LUZ… A LOS POETAS.
FUERZA… A LOS POETAS.
SELECCIÓN DE: JOSÉ
FRANCISCO COELLO UGALDE.
Originalmente, este material fue escrito por
Armando Duvalier, uno de los colaboradores de la editorial SURCO, y del que con
los años se sumó al proyecto editorial que respaldó el Sindicato Mexicano de
Electricistas, hasta el punto de que hoy día, se recuerdan poco más de diez
publicaciones (véase: http://kilowatito2009.blogspot.mx/2014/03/los-libros-impresos-por-surco-editorial.html).
En esta ocasión, gracias a la labor de
Duvalier, se puede entender el oficio poético del mexicano Carlos Gutiérrez
Cruz. Vayamos a la lectura hoy seleccionada.
Carlos
Gutiérrez Cruz es el lírico más grande que hemos tenido entre los poetas de
lucha. Si en la América del Sur se inicia la era de la literatura
revolucionaria con Ángel Falco y Alberto Ghiraldo, en México tiene sus
comienzos con los poetas anónimos surgidos de la gleba, hasta ser una
plasmación en Fernando Celada y una cumbre en Gutiérrez Cruz.
En la trayectoria recorrida desde que se
inicia la revolución social hasta nuestros días, se ha venido conformando como
piedra pulida por el río, el verso socialista. Entre los poetas de recia
envergadura, se anotan en primera línea, aparte de los dos citados, a Vereo
Guzmán, Germán Lizt Arzubide, José Muñoz Cota, Rosendo Salazar, Baltasar
Dromundo, Mora Tovar, Othón Díaz y Jesús Sansón Flores.
Seguramente este
rostro huraño, es el que Fermín Revueltas supo dar a la contrastante efigie de Carlos
Gutiérrez Cruz, libro que en homenaje al autor tapatío escribió Mario Pavón
Flores seleccionando sus mejores poemas y escritos. (Ca. 1930).
Varios de ellos son desconocidos por los
poetas de gabinete, por aquellos que creen con Blanco Fombona que el autor de “Lascas”,
por haber dedicado unos versos cargados de retórica “A un Jornalero” y una oda
a “Los Parias”, es el poeta de las reivindicaciones sociales.
Gutiérrez Cruz nació en Guadalajara el 10 de
noviembre de 1987 y murió en Cuernavaca en 1928. Su muerte, prematura para las
letras hizo que su poesía quedara en capullo. Se inició con las “Rosas del
Sendero”, libro de poemas románticos, más su primer libro revolucionario fue “Sangre
Roja” publicado en 1924 por la Liga de Escritores Revolucionarios.
Con el título de “El Pueblo Dice”, la LEAR
publicó en 1935 una plaqueta de versos socialistas. Las composiciones más originales
de esta pequeña obra son “¿De Dónde Vienes, Jesucristo?”, y “El Comunismo de
Cristo”, que son una lección para aquellos que no conocen del Galileo más que
el perfil místico. Tengo en poder varios libros inéditos de Gutiérrez Cruz que
me servirán para un estudio completo de su obra.
El Poeta del Sol”, como acertadamente le
llama Pavón Flores, es el cantor más genuino que ha tenido hasta hoy el
proletariado. Es el rapsoda que sí en sus comienzos literarios deambula perdido
en el maremágnum de varias escuelas, al encontrarse será rectilíneo.
Su Confesión Estética arroja luz meridiana
para valuar, de una manera equitativa, el mérito de su literatura revolucionaria.
Concibió iniciar entre la juventud avanzada, una modalidad lírica que
representara el sentir social del pueblo anhelante, de justicia. “Cuando entré en
la lírica social, dice, fue con toda la conciencia de que soy capaz, y en
seguida concebí la conveniencia de iniciar entre la juventud mexicana una nueva
tendencia lírica, representativa, del momento social que vivimos llena de
fortaleza y de justicia que tienen las clases asalariadas”.
Para hacer una literatura que refleje con
fidelidad las aspiraciones y luchas de la clase indigente, es preciso apartarse
del llamado arte puro, es necesario podar todo el ramaje de ornamento. “La
preciosidad es uno de los elementos de que deberá abstenerse el poeta que
abrace la nueva lírica, porque ella no tiene valor alguno fuera de los círculos
“refinados”, auténticamente enemigos de la naturaleza y la igualdad, e inútiles
para la acción noble y laboriosa”.
Canciones para
divertir
al maestro del arte?
No, canciones para
redimir
a los que mueren de
hambre.
“La literatura socialista, pues, no será
preciosa, sino sobria, clara, sencilla…” El verso quedará libre de los
malabarismos rítmicos a lo Vanville y de la orquestación a lo Rimbaud, porque
es
Tiempo perdido en la
canción inútil;
verso fútil
musicado para
divertir…
“El literato de nuestra lírica debe ser un
propagandista del bien que perseguimos y un defensor de los intereses de los
despojados”. “Debe estar en consonancia con el dolor de los de abajo, en que
pueden lograrse aspectos nuevos y bellos, no de encumbramiento romántico, sino
de reivindicación y de fuerza viva, que subleve los sentimientos atrofiados de
las clases atávicamente esclavas”.
En Gutiérrez Cruz el verso está desnudo,
como desnuda está la estrella, como desnuda está el agua de la fuente. Su verso
vale por la idea y no por la arquitectura. Lanza a los cuatro puntos cardinales
La canción tumultuosa
y roja;
el verso acometivo
como un toro…
canta a la palmera, mas no a la palmera que
engasta en el zafiro del cielo sus temblantes esmeraldas, sino a aquella que
eleva su penacho semejante a un puño cerrado en señal de protesta. Se inspira
en la romántica fuente donde se deshoja la luna y donde sueñan los cisnes
rubendaristas y que únicamente sirven para halagar la vanida del señor, dueño
del jardín; en la fuente que por no haber vivo “el esencial momento de dar de
beber al sediento”.
Mas le hubiera valido
ser un charco de todo,
donde beben los
perros que no tienen hogar.
Dedica versos a las luciérnagas, mas no a
las que recaman de arabescos el terciopelo de la noche, sino a las hermanas del
sol que implanta el comunismo del sol en los sembrados.
En su temario aparece la primavera, pero no
es la que esperan los enamorados, la que trae las fragancias, los colores y los
trinos; es la que ansía el hermano campesino cuyos labios murmuran:
Compañera labradora,
compañera floral,
haz, pródiga, tu
fuerza fecundante
en el maizal,
y no importa que
olvides a la rosa fragante.
Entre el grano que
nutre y el aroma que besa,
suprime todo aroma
con la flor que lo ha dado…
La flor, al fin y al
cabo es un poco burguesa
ante el gran
comunismo del sembrado.
Figura en su producción un poema a las
manos, pero no a las manos cantadas por los poetas románticos, con dedos de
marfil cuajados de sortijas, es a las manos curtidas por la reja del arado, a
las manos callosas por el mango del martillo a las que jamás han calentado las
pieles de los guantes, y es por eso que nos dice:
Camarada:
la mano ensortijada
no es de tu hermano…
Busca la callosa
mano,
que es de tu hermano.
de aquélla, brota la
espina,
y de ésta florece el
grano.
Mario Pavón Flores, uno de los más
destacados intelectuales de México, con todo acierto hace notar que Gutiérrez
Cruz fue un obcecado por el Sol, llegando al extremo de bautizar a su hijo con
el nombre de esta estrella. En la mayor parte de sus versos, el sol aparece
actuando como sujeto. Un alienista estudiaría, además de esta particularidad,
su predilección por los colores primarios.
A continuación, y según el registro que quedó
para la posteridad en Lux. La revista de
los trabajadores, se eligieron seis de sus más representativos poemas que
se incluyen a continuación:
VERSOS OBRERISTAS DE
CARLOS GUTIERREZ CRUZ.
SANGRE ROJA
¡Sangre roja!
sangre de los obreros
muertos en los engranes,
sangre cuya congoja
trocábase en monedas
para pagar desmanes;
Sangre que desespera
de su eterna prisión
y que se precipita
con una fuerza
trágica buscando salvación;
sangre que en
dinamita
hace estallar su
propio corazón;
Sangre que parece
lumbre,
sangre que proyecta
luz,
sangre de la
muchedumbre,
de Carlos Marx y de Jesús,
ennegrecida por el
sacrificio,
amoratada por el cilicio
y despreciada por la
sangre azul.
Tal es la sangre roja
que corre en las arterias
de mis canciones
bárbaras de tanta rebeldía,
sangre impetuosa y
bravía
que se derrama para
reivindicar miserias…
Sangre roja contra la
esclavitud,
sangre del verso
púrpura que incendia y que despoja,
sangre roja,
¡Salud!
LA FUENTE INÚTIL.
La fuente,
se volvió loca de
agua, inútilmente.
no vivió el esencial
momento
de dar de beber al
sediento,
porque su único fin
fue fomentar la
vanidad
de su majestad
el dueño del jardín.
De nada le sirvió el
cristal ni el fino modo
de adornar.
Mas le hubiera valido
sr un charco de lodo
donde beben los perros
que no tienen hogar.
PRIMAVERA
El compañero
sembrador de te espera
en el campo fecundo
desde que arde el oriente,
primavera,
con el cesto lleno de
simiente.
Compañera labradora,
compañera floral,
haz pródiga tu fuerza
fecundante
en el maizal,
y no importa que
olvides a la rosa fragante.
Entre el grano que
nutre y el aroma que besa,
suprime todo aroma
con la flor que lo ha dado…
La flor, al fin y al
cabo, es un poco burguesa
ante el gran
comunismo del sembrado.
AL OBRERO
Déjalos que blasfemen
contra la lucha
social,
es que temen
que la lengua se les
vaya a secar…
Déjalos que tengan
fina
la planta del pie;
cuando tengan que
andar descalzos
mas han de padecer…
Déjalos que se pudran
en la ciudad
burguesa,
que ellos en la
pudrición
desarrollan su
naturaleza…
Déjalos hacer todo lo
que quieran
por su bien o para su
mal,
déjalos que vivan o
se mueran,
pero no te dejes
robar!
AL MINERO
Minero renegrido de
tanta y tanta sombra,
el hombre que te
nombra,
te imagina
en el sórdido seno de
la mina,
con hambre muchas
veces,
pero sacando a creces
el oro que germina.
Compañero minero,
doblado por el peso
de la tierra,
tu mano yerra
cuando saca metal
para el dinero.
Haz puñales
con todos los metales
y así,
veremos que los
metales
después son para ti.
LA VIDA ILÓGICA
No sé yo de qué modo
saliendo el sol cada
día,
en la tierra todo
es hambre o
burguesía.
No sé cómo
la ley se trastornó;
si no trabajo, como,
y si trabajo, no.
Los frutos de la
tierra,
al rico;
al pobre, la guerra
y el zapapico.
El hombre cuyo
espíritu usa enagua
tiene mayor decoro,
y vale más el inútil
oro
que la madre agua.
Y si el dolor no
hubiera florecido un Lenin
(de todos modos
tendría que florecer),
al fin
quien sabe si hasta
el agua llegaran a vender.
Lux. La revista de
los trabajadores.
Año XVIII, N° 10, 31 de octubre de 1945 p. 42-44. Colección: “Fátima Alvarado”.
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