LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA.
LÍNEAS DE TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
¡LISTA DE PRESENTE!
EL DIRECTORIO DE 1952 EN SU CONJUNTO.
En su momento me ocupé del interesante caso
del “Veronicazo” (Véase: http://kilowatito2009.blogspot.mx/2014/05/narracion-de-hechos-sobre-el-amargo_18.html).
Y habiéndose dado a conocer en el mismo trabajo algunos detalles de tal
episodio, conviene incluir a continuación, algunas otras notas que forman parte
de mi trabajo: “El Sindicato Mexicano de Electricistas. A 100 años de su
formación y consolidación (1914-2014), capítulo XX. Se trata de la “Narración
de hechos sobre el amargo caso del “Veronicazo” en julio de 1952. Antes, me
ocuparé, en esta LISTA DE PRESENTES, en proporcionar datos generales
relacionados con Julio Vargas Herrera y el Comité que se constituyó en esos
momentos cruciales.
JULIO VARGAS HERRERA, nació el día 12 de
abril de 1906 en la ciudad de México, D.F. Ingresó al servicio de las compañías
el día 7 de noviembre de 1924.
Se le considera como el promotor del
movimiento de Verónica.
Su actuación sindical se acentuó a fines del
año de 1952, cuando se hizo cargo de la Secretaría General del Sindicato. Siempre
fue considerado como un gran compañero y su actuación como Jefe de su
departamento correspondió invariablemente a la de un hombre consciente.
JULIO VARGAS HERRERA
Del
2 de agosto de 1952 al 14 de diciembre de 1952:
Secretario
General, JULIO VARGAS HERRERA, Secretario del Interior, JOSÉ TOBÍAS CHANÍN;
Secretario del Exterior, NICOLÁS BUSTOS MURILLO; Secretario del Trabajo, MIGUEL
GUZMÁN JASSO; Secretario de Educación y Propaganda, ABRAHAM LÓPEZ LARA; Secretario
Tesorero, GUILLERMO PRECIADO GÓMEZ; Secretario de Actas, TOMÁS ACUÑA NAFARRATE;
Prosecretario del Trabajo, JULIO LUNA ESCALANTE; Prosecretario de Divisiones,
EDUARDO SÁNCHEZ ALANÍS; Prosecretario de Provisionales, GERARDO REYES ROMERO; Comisión
Autónoma de Justicia (Procurador), DAVID VILLANUEVA ZÁRATE; Comisión Autónoma
de Justicia (Juez), EDUARDO CAMACHO GASCA; Comisión Autónoma de Justicia
(Juez), LUIS VALADEZ CAMPOS; Comisión Autónoma de Justicia (Juez), PRIMITIVO
FERNÁNDEZ HUERTA; Comisión Autónoma de Hacienda (Miembro), GUILLERMO PANIAGUA
ANGULO; Comisión Autónoma de Hacienda (Miembro), LUIS PONCE VÁZQUEZ; Comisión
Autónoma de Hacienda (Miembro), ROBERTO RAMÍREZ GUERRA.
EL DIRECTORIO DE VERÓNICA.
Habiendo visto en qué consiste el término
“Directorio”, del que también se puede agregar el hecho de que buscaba a toda
costa impedir que continuara o que se diera una dictadura personalista o
colectiva, como fue el caso del grupo delictivo encabezado por Juan José Rojas
Rivera, se llamó a la cordura, y los acontecimientos en el Garage de Verónica, fueron los que registraron un vuelco en el
destino del Sindicato Mexicano de Electricistas. Como ya se sabe, la fecha del
21 de julio de 1952, de entonces y hasta nuestros días, quedó y sigue quedando
inscrita en las efemérides del S.M.E. como un día en el que culminaba, a la
fuerza el viejo imperio del autoritarismo y la dictadura, y comenzaba otra
etapa colmada de esperanzas, a partir de la buena voluntad establecida por
aquel grupo denominado “Comité de Verónica”, integrado por:
Sobre
este asunto, Lux. La revista de los
trabajadores publicó la siguiente opinión:
Asumida la dirección del movimiento por los
compañeros Julio Vargas Herrera y José Tobías Chanín, de su peculio particular
lanzaron un manifiesto, que fue el grito de libertad que resonó por todos los
ámbitos donde se hallasen trabajadores del Sindicato.
Este manifiesto fue publicado en los
periódicos, y por ser la primera publicación hecha, la insertamos íntegramente.
A NUESTROS COMPAÑEROS MIEMBROS DEL S.M.E., TRABAJADORES
DE LA CÍA. DE LUZ Y FUERZA MOTRIZ.
El domingo 20 del actual, en la noche, el
señor Juan José Rivera Rojas, secretario general de nuestro Sindicato, en
flamante Cadillac, y acompañado de los miembros del comité, en otros cuatro
carros, sacó de su casa a nuestro compañero David Villanueva, sobrestante de
Líneas Aéreas y antiguo miembro de nuestra Organización, y lo llevaron a
Sindicato, donde los miembros del Comité Central, pistola en cinto, por el solo
hecho de que este señor había expresado su inconformidad con los manejos del
Comité Central. El señor Rivera Rojas, personalmente marcó un número de
teléfono y simuló hablar con una persona de la Policía, a quien denunció que en
el Patio de Verónica había habido un brote comunista,[1]
y que debería hacer varias aprehensiones. Como no lograron amedrentar al señor
Villanueva trataron de convencerlo y le pidieron que colaborara con ellos y
tratara de calmar a los trabajadores a sus órdenes, terminando por devolverlo a
su casa en el mismo coche del señor Rivera Rojas.
Ayer en la mañana[2] se presentaron en el patio de Verónica de la Compañía,
en donde se encontraban reunidos alrededor de quinientos trabajadores de los
Departamentos de Líneas Aéreas y Mecánico Centrales Térmicas, así como de la
Sección de Garage y Transportes de la propia Compañía, los señores Rojas
Güereque, Francisco Bustos y Roberto Ocampo, miembros los tres del Comité
Central, y trataron según dijeron ellos de “meternos al orden”. Con toda
entereza, los trabajadores les hicimos ver que estábamos cansados de la situación
que prevalecía en el Sindicato, de que no se rindieran cuentas del dinero que
recibía el Comité para Beneficios Sociales; de que se nos diera pésima atención
médica; de que no se nos hubieran entregado aún las escrituras de los terrenos
que hace
cerca de tres años terminamos de pagar,
en lo que va a ser la Colonia de los Electricistas, y de todos los atropellos
que se han cometido con nosotros. Que estábamos cansados de tener como
secretario general a Rivera Rojas, y que deseábamos que el puesto fuera ocupado
por un compañero que fuera honrado y capaz.
Rojas Güereque nos dijo que podíamos
quejarnos en las Asambleas, a lo que respondimos que como dichas Asambleas
estaban controladas por incondicionales de Rivera, no nos dejaban hablar, y por eso habíamos tenido que celebrar un
mitin en nuestro lugar de trabajo. Pedimos a los tres miembros del Comité allí
presentes, dijeran a Rivera Rojas que se presentara en Verónica para que se
diera cuenta del sentir de las gentes, cuando podían expresar sus opiniones,
sin miedo a sus esbirros a sueldo.
En el curso de la misma mañana de ayer,
Rivera Rojas, acompañado de todo su Comité, recorrió los Departamentos de la
Compañía de Luz, informando a los trabajadores que en el patio de Verónica,
había ocurrido un “brote
comunista” y que no hicieran caso de lo
que decían los compañeros de ese Departamento, porque sólo trataban de
desorientar y de hacer política.
Es por esto que nos hemos visto forzados a
emplear este medio para hacer saber, a nuestros compañeros de trabajo quienes
nos comprenderán bien porque han sido igual que nosotros víctimas durante diez
años de toda clase de tropelías cometidas por Comité Central, que no estamos
haciendo política, que
no somos comunistas sino honrados
trabajadores que queremos ganar el pan para nuestras familias, y que solamente
estamos protestando por los malos manejos de nuestros líderes, tratando de
hacer terminar una situación que ninguna persona que tenga dignidad y
vergüenza, puede tolerar por más tiempo.
Tampoco se nos puede hacer el cargo de estar
vendidos a la Compañía, ya que llevamos muchos años de pertenecer al Sindicato,
y siempre hemos luchado porque se respeten nuestras conquistas.
Como el Comité ha dicho que con manos de
hierro sofocará este brote rebelde, nos dirigimos en primer lugar:
AL C. PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, para
pedirle, como trabajadores y como ciudadanos, JUSTICIA; que reciba a una
comisión de nosotros para que, de viva voz, le expliquemos nuestras
dificultades; A LAS AUTORIDADES COMPETENTES, para que exijan al Comité Central
de Electricistas, que ponga a su disposición la contabilidad del Sindicato, con
el fin de que se aclare el empleo que se ha dado a los TREINTA MILLONES DE
PESOS, en números redondos que el señor Rivera Rojas ha recibido de la Compañía
de Luz, por diversos conceptos, desde que se hizo cargo de la Secretaría
General.
Al C. SECRETARIO DE TRABAJO Y PREVISIÓN
SOCIAL, para que tome conocimiento de que, en la imposibilidad de celebrar una
reunión en nuestro Sindicato, siempre controlado por los armados
incondicionales de Rivera, nos vemos obligados a celebrarla el día de hoy, a
las 15.30 Hs., en el patio de Verónica, Calzada de Melchor Ocampo N° 171,
esquina con Marina Nacional. Solicitamos que el C. Secretario envíe persona que
pueda darse cuenta del sentir real de los electricistas.
Y, por último pedimos a Rivera Rojas que en
vez de tratar de engañar a las autoridades y al público, denunciando complots,
para asesinarlo, y brotes comunistas, que sólo inventa para su provecho, y que
en vez de recorrer las oficinas de Gante, tratando de desorientar a los
trabajadores, nos conteste públicamente, por medio de la prensa, las siguientes
preguntas:
¿Qué ha hecho con los TREINTA MILLONES DE
PESOS a que antes hacemos mención?
¿De dónde han sacado él y sus compinches el
dinero para hermosas mansiones, y comprar lujosos coches y para llevar vida de
millonarios?
¿Por qué a los miembros del Sindicato y a
sus familiares solamente se les dan medicinas baratas, pretextando que no alcanza
el dinero que da la Compañía para sostener el Servicio Médico?
¿Por qué no nos han extendido las escrituras
de los terrenos que hace más de tres años terminamos de pagar?
¿Por qué en días pasados se puso un cartelón
en el Sindicato anunciando que no habría Asamblea y al día siguiente nos
sorprendieron con la noticia de que a última hora se había decidido celebrar
esa Asamblea y en ella se había acordado “por unanimidad” (de los
incondicionales) quitarnos a los trabajadores tres días de salario,
aproximadamente CUATROCIENTOS CINCUENTA MIL PESOS, para hacer frente a las
necesidades del Sindicato?
¿Por qué después de haber girado oficio a
las Compañías pidiéndoles nos hicieran el descuento antes indicado, el señor
Rivera Rojas dio contraorden? A esta pregunta sí podemos contestar nosotros.
Fue tanta la indignación de los trabajadores al ver que en un Sindicato en
donde debería haber enormes reservas de dinero para casos de emergencia, se
tratara de quitarnos tres días de salario, para solventar las necesidades del
Sindicato que Rivera Rojas se asustó y prefirió renunciar a ese dinero antes
que exponerse a perder su jugoso puesto.
PARA TERMINAR EXIGIMOS QUE RIVERA ROJAS
COMPRUEBE DETALLADAMENTE QUE HA HECHO CON LOS TREINTA MILLONES DE PESOS, que ha
recibido desde que es Secretario General.
COMPAÑEROS: DEFENDAMOS NUESTROS DERECHOS Y
DEFENDEMOS NUESTRO SINDICATO; los esperamos hoy a las tres y media de la tarde,
en nuestro local de Verónica, Calzada de Melchor Ocampo N° 171.
Por el Derecho y la Justicia del Trabajador.
Por los trabajadores inconformes con Rivera
Rojas y su Pandilla.
JOSÉ TOBÍAS CHANÍN (Credencial N° 2993).
JULIO VARGAS HERRERA (Credencial N° 1295)
La Primera Asamblea en Verónica.
El 22 de julio en la tarde, acudieron al
patio de Verónica más de dos mil trabajadores, en respuesta al manifiesto
publicado por Vargas y Tobías.
Se inició la Asamblea a las dieciséis horas,
presidida por los ya caudillos Vargas y Tobías. Al poco rato hicieron su
aparición varios grupos de trabajadores, que venían de las oficinas de Gante,
entre ellos numerosas empleadas, las cuales fueron recibidas con grandes
aplausos.
La mujer tomaba su posición en el Movimiento
Libertario, y daría pruebas de una constancia y tenacidad heroicas.
Julio
Vargas tomó la palabra y explicó brevemente el objeto de la Asamblea. Hizo
hincapié en que no se trataba de un movimiento comunista y desafió a cualquiera
a que en los veintisiete años de servicio en la empresa, probase que él tenía
ligas de esta naturaleza. Los dos mil trabajadores le tributaron una ovación
prolongada.
Después habló Fernando Torres, que hizo una
glosa de todos los cargos que se presentaban a Rivera Rojas y de las
determinaciones que debían seguirse.
Cuando empezaron a circular las boletas, en
las que todos los presentes debían escribir su nombre y número de credencial,
Vargas interrumpió para advertir que no debería haber temores, pues se contaba
con el apoyo del Secretario del Trabajo, y que no habría descuentos ni sanciones
para los que valientemente dieran a conocer su presencia, pero que ésta era muy
importante hacerla notar para que las autoridades tomaran nota de que se
trataba de auténticos trabajadores; pues se hallaban presentes en la Asamblea
dos inspectores de la Secretaría del Trabajo en calidad de observadores.
Tomaron la palabra Primitivo Fernández
Huerta, Eloísa Fandiño de Martínez, la cual fue muy ovacionada por llevar ella
en sus frases sinceras y vehementes la voz de las mujeres trabajadoras; habló
también Carlos Cuéllar, a quien injustamente Rivera Rojas le había impuesto la
cláusula de exclusión.
La asamblea tomó el acuerdo inmediato de
desconocer a Rivera Rojas y a todo el Comité Central del Sindicato; consignar a
la Procuraduría al mismo Rivera por fraude de treinta millones de pesos, al
igual que sus cómplices; enviar telegramas al Presidente Alemán, Al Secretario
del Trabajo y a la Compañía de Luz.
Igualmente se acordó formar un Directorio,
en tanto que se convocaba a elecciones para elegir nuevo Comité. Este
Directorio quedó formado por los compañeros Julio Vargas Herrera, José Tobías
Chanín, Luis Valadez Campos, David Villanueva Zárate, Antonio Saldaña Velasco,
Miguel Álvarez, Jesús Padilla, Primitivo Fernández Huerta, Guadalupe Martínez y
Carlos Cuéllar Islas.
La actitud del
Gobierno.
Al día siguiente, Vargas y Tobías
solicitaron y obtuvieron una entrevista con el Sr. Secretario del Trabajo, Lic.
Ramírez Vázquez.
El resultado de ésta lo expuso Vargas en la
Asamblea que se celebró en la tarde en Verónica. Con entusiasta optimismo
Vargas dijo:
-Ramírez Vázquez nos
ha inspirado confianza y está dispuesto a ayudarnos. Dijo que su categoría de
funcionario le impedía asesorarnos, pero que si teníamos la mayoría en nuestro
movimiento, el triunfo sería de nosotros. También dijo que el Presidente Alemán
conocía paso a paso lo que estábamos haciendo y que era amigo de los obreros.
Eso provocó entre los concurrentes una
aclamación general e inmediatamente después empezaron a pasar ante el
micrófono, colocado sobre la plataforma de un camión, la cual sirvió de tribuna
todo el tiempo que duraron las asambleas en Verónica, diversos representantes
nombrados por sus compañeros en cada departamento, para sustituir a los
impuestos por Rivera Rojas y su camarilla.
Vargas agregó que era satisfactorio para
todos tener ya tres mil cédulas firmadas por los trabajadores, con sus números
de credencial y filiación.
Y afirmó:
-No necesitamos de abogados ni de ayudas
extrañas. En el momento en que tengamos mayoría de estas cédulas, las
depositaremos ante las autoridades del Trabajo, las cuales nos entregarán las
oficinas del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Esa tarde se trabajó intensamente en
designar comisiones de propaganda y proselitismo, para obtener el mayor número
de firmas posibles.
Prosigue el
entusiasmo.
El sentimiento de libertad cundía por todos
los trabajadores del Sindicato como un frenesí. Todos los departamentos
desconocían a los representantes impuestos por Rivera Rojas y nombraban a otros
en su lugar. Por primera vez en diez años se respiraba un ambiente de libertad,
y las cédulas eran repartidas profusamente para firmar en ellas la adhesión al
Directorio de Verónica.
En una asamblea, Luis Valadez declaró con su
acostumbrada virilidad:
-Rivera Rojas no ha podido defenderse. Ni lo
hará. Nosotros continuaremos nuestro movimiento y después de que las
autoridades nos hayan entregado el Sindicato, presentaremos la denuncia formal
en su contra, por fraude de treinta millones de pesos.
Igualmente afirmó que los trabajadores
tenían en su poder las pruebas suficientes para llevar hasta la cárcel a Rivera
Rojas.
-Estas pruebas –agregó-, no es oportuno
todavía darlas a conocer. Pero tenemos documentos suficientes que exhibirán la
conducta oprobiosa de Rivera Rojas.
Para responder a los cargos calumniosos que
Rivera Rojas hacía al movimiento, de que estaba financiado por la Empresa,
Julio Vargas explicó que las únicas publicaciones que se habían hecho
importaban mil setecientos cincuenta pesos, y no cincuenta mil pesos, como
decía el infundio de Rivera Rojas. Que el dinero que se está empleando proviene
de préstamos sobre su antigüedad que habían hecho Vargas y Tobías, y que se
estaban registrando para recobrarse oportunamente.
Esto dio lugar a que se iniciase una colecta
general entre los trabajadores adictos al movimiento, la cual en los días
subsiguientes produjo suficientes cantidades para seguir sosteniéndolo,
principalmente en su aspecto publicitario.
Las cantidades colectadas se recibían con
carácter de reembolsables, para cuando triunfara el movimiento, como
efectivamente se hizo, ya cuando el Comité de Verónica se había posesionado del
Sindicato y de su administración.
La Vieja Guardia
acude a su puesto.
Solicitados por Vargas y Tobías, acudieron a
unirse al movimiento cuatro antiguos Secretarios del Sindicato Mexicano de
Electricistas.
Estos fueron:
FRANCISCO BREÑA ALVÍREZ, inicuamente
expulsado del Sindicato por Rivera Rojas, hombre de extraordinaria cultura y
energía, conquistador del mejor contrato colectivo que ha tenido el Sindicato,
al cual nada se le ha agregado que lo mejore, excepción hecha de los aumentos
de sueldo obtenidos. Este compañero, que tiene por el Sindicato un cariño
extraordinario, desde el primer instante que fue llamado abandonó su trabajo y
todas sus ocupaciones para consagrarse al movimiento en calidad de asesor, y
sus servicios y consejos fueron durante todo él de extrema importancia.
DAVID ROLDÁN GALLARDO, que ya separado de
las empresas, no bien supo de nuestro movimiento acudió a él y su primera
arenga fue iniciada con estas palabras:
-Sindicato Mexicano de Electricistas, ¡AL
FIN TE ENCUENTRO!
Posteriormente, las arengas del C. David
Roldán, quien tiene extraordinarias facultades de orador, fueron el fuelle que
mantuvo ardiendo el fuego del entusiasmo en los trabajadores, al grado de que
éstos en todas las asambleas pedían con estruendosas aclamaciones que hablase.
Es muy de sentirse que la premura del tiempo
y la forma oportunista en que se efectuaban nuestras asambleas haya impedido
que se tomaran versiones taquigráficas de las arengas del C. Roldán, pues éstas
son una viril al par que hermosa colección de elevadísimos conceptos de
honradez, generosidad, conciencia de clase, y, ante todo, DIGNIDAD DE HOMBRE.
LUIS ESPINOSA CASANOVA, venerable por su
antigüedad en el Sindicato y su probadísima honradez. Presidió muchas asambleas
y trabajó en forma asidua y entusiasta.
MANUEL PAULÍN, que se adhirió al movimiento.
Las primeras
víctimas.
Los partidarios de Juan José Rivera, que se
veían súbitamente abandonados y reducidos a una minoría absoluta, pero
poseedores todavía de la fuerza, recurrieron a la violencia, ya que carecían de
razones para sostenerse en sus puestos.
Tres compañeros ingenieros, cuyo trabajo los
obligaba a acudir a Necaxa, pero que eran adictos al movimiento de Verónica y
pensaban aprovechar su estancia en aquella Subdivisión para orientar e ilustrar
a los compañeros de allá, fueron denunciados por Euroza Miranda desde México
como comunistas que acudían a propagar sus ideas, y a los adictos de Rivera se
les dio la orden de recibirlos hostilmente.
He
aquí a los integrantes del “Comité de Verónica”, cuyos nombres aparecen en la
lista incluida párrafos arriba. Lux. La
Revista de los Trabajadores, año XXV, 2ª época, 15 de diciembre de 1952, N°
9. Portada y contraportada.
En efecto, al llegar estos tres compañeros,
cuyos nombres son AUGUSTO MARTÍNEZ, FERNANDO SOLANA y EULOGIO BAUTISTA, fueron
salvajemente agredidos a golpes, y aun se les hicieron disparos con armas de
fuego. El C. Fernando Solana fue tan cruelmente agredido, que durante mucho
tiempo se temió por su vida, y su gravedad llegó a tal grado, que en una
asamblea de Verónica Roldán anunció solemnemente su muerte, y lo proclamó como
el protomártir del Movimiento. Afortunadamente, su juventud y constitución
saludable vencieron a su lastimoso estado y pudo sobrevivir, pero hasta los
momentos actuales padece pérdida parcial del sentido del oído, y una media
parálisis facial.
Este compañero será siempre un ejemplo vivo
de entusiasmo, virilidad, generosidad y valor. El Sindicato Mexicano de
Electricistas lo registrará como uno de sus hombres beneméritos.
Igualmente, en las oficinas de Gante la C.
Victoria Tobías Chanín, hermana de uno de los caudillos del Movimiento, fue
felonamente agredida por una señora por extremo adicta a Juan José Rivera y a
su causa.
Los autores de estos atentados, en vista de
que con hechos tan felones, no solamente incurrirán en delitos del Código
Penal, sino que transgredían lo ordenado por el Reglamento Interior del
Trabajo, fueron separados de sus empleos, y los que asistíamos a las asambleas
de Verónica tuvimos la satisfacción de escuchar al C. José Tobías Chanín pedir
se le autorizara para que cuando el movimiento triunfara, él defendiera ante
las Empresas a la hermana para que recuperara su trabajo.
Así respondía el Movimiento de Verónica a la
agresión violenta y criminal de los riverarrojistas.
Y siguen las
represiones.
El edificio de Gante fue el refugio de la
mayor parte de los partidarios de Rivera Rojas, aunque la mayoría estuviera en
favor del Movimiento Libertador.
Los departamentos de Cobranzas, Contratos y
Tabuladoras eran donde abundaban los enemigos de Verónica; y a fin de
entenderse con ellos, pues se les creía engañados y desorientados, un grupo de
trabajadores del Edificio Condesa (que puede afirmarse íntegramente estaba al
lado de los libertadores de Verónica), acudió a las oficinas de Gante a
comunicarse pacíficamente con estos compañeros desorientados. En la Comisión de
Condesa se hallaban entre otros, los compañeros Nicolás Bustos Murillo, Tomás
Acuña Nafarrete y Julio Luna Escalante.
Pero fueron recibidos en forma francamente
hostil y agresiva. Sus apelaciones a la cordura y a la razón fueron respondidas
con gritos insultantes y amenazas de agresión.
Y puesto que el lema de los adictos al
Movimiento Libertador era evitar todo choque y agresión, prefirieron retirarse,
pues los innumerables partidarios al movimiento que también trabajan en Gante,
daban señales de responder a la agresión con la agresión.
Con fuerte voz, uno de los comisionados de
Condesa anunció:
-¡Vámonos! ¡Queremos convencer con ideas, no
con golpes!
Al día siguiente, los riveristas publicaron
la crónica de esos sucesos enteramente desfigurada.
La estupenda
maniobra.
Viéndose perdido Rivera Rojas, tuvo la idea
genial (por lo genial es de creerse que le fue sugerida por otra persona), de
renunciar a su cargo de Secretario General en unión de todo su Comité, con lo
cual dio una demostración evidente de que no tenía partidarios suficientes para
sostener su situación, y con ello daba la razón a los Libertadores de Verónica.
Pero deseoso de no perder el control del
Sindicato, que tan jugosas ganancias le proporcionaba, en una asamblea espúrea
(sic, debió decir espuria), que se celebró a la una de la mañana en
el salón de actos del Sindicato, sus representantes (que ya no representaban a
nadie, pues habían sido desconocidos por los trabajadores en cada uno de los
departamentos de las Empresas) por “votación nominal” nombraron a un nuevo
comité, que no era sino un pelele de
Rivera Rojas.
Este Comité fue integrado como sigue:
Secretario General,
Roberto Ocampo González.
Secretario del
Trabajo, Ricardo Gutiérrez Rojí.
Secretario del
Interior, Arturo González Arce.
Secretario del
Exterior, Constanzo Rodríguez Mirada.
Secretario de
Educación y Propaganda, Jorge Hurtado Mendoza.
Secretario de Actas,
Antonio Báez Graibelt.
Secretario de Acción
Política, Eduardo Hernández.
Secretario Tesorero,
Enrique Maldonado Castañeda.
Prosecretario del
Trabajo, Ernesto Marván Fragoso.
Prosecretario de
Divisiones, David González Favila.
Prosecretario de
Provisionales, Juan Becerril Martínez.
Como se ve este Comité Pelele, estaba formado por gente incondicional y
servil de Juan José Rivera Rojas y por otros elementos de ninguna significación
en la vida del Sindicato y de notoria poquedad de ánimo, que se plegarían
fácilmente a los dictados del tirano retirado en la sombra.
Algunos de estos Secretarios recibieron el nombramiento temblando y con
repugnancia, pero no tenían energía suficiente para oponerse a las órdenes del
poderoso Juan José.
Los riverarrojistas quisieron que el
Gobierno creyera que este Comité Pelele
era una transacción hecha con los Libertadores de Verónica, y que muchos de
ellos habían entrado a regir en él. Se aludía como uno de ellos a Gutiérrez
Rojí, que al principio mostró simpatías por el movimiento pero no bien hubo
obtenido el codicioso puesto de Secretario del Trabajo, se convirtió en uno de
los más feroces enemigos del Movimiento de Verónica.
Acudieron a la Secretaría del Trabajo y de
inmediato solicitaron su registro.
Por fortuna, el Sr. Secretario del Trabajo,
que positivamente quería dar la razón a la mayoría e interpretar los genuinos
deseos de los trabajadores, procedió con cautela y se abstuvo de toda medida
precipitada, lo cual dio ocasión a que Vargas y Tobías obraran con actividad e
interpusieran ante el C. Juez Segundo del Distrito en el Distrito Federal en
Materia Administrativa, Lic. Ignacio Burgoa, un juicio de amparo contra actos
de la Secretaría del Trabajo, consistentes en el acuerdo o resolución de dar
entrada a la documentación presentada por Ocampo y socios, con lo cual quedó
paralizada toda acción en contra nuestra en la Secretaría del Trabajo.
Asamblea en la
Secretaría del Trabajo.
Al mismo tiempo, el día 31 de julio, se
dieron cita todos los libertadores de Verónica en el patio de la Secretaría del
Trabajo para hacer entrega de las cédulas, que ascendían al número de cinco
mil, en las cuales se desconocía a Rivera Rojas y sus cómplices.
Esta fue una concentración de trabajadores
electricistas como nunca se había visto en la Secretaría del Trabajo.
Al iniciarse las labores en las oficinas y
demás dependencias de la Compañía de Luz, a las nueve de la mañana fueron de
hecho suspendidas por los trabajadores que abandonaron su trabajo para
concentrarse en la Secretaría del Trabajo. Llenaron por completo el patio, los
corredores, el portón de entrada y se extendieron en la calle de López por un
lado, hasta el Departamento Agrario, y por el otro más de media calle. Se
calcularon en más de cuatro mil los que allí se situaron.
Las compañeras, que ocuparon el corredor del
primer piso, improvisaron unos carteles, que fijaron a lo largo de todo el
corredor, que decían:
FUERA EL COMITÉ PELELE. SOMOS EL LEGÍTIMO
S.M.E.
A esa hora aún no había llegado el Lic.
Ramírez Vázquez, y cuando se presentó fue recibido con aplausos y vítores para
el Lic. Alemán y mueras contra Rivera Rojas.
Julio Vargas, delante de todos sus
compañeros, hizo entrega al licenciado Ramírez Vázquez, de la documentación en
la que figuraban los nombres de los libertadores de Verónica.
El compañero David Roldán, con su verbo de
oro y su voz atronadora, tomó la palabra y dijo que estábamos allí para
reclamar la libertad de los trabajadores para elegir a sus dirigentes, y que no
acudíamos a suplicar justicia, sino a exigirla.
El Lic. Ramírez Vázquez respondió que jamás
había visto una concentración semejante desde que era Secretario del Trabajo, y
que nosotros habíamos hecho bien en acudir allí pues acudíamos a nuestra casa.
Que él dejaría que los trabajadores resolvieran su problema por sí mismos, y
que daría la razón a quien demostrara poseer la voluntad de la mayoría.
Roldán invitó a una marcha hacia los Pinos,
para entrevistarnos con el Sr. Presidente Alemán, pero el Secretario del
Trabajo propuso que sólo acudiera una comisión, pues el Presidente estaba
ausente.
La movilización de
los electricistas en la Secretaría del Trabajo.
Amigo de los
Trabajadores y no de los líderes.
En esta memorable entrevista, el Sr.
Presidente estuvo representado por el Lic. Rogerio de la Selva, quien, a nombre
del Primer Mandatario, declaró enfáticamente que si los trabajadores
electricistas oponentes a Rivera Rojas constituían mayoría, continuarán los
procedimientos legales acostumbrados para demostrar su superioridad.
Y como se le pidiera aclaración sobre
ciertas versiones que propalaban los riveristas en el sentido de que el
Gobierno tenía amistad particular con el tirano y lo apoyaría
incondicionalmente, el Lic. De la Selva declaró con claridad que el Presidente
no tenía preferencia por ningún dirigente overo, y que su estimación hacia
ellos se originaba precisamente en el respaldo que tenían de sus trabajadores.
Porque el Sr. Presidente es AMIGO DE LOS TRABAJADORES Y NO DE LOS LÍDERES.
Convocatoria para
Elecciones.
Mientras tanto el Directorio continuaba
trabajando febrilmente, y acordó lanzar una convocatoria para elegir un nuevo
Comité, el cual se opondría al pelele
de Rivera Rojas.
Así nació el que fuera Comité de Verónica,
primer comité en diez años que fuera electo libremente por los trabajadores, y
cuyos componentes eran trabajadores viejos en las Empresas y en el Sindicato,
alejados de toda política y conquista del poder: genuinos representantes de los
obreros electricistas.
CONTINUARÁ.
[1] Parece que etiquetar a
personas o grupos con este término y por aquellas épocas, era tanto como
denunciarlos o condenarlos a cargar con semejante “sambenito”, lo que no
implicaba tener certeza de sus inclinaciones políticas o ideológicas. Esto era,
de pronto con el solo objeto de espantar y hacer distinta a esa persona u
organizaciones. Salida fácil por parte del gobierno que utilizó este tipo de
procedimientos con objeto de hacerse predominante, estigmatizando a otros en
esta forma, quizá la más sencilla, pues debe haber otros métodos donde se
procedía en forma más violenta, asesinando o desapareciendo los cuerpos de
aquellos individuos “peligrosos”. Esa fue una constante en la dictadura de
Rivera Rojas quien, para continuar con la marcha de sus propósitos (desde luego
sin estorbo alguno), procedía a descalificar cuanto síntoma afectara sus
intenciones.
[2] Se refieren en el manifiesto
a la fecha del 21 de julio de 1952.
Soy bisnieto de Julio Vargas Herrera. Gracias por compartir.
ResponderEliminarSoy Victor Tobias Gil, hijo de José Tobias Chanin (qpd) que orgulloso me siento de mi padre y de su absoluta honestidad y compromiso con sus compañeros. Mil gracias
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