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martes, 17 de junio de 2014

HE AQUÍ LA HISTORIA DE EDUARDO COLMENERO “EL NEGRO”.

PERFILES DE LUZ, O GALERÍA DE PERSONAJES. RESEÑAS PUBLICADAS EN EL BLOG: LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   Fidel Cossío, uno de los colaboradores más activos en la Revista LyF (1954-1961), y que viene siendo una fuente de consulta esencial casi desde la aparición del presente blog, nos permite acercarnos, lo más que es posible, a un conjunto de personajes y de historias en torno a la vida de la entonces Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. En esta ocasión, y en el número de junio de 1958 aparece un interesante reportaje sobre la presencia de quien fue integrante de aquel equipo de deportistas, el “Necaxa”, cuyo peso emblemático siempre estuvo presente en la vida no sólo de la empresa, sino de miles de aficionados que fueron fieles a ese conjunto de jugadores que escribieron infinidad de páginas que hoy, siguen convertidas en verdaderos referentes.
   Pues bien, pasemos a conocer algunos datos de Eduardo Colmenero “El Negro”.

   Sin lugar a duda –escribe Fidel Cossío- entre los trabajadores de esta Compañía, existe un gran número de magníficos exponentes del deporte nacional, destacando de manera especial la figura de un auténtico deportista a quien todos admiramos. Nos referimos a Eduardo Colmenero Alva compañero de labores y estupendo jugador del equipo de futbol Necaxa y triunfador del reciente concurso Deportista LyF más popular de 1957.
   El Negro nació el 10 de enero de 1932 en esta Metrópoli y desde temprana edad, gambeteaba por los llanos del Hipódromo donde comenzó a jugar con el equipo juvenil Marianao integrado por su propia palomilla.


   En 1947, Colmenero ingresó en el Necaxa, club al que hasta la fecha pertenece, y desde entonces ha hecho destacar esa reciedumbre que le ha caracterizado. En la categoría intermedia del mismo conjunto, jugó 2 años (de 1949 a 1951) y la pujanza, la seguridad y sobre todo la caballerosidad que dentro de la cancha demostraba, le crearon un envidiable prestigio en el mundo futbolístico. Un año en reserva especial y en 1953, fue ascendido a reserva donde dio el estirón. La labor que ahí desarrolló le valió ser seleccionado para representar los colores de la Patria, en los Séptimos Juegos Centroamericanos. Posteriormente en 1955, volvió a ser seleccionado, esta vez al celebrarse los segundos Juegos Panamericanos en México, y en compañía de jugadores de la talla de Juanito Bosco, el Faroles Rodríguez, el Coruco Díaz y Calderón de la Barca, obtuvieron para nuestro país el subcampeonato de dicho torneo, solo abajo del poderoso conjunto de la Argentina.


   Poco tiempo después, debutó en la Primera División cubriendo la zaga izquierda del Necaxa al lado del Picao Arnauda en un juego que este equipo celebraba en Zacatepec contra el team azucarero. Desde entonces es titular, jugando en la posición de defensa central y considerado como un baluarte de la defensiva electricista como lo demuestran las magníficas actuaciones que últimamente ha brindado, y que todo buen aficionado al futbol recuerda.
   Las mayores ilusiones de Eduardo son: terminal el jacal que está construyendo para su madrecita, y ¿por qué no? Algún día concurrir al Campeonato Mundial de Futbol representando a México como lo hacen ahora los futbolistas nacionales que compiten por nuestro país en la justa que se celebra en Estocolmo.


   Así nos marchamos dejando a este modesto y sencillo muchacho desempeñando sus labores en la Planta Diesel de Tacubaya, donde es apreciado por todos.
LyF, Año V, N° 46, junio 1° de 1958, p. 9-11.


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