LA REVISTA LUX Y SU
PARTICIPACIÓN EN EL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS. (1928 – 2014).
(CAPÍTULO XVII). AÑO 1963.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Varias de las portadas correspondientes a
1963 fueron ilustradas por Alberto Beltrán, colaborador cuya permanencia en LUX cubrió un periodo importante, pues
su obra, en apego con la clase trabajadora, quedó como vivo testimonio del
quehacer artístico solidario con sindicatos como el S.M.E. que contaba por
aquellos años con un medio de difusión, y que en este 2014 mantiene su
continuidad, incluso enfrentando el duro camino que comenzó a partir de octubre
de 2009, con la extinción de Luz y Fuerza del Centro. El resto de aquellas
portadas refleja los resultados habidos en varios procesos de elección, y en
otras queda el registro fotográfico de la conmemoración del tercer año de la
nacionalización de la industria eléctrica, donde una vez más, volvía a ser
Adolfo López Mateos, la figura protagónica.
Entre las muchas notas que destacan en el
año, pueden anotarse aquellas que dan cuenta de la próxima electrificación de
colonias proletarias, en las que el S.M.E. jugó un papel determinante, el
conflicto de la facturación bimestral,[1]
aviso de la construcción del estadio de Nuevo Necaxa. Fue una constante la
aparición, como suplemento de varios documentos eminentemente sindicales como
los convenios, tabuladores, los infaltables informes del Comité Central. Un aspecto
que no deja de ser preocupante, desde entonces en la notoria división que ya
caracterizaba al sindicato, por lo que la unidad fue una de las frecuentes
demandas que se acentuó con los años.
Diversos eventos culturales y deportivos
quedaron registrados en sus respectivas secciones. El desfile del 1° de mayo es
otro asunto que por años no dejó de incluir la redacción de LUX. La revista de los trabajadores, lo
cual es un reflejo de su participación institucional a un evento que se cumplió
como auténtico ceremonial impulsado por el estado hasta el punto de convertirse
en un episodio donde el S.M.E. quedó inmerso en ese tipo de conmemoración,
justo en aquellos tiempos en que el día 1° de mayo cobraba una importancia que
el gobierno supo manejar en términos de una perfecta orquestación
corporativista que parecía ser el reflejo de un estado de cosas que hacía ver
al sector obrero como un componente activo y reactivo a la vez, pero consciente
del profundo significado que tuvo aquella emblemática fecha, hoy ya perdida
gracias a los gobiernos neoliberales que simplemente la borraron del calendario
ya no sólo patriótico, sino como efeméride histórica cuya carga de elementos
incomoda y pone en entredicho a las estructuras gubernamentales.
En este 2014, año en que se cumple el
centenario del S.M.E. quedan restos de la que fue una gran biblioteca, mismo
concentrado cultural que ha pasado por diversas tribulaciones y peores manos
cuya administración quedó en condiciones de marginación e ignorancia. Pocas en
verdad han sido las personas apropiadas que, desde su fundación, por lo menos
se sabe que esta se dio en 1916, y hasta nuestros días, tuvieron un gesto
sensible para cuidarla, organizarla, catalogarla y ponerla al servicio de la
comunidad de trabajadores electricistas. Por años, LUX. La revista de los trabajadores dio cuenta de las nuevas adquisiciones, por lo
que resulta incontable el número de publicaciones, entre técnicas y literarias
que se integraron al corpus de
aquella biblioteca ejemplar, la cual estimo, pudo haber superado fácilmente los
20 mil títulos. Insisto, hoy, no tenemos una idea clara de qué ha sobrevivido
pues además de tenerla prácticamente “secuestrada”, la mueven de un lugar a
otro, y donde queda ubicada, siempre ocurre una desgracia, como la última
ocurrida, justo en el edificio de Versalles, donde una importante filtración de
agua hizo de las suyas, con lo que ya se imaginarán el nuevo infortunio a que
quedó sometida. ¡Qué pena!
A propósito, tal fue la cantidad de libros
que también editó el S.M.E. al paso de los años, que es bueno recordar la
publicación dada a conocer en julio de este año. Se trata de Contribución del SME a la resolución de los
problemas de la industria eléctrica nacionalizada y a la unidad de los
trabajadores electricistas, con las colaboraciones de Luis Aguilar
Palomino, Jacinto Viqueira, Odón de Buen Lozano, Enrique López Patiño y Luciano
Galicia.
Para julio, la propia revista anunciaba que
Luis Aguilar Palomino era reelecto para un periodo más, cubriendo así el
periodo 1963-1965.
LUX. La revista de los trabajadores, año XXX, 2ª época, N° 120, 1° de
agosto de 1963, p. 16-17.
COL. “FÁTIMA ALVARADO”.
LUX.
Año XXX (¿?), Segunda Época, N° 112, 31 de diciembre de 1963. (Dudoso).
Año XXX (¿?), Segunda Época, N° 114, 28 de febrero de 1963.
[1] Este caso fue planteado por la Compañía de Luz y
Fuerza del Centro, S.A., como opción para resolver las cuentas excedentes en
las Sucursales, a lo cual se empeñó decididamente. Convertido en un conflicto
laboral, este fue ventilado en la Junta de Conciliación, siendo la causa el que
la Comisión de Tarifas de Electricidad y Gas de la entonces Secretaría de
Industria y Comercio autorizara a la Compañía para facturar y tomar lecturas
bimestralmente, según lo indicaba el Diario Oficial de la Federación con fecha
31 de enero de 1963. El caso subió de nivel, y fue entonces que el Secretario
General del S.M.E. envió oficio al Presidente de la República, así como al
Secretario del Trabajo –Adolfo López Mateos y Salomón González Blanco,
respectivamente-, pidiéndoles su intervención para resolver ese problema, así
como el de la electrificación de las colonias proletarias.
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