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jueves, 12 de junio de 2014

PROBLEMAS DE NUESTRA EMPRESA EN 1958.

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. LÍNEAS DE TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.
  
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Como recordará el amable lector o “navegante” de esta opción digital, hace apenas breve tiempo daba a conocer un material denominado: “Utilidades excesivas” (Véase: http://kilowatito2009.blogspot.mx/2014/06/utilidades-excesivas.html). En dicho material, proveniente a su vez de la Revista LyF conocimos el sentir de la empresa, es decir de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. y sus SUBSIDIARIAS, sobre el estado de cosas que arrojó el balance financiero de 1957. En esta ocasión, y apenas un mes después de aquella confesión, por llamarla de alguna manera, en la siguiente publicación, correspondiente al mes de julio de 1958, vendría una nueva y sincera rectificación, en la que se daban a conocer nuevos síntomas de una evidente crisis que veremos a continuación cómo fue que la plantearon.



Por tratarse de un texto muy especial, es necesaria cierta explicación para entender sus circunstancias, las que fueron llevando a dicha empresa a condiciones en que lo mejor y más viable era una nacionalización, misma que desde estos problemas ya estaba contemplada, aunque no se dijera directamente. Sin embargo, el cuadro que arrojan cifras, comportamientos y demás aspectos que le eran consubstanciales, dejan entrever ese proceso de liberación en el momento en que ni había posibilidad de aumentar el capital social pensado a partir de sumar a su esquema original nuevos accionistas o echar mano de una incómoda solución: obtener créditos. Por tanto, se percibe una Compañía de Luz y Fuerza Motriz, S.A. en crisis, si no en bancarrota, muy cerca de ese límite en el que los focos rojos ya se encuentran encendidos enviando señales de alarma.
   Después viene toda una serie de explicaciones que en términos económicos y financieros tienen sentido, según el grado de aspiración al que pretendía llegar la propia dirección de la empresa, pero se sabía comprometida puesto que en los programas de obra a mediano o largo plazo, estaban presentes más plantas de generación, líneas de transmisión, subestaciones, alimentadores y redes de distribución, oficinas, sucursales, talleres, etc. Y en buena medida cumplieron, pero se fue acabando el gasto corriente, el capital a disposición para poder seguir manteniendo ya no sólo una empresa en riesgo, sino la garantía de poder responder en el pago de la nómina. Por ello, fueron los mismos directivos quienes ya en 1960 tuvieron un encuentro previo con el Lic. Adolfo López Mateos en el que plantearon el dilema sobre el futuro de tan noble empresa. Después, y como sabemos, vino la decisión que el propio López Mateos consumó en la nacionalización de la industria eléctrica, con lo que surgió en el nombre de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. una nueva época de estabilidad y crecimiento en este sector tan prioritario para el país


Fuente: Revista LyF, Año V, N° 47, de julio 1° de 1958, p. 1 y 2.

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