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viernes, 30 de agosto de 2013

LA HUELGA A LA LUZ DE LA REVISIÓN DEL CONTRATO COLECTIVO DE TRABAJO.

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. DEL ANECDOTARIO ELECTRICISTA.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   El eterno conflicto que enfrentan empresa y sindicato se intensifica con el arribo de una puesta al día, tanto con la revisión del contrato colectivo de trabajo como de la solicitud legítima de aumento salarial. No fue la excepción durante el año de 1956. Según se observa en la nota adjunta, tomada del periódico El Nacional del 27 de marzo de aquel año, refleja las condiciones latentes que amenazaban con la huelga. En ese proceso intervinieron el entonces severamente atacado Agustín Sánchez Delint, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, a quien lo menos era calificarlo por parte de cierta prensa como de “obstinado”, con una “actitud comunizante”, al incurrir en actos de auténtica temeridad. También hizo acto de presencia el Ing. Gustavo Maryssael, presidente de la entonces Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. Por parte de la Junta Federal (de Conciliación y Arbitraje) intervino la Lic. María Cristina Salmorán, presidenta de la misma. Dada la magnitud del caso, también se involucraron el entonces secretario del Trabajo, el licenciado Adolfo López Mateos y el subsecretario de tal dependencia, el licenciado Salomón González Blanco.
   Maryssael declaraba estar consciente de que los puntos “que propone la empresa son de una gran significación para el mejoramiento de los servicios eléctricos”.
   Y abundando en el tema expresaba que “algunos contratos colectivos de trabajo son un verdadero anacronismo debido a deficiencias de la legislación del Trabajo”.


   Por tanto, estuvieron emplazadas para irse a la huelga el 2 de abril de 1956 las empresas denominadas: Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A.; Compañía de Luz y Fuerza de Pachuca, S.A.; Mexicana Meridional de Fuerza, S.A.; Compañía de Fuerza del Sureste, S.A. y Compañía de Luz y Fuerza de Toluca, S.A.
   Cuatro eran los puntos esenciales:
1.-La facultad de nombrar mayor número de empleados de confianza, puesto que mientras los servicios se han ensanchado considerablemente –y con su expansión ha aumentado el personal de base-, sigue sin incremento la cifra del de confianza, que desempeña funciones coordinadoras, directas y administrativas.
2.-La facultad de cubrir las transitorias, cuando el sindicato, pasado un periodo razonable, no haga uso de su derecho para llenarlas, pues se ha observado que, por táctica, la organización rehúsa cubrir vacantes transitorias, con notorio perjuicio de los servicios, y rehúsa permitir que la empresa lo haga.
3.-La facultad de designar personal nuevo o adicional cuando pasado cierto tiempo el sindicato no lo haga, como debe hacerlo en correlativa obligación a su derecho de nombrarlo. En la inteligencia de que, al comunicar el sindicato a la empresa que ha designado personal, el puesto por ella será retirado –corriendo a cargo de capital las indemnizaciones- para que los sindicalizados los sustituyan. O bien, si el sindicato opta no nombrar a nadie, estipulando que se adhieran a él los puestos por la empresa.

Disponible agosto 30, 2013 en: http://www.sme.org.mx/

4.-Otorgar los ascensos no por antigüedad, sino por eficacia y capacidad comprobada con exámenes sustentados, como hasta aquí, ante dos sinodales, uno designado por la empresa y otro por el sindicato.
   Los demás puntos a debate se refirieron al aumento en las prestaciones que equivalía, según la exigencia del sindicato, al 25% del importe de las que entonces regían. Mayores salarios, mayor periodo de vacaciones y más alto pago para los vacacionistas, renta de casa, mayor suma para servicios médicos, pasajes, deportes, etc.
   Por otro lado, los trabajadores consideraban que las cuatro pretensiones de la empresa tendían a disolver el sindicato, o cuando menos a minar su unidad y su fuerza.
   Además, la nota arroja un dato de suyo curioso. De hecho, la amenaza significaba el corte de energía en todas las ciudades y poblados donde las cinco empresas tenían entonces influencia de generación, transmisión y distribución de la energía. Pero desde entonces se consideran y se han considerado sitios y lugares estratégicos los que deben permanecer con “alimentación”, por lo que llama la atención que entonces consideraran como prioritarios, entre otros: la prisión militar de Santiago Tlatelolco, Manicomio General de la Castañeda, todos los diarios capitalinos, el Comité de lucha contra la tuberculosis, el Campo Militar de las Lomas de Sotelo, o el servicio de rastros.
   Para el 2 de abril siguiente, la prensa daba la noticia de que la amenaza había de huelga había concluido gracias a los buenos oficios, entre otros, del Lic. Adolfo López Mateos, quien cuatro años más tarde, y ya como presidente de la república, apoyaría la también ansiada nacionalización de la empresa generadora de luz.
   A raíz de este acontecimiento, significativo para la integración de la empresa a lo largo de sus 104 años de edad, surgieron los departamentos de Contraloría y Cuentas Especiales, lo que significa que uno y otro han cumplido en este 2007 sus primeras 51 “primaveras”.


NOTA: El presente texto fue elaborado en el curso del año 2007.

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