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jueves, 3 de abril de 2014

LA C.F.E. SIGUE DANDO DE QUÉ HABLAR…

EDITORIAL.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   El día de hoy, La Jornada publicó un extenso reportaje en el que se puede apreciar la crítica situación de la que, para Felipe Calderón fue orgullosamente elevada a “empresa de clase mundial”. Sin embargo, en el sólo cintillo de la misma nota se indica que “Sus deudas [durante 2013] fueron equivalentes a más de cuatro quintas partes del valor de sus activos”.


   El asunto es muy grave, lo que es indicativo –luego de dar lectura a los datos duros y fríos- de que su administración no viene siendo la mejor, y de que ha sido incapaz de estabilizar sus condiciones en cuanto al hecho de ser la única empresa responsable en estos momentos, de la infraestructura eléctrica en el país, contando para ello que se ha comprometido a la producción, generación, transmisión, distribución y comercialización de la energía, tanto para consumidores domésticos como para industriales.
   Esta observación no lo hago por el solo gusto de hacer notar mi disgusto personal sobre los malos manejos en una empresa de tales dimensiones, sino por el hecho de que a ese fallo se suma la falta de voluntad política, al sentido común, no sólo del nefasto gobierno anterior, sino del actual en el sentido de materializar una serie de aspectos que, en concreto, tendrían que ver con la ya conocida y archiconocida petición del movimiento de “Resistencia” que sigue manteniendo firmemente el conjunto de miles de integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas que decidieron no liquidarse, pero que se encuentran aptos y en condiciones para encontrar una justa y digna reinserción laboral, tal y como lo acaba de plantear, por enésima vez el Secretario del Exterior del propio SME, Humberto Montes de Oca, en otra nota que apenas se publicaba ayer:

La Jornada, miércoles 2 de abril de 2014, p. 42.

   En estos momentos es prioritario sumar voluntades y confrontarlas a situaciones reales que, como la enfrentada por la CFE, permitan abatir esos síntomas de falta de productividad, mismos que se reflejan en lo financiero, pero también en la calidad de servicio, y en los elevados costos de sus tarifas, que ya vemos, no son casuales. En la medida en que el problema de estabilizar una empresa no sea obtenido por el factor presupuestal asignado anualmente, y por la función de sus empleados, en esa medida seguiremos encontrando el reflejo de la pésima administración en un servicio que se encuentra distante de ser el que ofrece su traído y llevado slogan.
 Si la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Energía y Comisión Federal de Electricidad, muy al margen del “patrón sustituto”, entendieran lo fácil que sería establecer estrategias de solución, yo no diría que al garantizar la devolución de la materia de trabajo a miles que esperan esa respuesta, solucione de golpe y porrazo la situación, pero los problemas serían menores, sobre todo porque la zona central, que antes estuvo bajo el dominio y control de Luz y Fuerza del Centro aportaba un importante factor de beneficios, y toda su infraestructura, independientemente del estado de deterioro que presentaba, funcionaba en condiciones normales. Regresar a ese estado anterior viene a ser, técnica y económicamente viable para que también la eficiencia encuentre su equilibrio. Tal escenario parece el más práctico, pero si la autoridad en este país pretende seguir obstruyendo las soluciones, por lo menos tres que ya planteó el SME, esto sería otra cosa.
   Espero, como esperan muchos, miles en este caso, que el gobierno y sus funcionarios se sensibilicen, y den soluciones concretas a demandas justas.

4 de abril de 2014.


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