CENTROS DE TRABAJO EN
LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE
Para quienes trabajan en almacenes, bodegas,
bodegas de paso y otros sitios fijos y provisionales como custodios del equipo,
herramienta, material de consumo y demás bienes adquiridos con objeto de dar
continuidad al avance de obra, a la marcha confiable de una subestación, una
planta, de las oficinas y campamentos saben perfectamente el significado que
tiene concentrar, recibir, despachar, contabilizar y reportar el comportamiento
de todo un universo de necesidades que han de permitir a sus usuarios contar
con elementos de respaldo insustituibles.
Allí ocurre la concentración de los pedidos
que se generan por vía de licitaciones nacionales y extranjeras. Allí envían
los proveedores equipos mayores y menores, cables, herramientas, cemento,
varilla, conectores, y demás variedad de elementos que se reciben, se
contrastan con los documentos necesarios para la recepción o entrega. Se
acomodan en anaqueles, patios, espacios bajo techo o a la intemperie según el
tipo de resguardo. Las maniobras son realizadas gracias al apoyo de grúas
viajeras, montacargas, “uñas”, “gallinas”, hiab´s o brazos hidráulicos, sin
faltar la eficiencia de la mano de obra que realiza un trabajo cotidiano
matizado por factores de control que se mantienen lo mismo en el marbete al pie
del material que en el “kardex” y las bases de datos.
Podemos suponer que el “almacén” como lugar
de concentración de los bienes tienen una antigüedad de la que ya puede
presumirse. Todo empezó un día en Necaxa, que además es la obra emblemática por
antonomasia en Luz y Fuerza del Centro.
Fue el 10 de septiembre de 1902 en que The Mexican Light and Power Company, Limited
se constituyó de acuerdo a las leyes canadienses. Sin embargo, el 24 de marzo de 1903, y en acuerdos con la Société du Necaxa, se firmó el contrato-concesión
con la Secretaría
de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización e Industria, en
representación del Ejecutivo de la
Unión , para el aprovechamiento como fuerza motriz de las
aguas de los ríos Tenango, Necaxa y Xaltepuxtla en el distrito de Huauchinango,
estado de Puebla.
En 1903 vino a México el Ingeniero y también
Doctor,[1]
Fred Stark Pearson[2] y
habiendo hecho una visita a la región de Necaxa, se dio cuenta de las
posibilidades enormes de aquel lugar, y concibió los desarrollos
hidroeléctricos de Necaxa, los cuales realizó más tarde, como un verdadero
milagro de su genio y de su fe. Ello marca la génesis de la industria de
suministro eléctrico en México[3]
en los términos de primera “globalización” a la que se incorpora este país con
resultados económicamente favorables.
Los desarrollos de Necaxa están considerados
entre los más notables del mundo, en su género, y no sólo dichas obras fueron
concebidas y realizadas por Pearson. Anteriormente, ya había efectuado grandes
trabajos en Brasil, para la producción de energía eléctrica, en Sao Paulo y Río
de Janeiro; también en Barcelona, España; Toronto, Winnipeg y las Cataratas del
Niágara, Canadá; El Paso y Ciudad Juárez, y el Noroeste de México.
1896 se convierte en una fecha de suyo
importante, pues a la
Mexican Electric Works Limited, propiedad de los señores
Siemens y Halske, de origen alemán, se le permite la concesión para operar una
planta eléctrica con motores de vapor de émbolo con una capacidad total de
4,800 Kw, instalada en Nonoalco, al norte de la ciudad de México. El contrato
se firmó el 3 de marzo pero las operaciones iniciaron hasta 1898.
En virtud de la creciente demanda de energía
eléctrica para la industria y servicios públicos como alumbrado, bombeo de
agua, tranvías, etc., se empezaron a organizar empresas privadas con el objeto
de generarla. Así, en el Distrito Federal se constituyeron una subsidiaria de
la firma alemana Siemens y Halske
para el alumbrado público, la Compañía Mexicana de Gas y Luz Eléctrica y la Compañía Mexicana de Electricidad; en Monterrey, la Monterrey Electric Railway Company; en Querétaro, la Compañía Hidroeléctrica Queretana, etc.
Pero el avance progresivo de la economía del
país hizo ver la necesidad de plantas generadoras de mayor capacidad para hacer
frente a la demanda eléctrica. Así, pues, se pensó en aprovechar recursos
hidráulicos de importancia que se localizaran en el país. En esa búsqueda un
empresario francés, el Dr. Arnold Vaquié, conoció la región de Necaxa y
vislumbró la posibilidad de aprovechar la caída del río Necaxa para la
generación de energía eléctrica. Para ello organizó la compañía Société du Necaxa y obtuvo del Gobierno
mexicano la concesión para utilizar dichas aguas en usos industriales dentro de
la región.
La idea principal de los accionistas de la Mexican
Light and Power
Company Limited era desarrollar el potencial hidráulico de la cuenca del
Necaxa para la generación de energía eléctrica y transmitir ésta de ese punto a
la Ciudad de
México, a través de una línea de transmisión y de una subestación al final de
dicha línea. De allí, la energía producida se vendería a las compañías que en
los alrededores tuviesen concesiones para distribuir y vender energía eléctrica
en la Ciudad
de México. Incluso, se puede afirmar que la historia de la industria eléctrica
mexicana muestra que el Estado desplegó muchísimo trabajo para hacer de la
electricidad un soporte material estratégico de las actividades productivas de
la sociedad, logrando suministrar electricidad con continuidad, calidad, bajo
costo y precio.
Y aquí algo muy importante:
En junio de 1903 empezaron los trabajos de
construcción del camino carretero entre la estación “Santiago”, que era la Terminal del Ferrocarril
de Hidalgo, en su ramal de Tulancingo, y Necaxa. Había camino hasta
Huauchinango, pero de allí a Necaxa solamente se iba a caballo. El problema del
transporte de trabajadores y materiales para Necaxa, era muy serio; al
principio se pensó en solucionarlo por medio de tractores de vapor que hacían
el recorrido por la carretera recién construida, pero en la temporada de
lluvias había grandes dificultades, por lo cual la Compañía se decidió a
financiar un ramal desde Santiago hasta Beristáin. Luego, sobre la carretera
que construyó la Compañía
entre Beristáin y Necaxa, fue puesta la vía férrea que llegaba hasta Necaxa pasando por la estación Carmen.
En un principio, la Compañía tuvo que comprar
sus propiedades a los vecinos de los pueblos de San Miguel Acuautla, Necaxa y
Patoltecoya, proporcionándoles lotes en el llamado terreno de arriba, donde ahora es el pueblo de Necaxa y el lugar
llamado Canadita y transportándoles sus casas de madera. Fue ese mismo año
cuando iniciaron las excavaciones para los túneles Nº 1, entre Tenango y
Texcapa, para derivar el río de Tenango al de Necaxa, y los números 2, 3, 4 y
5, de Necaxa a la casa de fuerza.
Para efectuar los trabajos de construcción
en Necaxa, hubo necesidad de instalar una pequeña planta provisional,
utilizando las aguas del Salto de Arriba.
La capacidad de esta pequeña casa de fuerza era de 100 caballos. En la Mesa
no había entonces más que dos edificios: el que ahora ocupan las oficinas y el
que se destinó posteriormente a comedores. Había también algunas casuchas de
madera y tiendas de campaña. Por lo tanto, creemos, sin temor a equivocarnos,
que la primera instalación como almacén, quedó establecida en Necaxa desde
junio de 1903. Una antigua fotografía de la época así lo constata.
Grupo de empleados
–part of the staff- que estuvieron al
servicio en Necaxa, Puebla, durante la integración de la planta hidroeléctrica.
Julio, 1903. Col. del autor.
Podemos suponer que fueron aprovechadas las
instalaciones que se ubicaban en La Mesa de las Flores, antes de que la antigua
población de Necaxa fuera alterada según avanzaba la obra de la imponente
planta hidroeléctrica que entró en servicio el 6 de diciembre de 1905.[4]
Luego, en la ampliación de la misma obra, hacia Patla, Tepexic y Tezcapa
aparecen nuevas áreas donde se acomodaron materiales, equipo y herramienta,
incluso a la intemperie. Veamos.
Patio del Valle”.
Julio de 1917. Se trata de un enorme predio donde el acomodo de bobinas y
cables en primer término; de “huacales” con material de porcelana al centro y
material de estructuras poco más allá, así como las naves de dos aguas rematan
este paisaje propio de la arqueología industrial. Col. del autor.
Con el tiempo, las mismas condiciones fueron
obligando a aumentar el número de espacios para cubrir satisfactoriamente la
custodia, el control de tantos y tantos materiales lo mismo bajo techo o a
intemperie, para ponerlos al servicio de los diversos usuarios que temporal o
permanentemente requieren atención tan especial. Así, ingenieros, arquitectos,
personal de campo sea con la
F-024 , la
F-500 -007 (de almacén), F-500-008 (de traspaso) o F500-009
(de devolución) entre otras muchas, tienen garantizado y en la medida de las
posibilidades, un servicio ofrecido por tantos y tantos compañeros de la actual
Gerencia de Adquisiciones y Almacenes,
tal y como lo ilustra el organigrama vigente:
Organigrama actual para Luz y Fuerza del Centro. Allí aparece en forma por demás representativa, la Gerencia de Adquisiciones y Almacenes.
En el Archivo
Histórico de Luz y Fuerza del Centro, aunque de momento no se tiene
posibilidad de descifrar el origen mismo de Almacenes en forma documental, su
importante fototeca posee varias imágenes que dan idea muy clara del avance y
desarrollo que han tenido estas áreas en poco más de 105 años de desarrollo y
expansión. Las imágenes aquí incluidas son ejemplos emblemáticos y
representativos no sólo de los espacios, sin más. Se trata también de hacer
notoria y manifiesta la empeñosa participación de sus trabajadores, así como la
limpieza y orden que prevalecía en dichos lugares y que serán ejemplo para las
actuales generaciones, respaldadas por quienes ahora se sienten en hacer suyo
el sentido de pertenencia. El sentido Luz
y Fuerza del Centro.
Lugar de acomodos, reacomodos, maniobras,
conteos y contabilidades, estibas, recepciones y entregas… En fin, todo un
cúmulo de actividades que a diario ponen en intensa actividad a los almacenes,
bodegas, corrales y otros espacios donde se acomodan y administran los
materiales, equipos y herramientas que se convertirán en el alimento, en el
sustento de las obras que realiza Luz y
Fuerza del Centro, tanto para servir a los usuarios internos como a los
externos.
[1] Grado académico con el que es
manejado en diversas fuentes.
[2] Frederick Stark
Pearson, nació el 3 de julio de 1866 en Lowell Mass. Hizo sus estudios en Tufos
Collage, habiéndose graduado Ingeniero Electricista en 1885, e Ingeniero
Mecánico al siguiente año. Perdió la vida el 7 de mayo de 1915 en el desastre
del Lusitania, en plena primera
Guerra Mundial.
Al empezar a ejercer su carrera, cuando
abandonó el colegio, ocupó el puesto de químico de la Boston Butter Company, pasando
en seguida a ocupar los puestos de superintendente de la
Blue Ridge Gold Mining Company, de Virginia;
experto en localizaciones de minas de cobre en Texas y de oro en Brasil;
gerente de la Somerville Electric Light Company, de Halifax; también
ingeniero consultor de la American Aluminium Company, e Ingeniero en jefe en los
departamentos de vapor y electricidad de la West End Street Railway Company, de Boston. Sus
posteriores empresas, resultado de sus diversas organizaciones, podrían
clasificarse como compañías de luz y fuerza eléctrica, de tranvías, de
teléfonos, de gas, ferrocarriles de vapor, de irrigación de tierras, de
maderas, mineras y químicas. Además, El Dr. Pearson fue miembro de un gran número
de sociedades técnicas, incluyendo: The
American Society of Civil Engineers, The Institute of Electrical Engineers, The
American Society of Naval Engineers, The Institution of Electrical Engineers (en
Inglaterra); The American Istitute of
Mining Engineers, The Electro Chemical Society, The N. Y. Rd. Club
y The American Forestry Assn.
[3] Leticia Campos Aragón: La electricidad en la Ciudad de México y área
conurbada. Historia, problemas y perspectivas. México, Siglo XXI 422 p.
Ils., fots., cuadros, maps. (Economía y demografía)., p. 20. Dice la autora: A
la gran explicación histórica que por decenios ha acompañado a la industria
eléctrica mexicana, le hace falta otra explicación, la que contemple a LyFC
cuando este organismo era empresa privada y, después de la nacionalización de
la industria eléctrica (1960), su importante trabajo al lado de CFE
(1960-1975). Igual importancia cobra el conocimiento de la política de
debilitamiento hacia LyFC a partir de su estatus de liquidación y disolución
(1975), que no se revierte ni con su creación como organismo público
descentralizado con patrimonio propio en 1994 y se agrava particularmente desde
1992 con la apertura ilegal a la inversión privada del ex presidente Carlos
Salinas de Gortari y a partir de los intentos de privatización al estilo inglés
que en 1999 hace el también ex presidente Ernesto Zedillo y con la pretendida
reforma foxista, precursora del modelo británico.
[4] Sabemos que donde estaba el pueblo de
Necaxa se construyó la presa del mismo nombre.
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