LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA.
LÍNEAS DE TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Confieso que es la primera vez en mucho
tiempo de que dispongo de dos fuentes esenciales: tanto la de Lux. La Revista de los Trabajadores, así
como de Revista LyF de fechas que
coinciden perfectamente, como para realizar un análisis centrado y equilibrado
sobre lo que una y otra parte planteaban al respecto del tema que los convocaba
en un momento clave, aquel que iniciaba con la presentación del proyecto de
revisión del Contrato Colectivo de Trabajo.
Lo anterior es un parteaguas relevantes,
sobre todo por las condiciones inaccesibles a la información de primera mano
luego de la extinción de Luz y Fuerza del Centro en octubre de 2009, así como
el que parece ser el lamentable destino de los documentos pertenecientes al Archivo
Histórico del Sindicato Mexicano de Electricistas, que parece “secuestrado” y
sin paradero alguno en un hecho que califico como lamentable.
Pues bien, LUX…, en el año XXVIII, 2ª época, N° 54, del 1° de febrero de 1958,
dedicó varias páginas a este asunto, las cuales incluyo a continuación:
Y
aquí la versión de Revista LyF, año
V, N° 44, del 1° de abril de 1958:
Cada parte está dispuesta a plantear
diversos argumentos, los que parecen apropiados a su condición institucional,
pero para esos momentos, sin posibilidad de decir la última palabra al respecto
de uno de los asuntos que más “ámpula” levantaban justo en los momentos en que,
cumpliéndose un ciclo vital inevitable, se preparaba el terreno para fijar todo
un “tapete de discusiones” que habrían podido terminar con el emplazamiento a
huelga, el estallamiento de la misma, o una concesión limitada y aceptada
finalmente por las partes. Desde luego eran otros tiempos, y los mecanismos que
se ventilaban en aquellos debates buscaban dar mejores condiciones laborables
al trabajador, en el entendido de que la productividad también estaba
garantizada para con ello, sincronizar todos los elementos posibles en aras de
que empresa y sindicato, independientemente de sus conflictos –que parecían
eternos-, representaran la mejor forma de solucionar ese entorno, siempre
presente y necesario; simbolizado por la representativa leyenda del S.M.E.: “Por
el derecho y la justicia del trabajador”.
De ser posible, y ante las buenas expectativas
de contar con los documentos que vienen al caso, habré de dedicar en otro
momento las consecuencias que derivaron de aquella discusión, con objeto de
entender los beneficios obtenidos en uno de los procesos más complejos a los
que se enfrentaron, en su momento la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz,
S.A. y sus Subsidiarias, así como el Sindicato Mexicano de Electricistas,
momentos previos a un capítulo significativo como lo fue, dos años más tarde,
respecto a la nacionalización de la industria eléctrica. Para entonces, ciertos
“síntomas” de deterioro en las finanzas de la empresa o los que el propio
Sindicato podría tener también, creaban nuevas dinámicas de entendimiento para
encontrar la mejor estabilidad posible, contando para ello con el hecho de que
al conformar una industria prioritaria, se buscaba que la condición de “continuidad
de servicio” no se viese entorpecida por circunstancias que polarizaran el
ambiente.
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