Además de que los
siguientes datos ya forman parte del “anecdotario electricista”, no está por
demás recordar, hoy que es 31 de mayo la efeméride respectiva. Ya veremos por
qué.
Transcurrían los días finales de 1954, y los
primeros de 1955. La entonces Compañía
Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. contaba con una serie de edificios e
instalaciones desde los cuales se realizaban diversas actividades con vistas a
dar servicio a la población concentrada en la zona centro del país. Uno de los
que funcionaron por largo tiempo fue el de las calles de Gante N° 20, cuya
construcción se remonta a los años de 1921 y 1922, mismo edificio que hoy día
se mantiene en pie y tiene ya otros fines, al servir para una institución
bancaria. Sin embargo, el crecimiento, la expansión que la propia empresa iba
manifestando día con día, fue generando la necesidad de buscar un edificio de
mayores magnitudes, capaz de concentrar en una sola instalación un conjunto
diverso de departamentos, gerencias y demás dependencias convirtiéndose en el
corazón y el cerebro de toda la empresa, con objeto que desde ese punto se
tomaran las más importantes decisiones.
Fue por eso que un grupo de técnicos
encabezados por el ingeniero Alfonso Fernández del Busto, entonces Subdirector
Técnico de la Empresa, se dieron a la tarea de estudiar un programa de
construcción de edificios de largo alcance, los cuales dieran albergue –en el
futuro-, a las oficinas principales de la Compañía
de Luz.
El edificio “Verónica” durante su proceso constructivo. Ca. 1957. Col.
del autor.
Dicho programa incluía aparte de las
oficinas generales, área de laboratorios, talleres, almacenes y garaje. Para
poner en marcha un proyecto que luego se materializó, el grupo de apoyo que
dirigió el Ing. Fernández del Busto estuvo acompañado por los arquitectos
consultores FRANCISCO & JACOBUS de la ciudad de Nueva York, así como los
arquitectos Manuel y Carlos Ortiz Monasterio, cuyo bufete se encontraba en la
ciudad de México.
Meses más tarde, y precisamente al
transcurrir el 22 de agosto, El Ing. Gustave
Maryssael puso la primera piedra para la construcción del edificio Luz y Fuerza
en Verónica.
El nuevo edificio representó una inversión
de 20 millones de pesos y se calculaba que en año y medio quedarían terminados
los trabajos, siendo uno de los más modernos, útiles y amplios de la ciudad de
México.
El moderno gigante se levantó sobre un
predio de 15,350 metros
cuadrados con una superficie construida de 29,000 metros
cuadrados incluyendo los dos cuerpos de que consta, uno
de ocho y otro de cuatro pisos, ambos con sótanos.
Planeado para contar con lo más avanzado de
las instalaciones de aquella época, se consideró, entre otras cosas: las
escaleras eléctricas y elevadores, ventilación a presión con aire purificado,
garage, restaurante, auditorio, sala de juntas, biblioteca y sala de
proyecciones. La obra fue encargada a los arquitectos Manuel Monasterio e Hijos
en lo que respecta a la proyección, siendo la Constructora “Maya,
S.A.” la realizadora.
Finalmente, para el 31 de enero de 1958 fueron ocupadas por primera vez las instalaciones del
edificio “Verónica”, Colonia Tlaxpana, en el Distrito Federal.
NOTA:
Si desea entrar
en contacto con el autor de estos trabajos de
investigación, recopilaciones, y demás asuntos relacionados con la
reconstrucción de la historia de Luz
y Fuerza del Centro, o simplemente conocer su obra, con
gusto lo remito a la "liga" en que aparecen sus datos curriculares:
En la cejilla "Acerca del autor", se encuentran todo mi perfil profesional, así como un archivo PDF que reúne toda mi obra, publicada desde 1987 y hasta nuestros días.
Muchas
gracias.
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