OPINIÓN.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Ahora entendemos porqué Felipe Calderón llevó al extremo del elogio su famosa y trillada frase de “CFE es una empresa mundial”. Efectivamente ese señor y ahora todos quienes están en el gobierno y que guardan una fuerte relación con la materialización de la Reforma Energética y sus leyes secundarias, podrán estar satisfechos de haber cometido tan oscuro homicidio industrial, en el que no solo se encuentra entre las víctimas a la propia CFE; también PEMEX. Y no solo eso, también el oleaje de ese tsunami se ha llevado entre sus descontroladas aguas a miles y miles de trabajadores, unos despedidos, y otros –una gran mayoría-, que han podido encontrar algún asidero momentáneo, sujetos a las terribles y extenuantes condiciones del “outsourcing”, que es enteramente igual a la subcontratación y la terciarización. Ahora, casi toda industria estratégica se encuentra a disposición de intereses y capitales extranjeros, donde a riesgo de capítulos como la reciente explosión en “Pajaritos” (Coatzacoalcos, Veracruz), sea posible que esto se convierta en una constante.

Avanza el homicidio industrial...

   En una auténtica traición hacia el Art. 27 constitucional demostrada además en una desproporcionada actitud de “yo no sé nada” por parte del gobierno, nos acercamos al 1° de mayo, día en el que por cierto Aurelio Nuño Mayer (encargado en la cartera de la Secretaría de Educación Pública) ya se anticipa en amenazar sutilmente a los maestros, recordándoles que el paro a que convocan, será justo ese emblemático día, es decir el domingo. ¿Pretenderá descontarles un festivo cuando en lo general y por ley, el domingo es un día de descanso obligatorio? Pero además, el domingo –a lo que parece-, también ha provocado un despertar de los trabajadores que pretenden desfilar en un día que guarda íntima relación con recordar la injusticia de la que ha sido víctima la clase trabajadora. Hoy, una nueva bota pretende pisar su dignidad.