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jueves, 14 de noviembre de 2013

MÁS SOBRE EL INCREMENTO DE LAS TARIFAS ELÉCTRICAS EN 1956...

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. DEL ANECDOTARIO ELECTRICISTA.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Habiéndome ocupado con anterioridad de un tema polémico al interior de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. en 1956 (http://kilowatito2009.blogspot.mx/2013/10/por-que-elevan-las-tarifas-de-la-luz.html), hoy vuelvo a retomarlo en otros sentidos, mismos que podrán darnos más “luz” al respecto.

1.-UN GRAVE ERROR ECONÓMICO.


   En reciente publicación del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas de México, su director, Lic. Agustín Navarro Vázquez, en su artículo titulado “La Electricidad y el Progreso de México”, hace una juiciosa y constructiva crítica a un error económico en que han incurrido algunos países, inclusive el nuestro.
   Resumiendo el contenido de esa publicación, debemos insistir en que la congelación de las tarifas en servicios públicos es un grave error económico, ya que a cambio de impedir un aumento necesario y razonable, se origina un daño a la colectividad mucho más importante del que pudiera ocasionar un ajuste en las tarifas.
   Si una empresa de servicio público se ve constreñida a posponer sus programas de conservación, mejoramiento y ampliación por ingresos insuficientes, el resultado inmediato es un servicio empobrecido o insuficiente con perjuicio a toda la población. No sólo es el efecto negativo de un servicio insuficiente que demore o impida la instalación de nuevas industrias o negocios, sino lo que ésta a su vez produce que es el freno o el alto a la expansión, a la abundante oferta de productos, a un mayor número de empleos, en fin el efecto contraproducente de la restricción a los servicios fundamentales con todas sus perjudiciales manifestaciones.
   El interés de todos es el de que haya abundante electricidad. El freno a empresas de servicios públicos, principalmente a las que se dedican a la generación y venta de energía eléctrica, además de influir negativa y directamente sobre la producción, crea un clima de desaliento contrario al esfuerzo que es necesario desarrollar para vencer las dificultades que confronta un país como el nuestro colocado sobre el camino del progreso que es siempre cuesta arriba.
   Este ha sido siempre el punto de vista de la Compañía frente a la demorada solución de su problema de tarifas. El simple hecho de posponer y aplazar una resolución equitativa que restablezca el equilibrio financiero de la Empresa, causa un daño general, tangible y cuantificable que resta muy valiosos elementos al esfuerzo progresista de la zona central de México.

2.-ALARMA INJUSTIFICADA.


   Por su parte, el Ing. Juan Abdó H. Jr., Presidente de la Cámara Nacional de Manufacturas Eléctricas en sus declaraciones apunta:

El problema de la variación de las tarifas eléctricas ha sido enfocado bajo muy diversos ángulos, afortunadamente por agrupaciones no autorizadas en la materia, que han pretendido analizarlo olvidando o quizá omitiendo, sus características de problema industrial típico.
   La opinión pública ha sido desorientada y se ha tratado de encausarla hacia un estado de alarma, de intranquilidad y de agitación, por fuerzas interesadas en exagerar el problema. Quizá sin pretenderlo, están creando un ambiente propicio para que los especuladores, los falsos comerciantes y los falsos industriales, suban inmoderamente sus precios justificados por el “fantasma del alza” en uso de los factores de costo menos importantes en la producción. Resulta incomprensible que aquellos que se han autonombrado defensores de nuestras clases económicamente débiles, se preocupen tan activa y artificialmente en crearle argumentos al impacto alcista.
   El porciento promedio del costo de la energía eléctrica en los costos industriales apenas llega al 1,5%. Por cada 10% de aumento en el costo de la energía eléctrica los costos industriales aumentarían en quince centésimos por ciento. Pero como ningún artículo se produce para venderse al costo, el aumento en el precio de venta de la mercancía debe ser aún menor que el señalado anteriormente. El aumento en los precios de venta de artículos muy elaborados, sería de aproximadamente un décimo por ciento por cada 10% de aumento en las tarifas eléctricas. Como puede apreciarse, la magnitud del “impacto alcista” sería muy pequeña, casi indigna de tan formidable adjetivo.
   Debemos esperar la solución del problema con serenidad y aquilatar sus proporciones reales. Debemos confiar totalmente en el patriotismo y recto juicio de nuestras más altas autoridades. No debemos crearles un problema más. Se encuentran ante la tremenda responsabilidad de seguir incrementando la electrificación del país, sin romper el equilibrio entre los sectores sociales.
   Apoyamos sin reservas, plena y decididamente, los esfuerzos desplegados por el Gobierno Federal y la iniciativa privada para la intensificación de la electrificación del país, como factor primordial para mantener el ritmo ascendente de su desarrollo cultural y económico. Consideramos antipatriótica cualquiera obstaculización a la formidable tarea de llevar a todos nuestros compatriotas el beneficio de la energía eléctrica.
   Reprobamos toda campaña que bajo bandera de orientación pretenda provocar zozobras, alarmas, desconfianza e inquietudes, agigantando un problema que tan sólo es otro de tantos con los que cada día se enfrente nuestra Nación, en su incontenible marcha hacia la prosperidad, en una época eminentemente constructiva sobria y laboriosa.

3.-EL ALZA DE LAS TARIFAS ELÉCTRICAS.


   Un alza moderada de las tarifas eléctricas tendría poca consecuencia sobre el nivel general de precios, en condiciones normales de la economía.
   Esta es la conclusión del estudio económico titulado “El Alza de las Tarifas de Energía Eléctrica” publicado el mes pasado (noviembre de 1956. N. del A.) por el Sr. Héctor Hugo del Cueto, reconocido especialista y consultor en asuntos económicos. A continuación nos permitimos glosar algunos de los puntos de vista del autor, alrededor de tan interesante problema.
   Al comenzar el estudio cuyo título encabeza este artículo, el Ing. Enrique M. González, Presidente de la Cámara Nacional de Electricidad, dijo:
   “Nos complace conocer las conclusiones del estudio llevado a cabo por el Sr. del Cueto, en vista de los argumentos expuestos a través de diferentes medios de la divulgación en el sentido de que un alza de las tarifas de energía eléctrica podría causar una elevación exagerada en el nivel general de precios del país y en el costo de la vida.
   De hecho, las cifras del Sr. del Cueto demuestran que el costo de energía eléctrica ha aumentado menos que los precios al mayoreo o que el costo de la vida desde 1939, y que un alza del 15% en el costo de energía eléctrica causaría un aumento en el nivel general de los precios de sólo un quinto de uno porciento. Esto es, desde luego, insignificante.
   “Este estudio también corrobora nuestra deliberada opinión de que una elevación de las tarifas de energía eléctrica no causaría un impacto acumulativo en el nivel general de precios o una reacción en cadena de alguna significación”.
   En su estudio, el Sr. del Cueto expresa:
   “Desde luego, hay elementos suficientes para dejar establecido este hecho un alza de las tarifas de consumo de energía eléctrica produce siempre un impacto al alza (en los costos de producción, en el costo de la vida y en el nivel general de precios) en la misma proporción en que el uso de la energía eléctrica interviene en la determinación de los costos. Este es el llamado impacto directo, y en ningún caso produce un alza… en una proporción mayor en que el uso de la energía eléctrica interviene en la determinación de los costos.
   “Existe otro impacto, el impacto indirecto… originado por el fenómeno conocido con el nombre de influencia recíproca circular de los precios; pero esta es en cualquier circunstancia de muy escasa significación y sus efectos muestran una rápida tendencia a decrecer gradualmente hasta llegar a extinguirse o, por lo menos, a quedar reducidos a una condición ínfima”.
   El Sr. del Cueto hace notar que el porciento que representa la energía eléctrica en el costo de la producción industrial de transformación es, en promedio, sólo 1.4%, y presenta una tabla de 23 clases de productos como prueba de esto.
   En su interesante y amplio estudio, el Sr. del Cueto llega a las siguientes conclusiones principales:
   “Primero. De 1939 a 1955 el índice del precio de la energía eléctrica subió únicamente de 100 a 301.8, mientras que el índice general de precios al mayoreo y el del costo de la vida subieron de 100 a 400.4 y de 100 a 548.1 respectivamente.
   “Segundo. Dentro de la estructura del índice general de precios, el aumento mayor, de 1939 a 1955, corresponde al grupo de forrajes, con un 610.8%, y el más bajo a energía (y combustibles) con un 239.9%
   “Tercero. Los precios de las tarifas de energía eléctrica han influido menos que ningún otro factor en el alza de los precios y el costo de la vida en general.
   “Cuarto. Dentro del valor de la producción nacional de mercancías y servicios, el consumo de energía eléctrica representa apenas el 1.4%
   “Quinto. Un alza de un 10% en las tarifas de energía eléctrica se traduciría en una elevación de un 0.14% en el nivel general de precios. Un alza de un 100% (cien por ciento) conduciría a una elevación del 1.4% únicamente, en el nivel general de precios.
   “Sexto. Un alza de un 10% en las tarifas de energía eléctrica se traduciría en una elevación de sólo 0.11% en los precios de los artículos de la industria de transformación. Una elevación de un 100% en las tarifas vendría a producir apenas un aumento de un 1.1% en los precios de los artículos de la industria de transformación.
   “Séptimo. El efecto lineal en los precios se va degradando con rapidez hasta quedar prácticamente extinguido.
   “Octavo. El efecto circular de los precios o influencia recíproca circular de los precios se va degradando, en cada etapa, hasta quedar prácticamente agotado, en la segunda etapa.
   “Noveno. No hay argumentos de consistencia para afirmar que una elevación de las tarifas de energía eléctrica produzca en el nivel general de los precios un impacto acumulativo o reacción en cadena de alguna significación, sino que más bien este aspecto es de proporciones ínfimas.
   “Décimo. La intensidad del impulso inicial sobre los precios de un alza de las tarifas eléctricas, en ninguna circunstancia aumenta por sí, ni por la acción recíproca de los precios, en condiciones normales de la economía”.
Fuente: Revista LyF, Año III, N° 28, diciembre 1° de 1956, p. 1-5.

   Evidentemente esta es una posición que responde a los intereses de la empresa y del sector empresarial de aquella época. Faltaría conocer la contraparte. Esto, en buena medida debe estar ubicado en las valiosas revistas LUX de la época, que aglutinaron la posición a favor del sector obrero, desde una perspectiva que ideológicamente tendía hacia toda aquella teoría propuesta a finales del siglo XIX por personajes de la talla de Marx y Engels, que luego, y ya en pleno siglo XX alentaron fundamentalmente los hermanos Flores Magón.

   Ojalá que pronto se encuentren estos elementos para tener, como balance de todo este seguimiento, una mejor perspectiva, más equilibrada y razonada también de las cosas.

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