocas.
   Habiendo circulado ya la energía por las redes de distribución, estas conformaban un anillo distribuidor a 85,000 voltios, cuya extensión alcanzaba los 58 kilómetros. En ese tiempo, el anillo se encontraba constituidos por dos circuitos de cable de cobre que corría sobre torres de acero o sobre cuadros formados por postes de concreto y viguetas de hierro. Cada circuito era capaz de transmitir 45,000 KVA.
 

Disposición del Esquema del anillo distribuidor de 85 kV, en 1954.

   La otra parte del anillo –entre Nonoalco y Jamaica-, estaba formado por cable subterráneo compuesto por tres conductores monofásicos de cobre, con sección ovalada de 253 milímetros cuadrados, encerrados en un tubo de acero de 14 centímetros de diámetro, a dos metros de profundidad. El cable contaba con la capacidad de transmitir continuamente 60,000 KVA. Debe aclararse, como lo hizo el Ing. Luis Inclán, que los trabajos de la línea “Nonoalco-Jamaica” se convirtieron en su momento en una de las obras de ingeniería eléctrica más notables del sistema de distribución. Para conservarlo, hubo necesidad de instalar 10 pozos de visita, lo cual permitía una supervisión permanente del mismo.
   No sólo fueron los pozos de visita. También las subestaciones. Allí estaban y siguen estando la S.E. Nonoalco, S.E. San Lázaro, S.E. Jamaica, S.E. Taxqueña, S.E. El Olivar, S.E. Tacubaya y S.E. Los Morales. En las subestaciones secundarias se reduce el voltaje para ser distribuido a los centros de trabajo y colonias de la capital a 6,000 voltios (valor de voltaje que ya no está en uso en nuestros días) por medio de líneas aéreas y cables subterráneos, siendo de esa forma en que se utilizara de mejor manera por la industria mayor.

CONTINUARÁ.

NOTA: Si desea entrar en contacto con el autor de estos trabajos de investigación, recopilaciones, y demás asuntos relacionados con la reconstrucción de la historia de Luz y Fuerza del Centro, o simplemente conocer su obra, con gusto lo remito a la "liga" en que aparecen sus datos curriculares:


En la cejilla "Acerca del autor", se encuentran todo mi perfil profesional, así como un archivo PDF que reúne toda mi obra, publicada desde 1987 y hasta nuestros días.

Muchas gracias.

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