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sábado, 12 de septiembre de 2015

LA PLANTA DE NECAXA: RECONOCIMIENTO HISTÓRICO Y PATRIMONIAL. DEFENSA CONTRA LOS RIESGOS y LOS OLVIDOS.

EDITORIAL

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Con motivo de las actividades que se llevaron a cabo en el Instituto de Investigaciones Históricas "Dr. José María Luis Mora", a propósito del evento denominado...


...comparto con ustedes la lectura de un texto que preparamos y presentamos Antonio Guadarrama Saucedo y quien administra el presente blog.

   La reciente participación del Dr. Pablo González Casanova, en el Coloquio-homenaje por el centenario de Adolfo Sánchez Vázquez, parece retratar la actual fisonomía de comportamientos habidos entre un capitalismo que de igual forma omite la historia que las relaciones humanas. Advierte además el sociólogo que es “la barbarie de la globalización una forma de dominación y despojo que caracteriza a la historia actual”.
   Y la historia actual no puede ser ajena a circunstancias como lo ocurrido hace casi 6 años, justo el 11 de octubre de 2009, cuando el estado declaró extinta a Luz y Fuerza del Centro (LyFC, por sus siglas), aduciendo mala administración, combinada esta con el proceder de más de 44 mil trabajadores adscritos al poderoso y contestatario, pero también fracturado Sindicato Mexicano de Electricistas (S.M.E., por sus siglas). En el fondo, como ya es de todos conocido, el propio estado con una acción tan salvaje, borró del mapa a LyFC y puso en jaque desde ese momento al S.M.E. ¿Con qué objeto? Tener el camino libre, echarnos del camino tal cual lo demandaban los intereses capitalistas que culminaron en otra maniobra de lesa traición: la Reforma energética y sus leyes secundarias que hoy siguen mostrándose débiles e inciertas en un escenario nada favorable en este mundo caótico que hoy vivimos, pero que como el arte de burlar, tuvo efectos contundentes no solo en el art. 27. También en el 123 constitucionales, eliminando una empresa paraestatal y violentando los derechos laborales de miles de trabajadores.
   Ese es un escenario en el que, como lo advierte González Casanova “estamos perdiendo la praxis, hacemos discusiones absurdas que tienen que ver con la lucha por el poder, son desplantes en el contexto de la restauración del capitalismo, la tragedia de la humanidad”.
   En ese repensar hechos tan recientes y que nos obligan a serios análisis, otros sectores nos involucramos en el salvamento de un patrimonio artístico, cultural y tecnológico del sector eléctrico frente al riesgo que representó y sigue representando una extinción que administrativamente persiste. Sin embargo, los pocos que sentimos un vínculo, un lazo de responsabilidad en dicha custodia y preservación tuvimos que actuar aisladamente, hasta rescatarse, por ejemplo, el pequeño acervo que ya había reunido el Archivo Histórico y que hoy resguarda el Archivo General de la Nación. O también parte de su colección cinematográfica, que hoy custodia la Filmoteca de la U.N.A.M.”
   Fue así como el 18 de abril de 2012 se crea el Comité para la defensa del patrimonio cultural, tecnológico e industrial del sector, eléctrico, Asociación Civil (CODEPACUTI.S.E., A.C. por sus siglas), organización que comienza a ver materializados varios propósitos establecidos en sus propios estatutos, cuya esencia la encontramos en su “Declaración de principios”, a saber:

En las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, los cambios operados en la manera de entender el pasado y la modificación a los paradigmas de la ciencia histórica, trajeron aparejada la aparición de una serie de nuevas ramas o especializaciones de la Arqueología, entre ellas la Industrial, que pone el acento en aspectos de la vida cotidiana de nuestros antepasados más recientes, lo que implica reflexionar acerca de la importancia que tiene el rescate de un patrimonio que día a día tiende a desaparecer frente nuestros ojos ante la acometida del paso del tiempo y de un, muchas veces mal entendido, criterio de progreso.
La rápida e inexorable aparición, auge, y en algunos casos, desarrollo de nuevas tecnologías, procesos de fabricación y nuevos materiales hacen que una planta industrial, un edificio público, un archivo o una simple instalación, se consideren como algo obsoleto e inútil. Sin embargo, no perdamos de vista que son joyas invaluables y se deben considerar parte de los antecedentes históricos que le dan vigencia a nuestro presente y futuro, por lo que ese acervo se debe constituir en un auténtico museo vivo, que debemos preservar para evitar pérdidas irreparables en la historia de México.
Bajo estas consideraciones, aceptemos que se hace necesario resguardar y preservar la infraestructura de la Industria Eléctrica en México, construida a partir de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX. En esos años se asistió a una verdadera revolución, no sólo en técnicas constructivas y soluciones tecnológicas y de ingeniería, sino en el propio desarrollo y uso de la energía eléctrica, que se proyectó como símbolo de progreso, dando un gran impulso a otras actividades industriales, comerciales y del transporte, las que propiciaron un significativo desarrollo económico, cultural, tecnológico e industrial en México.
 Esta parte del patrimonio industrial tiene un grave problema: Ni las instituciones gubernamentales, ni la sociedad, ni aún los integrantes de las comunidades donde se encuentran, reconocen su valor histórico. La expoliación de las instalaciones industriales en México es constante; la indiferencia de la clase política y, en parte, de los propios integrantes de las comunidades en dónde se localizan -poco conscientes de su valor- hacen peligrar algunas joyas de la ingeniería y la arquitectura industrial del Sector Eléctrico.  
   A la fecha no existen en México normas específicas que protejan el patrimonio tecnológico e industrial, a pesar de que el propietario de las instalaciones vinculadas a la industria eléctrica es el propio Estado mexicano, no se hace un esfuerzo importante en la vigilancia y preservación de estos lugares, ni se les considera como elementos protegidos por la ley. Prácticamente no existen medios para controlar estas situaciones. La desaparición progresiva del patrimonio industrial es un hecho.
   Por lo tanto, estamos en riesgo de perder el patrimonio cultural, tecnológico e industrial de la Industria Eléctrica, patrimonio que tal vez nunca podamos recuperar. A veces, incluso, se dan casos en los que se quieren proteger elementos industriales pero las propias instancias gubernamentales lo limitan y hasta lo impiden. Para muchas personas la arqueología industrial no es historia: ¡Sólo es chatarra!
   Es de la mayor importancia divulgar la existencia y estado físico del rico patrimonio industrial del Sector Eléctrico; dar a conocer cómo se ha venido actuando en torno a este patrimonio industrial. No evitaremos dar nuestra opinión en temas que consideremos de importancia. Simple cuestión de independencia y credibilidad. Pretendemos ser una referencia en materia de conservación, desarrollo y reutilización del patrimonio cultural, tecnológico e industrial del Sector Eléctrico
   Estamos convencidos que podemos hacer mucho por la conservación de estos bienes que, indudablemente, pertenecen a la Nación. Declaramos que hacemos nuestros los mismos objetivos que se han fijado el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial -Sección México- (TICCHI) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). Que emprenderemos propuestas y acciones de sensibilización dirigidas a los miembros del Congreso de la Unión, a los funcionarios de la Administración Pública, a instituciones culturales, científicas y académicas, públicas y privadas, así como a toda la sociedad.
  
   Por todas estas razones, el CODEPACUTI.SE, A.C., considera que es una tarea indispensable difundir la información que permita comprender la importancia histórica, cultural, tecnológica e industrial del Complejo Hidroeléctrico de Necaxa (CHN, por sus siglas).
   Ante la falta de transparencia en el manejo de los bienes de LyFC por parte del Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (SAE, por sus siglas)), organismo encargado de su liquidación, nos preocupa que se puedan adoptar medidas arbitrarias que afecten este importante patrimonio. Asimismo, la falta de conocimiento y sensibilidad de los procesos históricos, culturales y sociales de nuestra Nación por parte de quienes nos gobiernan, puede generar una tragedia de incalculables dimensiones, como ha venido sucediendo en otras instancias históricas y culturales.
   El CHN es un legado muy especial, que a la fecha no ha sido suficientemente valorado; que presenta riesgos evidentes al no contar con el mantenimiento adecuado y que está amenazado de desaparición en virtud de esa falta de concreción de su valor para nuestra historia más reciente.
   Es un patrimonio en constante transformación y en peligro de extinción o deterioro o, en el mejor de los casos, de modernización; resultado de esa insensibilidad y tendencia destructora de los bienes culturales que actualmente domina el ambiente cultural y económico, es algo sobre lo que deseamos llamar la atención.
   Es del dominio público que con las nuevas políticas neoliberales, se está entregando el Sector Eléctrico a las transnacionales, bajo el mecanismo de los contratos de “utilidad compartida” A esos inversionistas sólo les interesa el  lucro  y  la ganancia: traen de sus países las nuevas  tecnologías, a sus ingenieros y técnicos para construir las instalaciones contratadas, y pronto retornan a sus lugares de origen llevándose ese importante conocimiento, además de la riqueza social.
   El CHN ha contribuido a generar -no sólo la electricidad- sino el propio desarrollo económico y social del México actual; cuestión profundamente menospreciada por quienes ven en la producción de la energía eléctrica sólo razones de negocios; soslayando los enormes esfuerzos y el cúmulo de conocimientos que han adquirido los ingenieros, técnicos y trabajadores del Sector Eléctrico en general y que lo han puesto al servicio del Pueblo de México, concretándolo en un sorprendente complejo hidroeléctrico. Asunto que sigue siendo de enorme importancia para el desarrollo económico y social de nuestro país.
   Es por estas razones que hemos decidido emprender la lucha en defensa del Complejo Hidroeléctrico de Necaxa, un símbolo del progreso y desarrollo de nuestro país, y nos proponemos conservar a todas y cada una sus partes, lo tangible y lo intangible, hasta lograr que se considere parte importante del patrimonio cultural, tecnológico e industrial de México.
   Estos propósitos los estamos haciendo extensivos para recuperar de igual forma el patrimonio cultural e histórico en riesgo, del propio S.M.E.

   Toca en esta ocasión, agradecer al Instituto de Investigaciones Históricas “Dr. José María Luis Mora” por ser la primera institución en abrirnos las puertas en forma clara y contundente a todos nuestros reclamos y demandas, que no son pocos, pero que en ello nos va la vida. Agradecemos del mismo modo, el generoso apoyo de la Dra. Eulalia Ribera Carbó, Profesora-Investigadora en tan noble institución, interesada en estos menesteres y pieza clave en la organización del Simposio Internacional: Historia de la electrificación. Estrategias y cambios en el territorio y la sociedad, cuya última versión se efectuó en el mes de marzo pasado, en el Palacio de Minería de esta ciudad capital.
   Como uno entre muchos de los resultados que se obtuvieron en aquellas jornadas, podremos conocer a continuación el “Manifiesto” denominado: “La necesidad de reivindicar el patrimonio cultural del sector eléctrico de México”, documento de alto valor, y cuyo contenido es motivo suficiente para seguir avanzando, ahora sí por terreno más firme. Esta es pues, nuestra respuesta, que hoy compartimos con ustedes. Muchas gracias.

Aquí el Manifiesto por la preservación, valorización y difusión del patrimonio cultural del sector eléctrico de México:

   En 2003 el Comité Inter­na­cio­nal para la Con­ser­va­ción de Patri­mo­nio Indus­trial (TICCIH, The Inter­na­tio­nal Com­mit­tee for the Con­ser­va­tion of the Indus­trial Heri­tage, por sus siglas) a tra­vés de la Carta de Nizhny Tagil de Patri­mo­nio Indus­trial con­si­deró el patri­mo­nio indus­trial como los res­tos de la cul­tura indus­trial que poseen valor his­tó­rico, tec­no­ló­gico, social, arqui­tec­tó­nico o cien­tí­fico y que por ello deben pre­ser­va­dos y difun­di­dos para el cono­ci­miento de las gene­ra­cio­nes futu­ras.  La Sec­ción de México, de dicho Comité, ela­boró en 2006 la Carta de Mon­te­rrey sobre Con­ser­va­ción del Patri­mo­nio Indus­trial, que tenía como obje­tivo refor­zar los valo­res y los obje­ti­vos de la Carta de Nizhny Tagil pero adap­ta­dos a la carac­te­rís­tica de la evo­lu­ción indus­trial de México.
   Pre­ci­sa­mente, dadas las carac­te­rís­ti­cas his­tó­ri­cas, eco­nó­mi­cas e indus­tria­les de dicha evo­lu­ción, México posee un impor­tante y rico patri­mo­nio pro­pio del sec­tor eléc­trico, que en algu­nos casos per­ma­nece en plena acti­vi­dad pero en otros sufre un sig­ni­fi­ca­tivo dete­rioro de las ins­ta­la­cio­nes, el robo de mate­ria­les y la des­truc­ción de archi­vos. Dicho patri­mo­nio tiene valo­res tan­gi­bles e intan­gi­bles que hoy por hoy no han sido valo­ri­za­dos ni son cono­ci­dos por la socie­dad en general.

Cen­tral de Necaxa

   Dadas todas estas con­si­de­ra­cio­nes en el marco del 3er. Sim­po­sio Inter­na­cio­nal  His­to­ria de la Elec­tri­fi­ca­ción. Estra­te­gias y cam­bios en el terri­to­rio y la socie­dad, cele­brado del 17 al 20 de marzo de 2015 en la Ciu­dad de México se hace el siguiente manifiesto:

1. El patri­mo­nio cul­tu­ral del sec­tor eléc­trico de México debe ser enten­dido desde una con­cep­ción inte­gral que con­si­dere tanto los ele­men­tos e ins­ta­la­cio­nes como el terri­to­rio, el pai­saje y los habi­tan­tes que viven junto a él como parte inte­gral en las estra­te­gias de docu­men­ta­ción, pre­ser­va­ción y valo­ri­za­ción del mismo.

2. Las auto­ri­da­des com­pe­ten­tes en mate­ria de pro­tec­ción del patri­mo­nio cul­tu­ral de México han de pres­tar aten­ción de manera activa y sis­te­má­tica a este patri­mo­nio, inci­diendo en tareas de inven­ta­rio, de res­cate de ins­ta­la­cio­nes, de pre­ser­va­ción de ves­ti­gios y archi­vos y en la reco­pi­la­ción de la memo­ria vivida de los tra­ba­ja­do­res; así como, en el esta­ble­ciendo puen­tes de diá­logo en esa acción con la socie­dad civil y las universidades.

3. Las uni­ver­si­da­des han de apor­tar sus habi­li­da­des y cono­ci­mien­tos en aras del estu­dio y la com­pre­sión del patri­mo­nio del sec­tor eléc­trico de México a tra­vés de even­tos como éste y otras estra­te­gias donde la inves­ti­ga­ción y la gene­ra­ción de cono­ci­miento se den de la mano con la difu­sión y la edu­ca­ción sobre los valo­res y carac­te­rís­ti­cas de este patrimonio.

4. La socie­dad civil orga­ni­zada y espe­cia­li­zada en esta temá­tica debe tra­ba­jar de forma cola­bo­ra­tiva, desechando sus con­flic­tos inter­nos y des­en­cuen­tros,  para dar a cono­cer y difun­dir este rico patri­mo­nio, creando con­cien­cia en la socie­dad de los valo­res que éste repre­senta.  Hay que recor­dar que defen­der un deter­mi­nado patri­mo­nio no es exclu­sivo de cier­tas pro­fe­sio­nes sino que puede ser com­pe­ten­cia de cual­quier ciu­da­dano que tenga sen­si­bi­li­dad por lo que simboliza.

5. Uni­ver­si­dad, socie­dad civil e ins­tan­cias guber­na­men­ta­les afi­nes deben tra­ba­jar de forma cola­bo­ra­tiva para cons­truir en pri­mer tér­mino, un inven­ta­rio del patri­mo­nio cul­tu­ral del sec­tor eléc­trico de México que per­mita cono­cer las carac­te­rís­ti­cas de cada ele­mento, así como, las poten­cia­li­da­des en tér­mi­nos cul­tu­ra­les, edu­ca­ti­vos y turís­ti­cos. En segundo tér­mino, se deben ini­ciar los pasos para la crea­ción de una ley nacio­nal del patri­mo­nio indus­trial de México o bien, la reforma espe­cí­fica de la  Ley Fede­ral de Monu­men­tos y Zonas Arqueo­ló­gi­cos, Artís­ti­cos e His­tó­ri­cos de 1972, que per­mita la pro­tec­ción legal de este patri­mo­nio eléctrico.

6. En México existe un ejem­plo de patri­mo­nio cul­tu­ral eléc­trico que por sus carac­te­rís­ti­cas puede ser con­si­de­rado patri­mo­nio de la huma­ni­dad: El com­plejo hidro­eléc­trico de Necaxa. Se deben ini­ciar tra­ba­jos para la lograr la nomi­na­ción de esa cate­go­ría para dicho patri­mo­nio con­tando con la par­ti­ci­pa­ción de las ins­tan­cias arriba reseñadas.

Ciu­dad de México, 20 de marzo de 2015

Para mayor información:

Ficha biblió­gra­fica:


COMITÉ ORGANIZADOR 3ER. SIMPOSIO SOBRE HISTORIA DE LAELECTRIFICACIÓN. Mani­fiesto por la pre­ser­va­ción, valo­ri­za­ción y difu­sión del patri­mo­nio cul­tu­ral del sec­tor eléc­trico de México. Geo­cri­tiQ. 5 de mayo de 2015, nº 137. [ISSN: 2385–5096]. <http://www.geocritiq.com/2015/05/manifiesto-por-la-preservacion-valorizacion-y-difusion-del-patrimonio-cultural-del-sector-electrico-de-mexico/>

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