LUZ y FUERZA DE
LA MEMORIA HISTÓRICA. LÍNEAS DE TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.
POR: JOSÉ
FRANCISCO COELLO UGALDE.
Un documento,
de suyo valioso como el que más, es el que me permito reproducir a
continuación, mismo que tiene que ver con la propagación ideológica que hizo la
Casa del Obrero Mundial, propulsora de la primera manifestación de protesta en
México, el primero de mayo de 1913. Hoy, con expresiones groseras como el “outsourcing”
que no es otra cosa que volver al origen de todas las cosas, es decir a la
explotación del hombre por el hombre con salarios indeseables y jornadas
extremas y desgastantes, el siguiente ejemplo da idea clara de que una lucha
por la que se empeñaron, dio frutos que por muchos años, sirvió para que este
país funcionara en muchos sentidos.
México también
observó, por conducto de sus falanges productoras y como unidad actuante en el
gran concurso de los países del mundo, el gesto heroico y sublime de las
víctimas de Chicago; pugnó, asimismo, por la realización del ideal de aquellos
revolucionarios que ofrendaron su vida en holocausto de una causa que se
traduciría en beneficios totalmente comunes.
Las ocho horas de labor entre nosotros
tomaron carta de naturaleza legal hasta el año de 1917, cuando fue aprobada la
nueva Constitución de la República, pero no debe ni puede desconocerse que si
los legisladores de aquella época introdujeron en el cuerpo general de la
Constitución la jornada máxima de ocho horas, ello fue incuestionablemente el
resultado de las exigencias del medio, que a su vez se debieron a la resonancia
de los sucesos sangrientos desarrollados en la ciudad de Chicago, donde la
burguesía yanqui bautizó con sangre la osadía de los revolucionarios que con
tanto arrojo y denuedo desafiaron a los poderosos y amenazaron a los
privilegiados.
Por eso cuando el personalismo y el interés
mezquino de los hombres se manifiesta dentro del movimiento obrero de cualquier
país, pierde toda su grandeza, toda su sencillez, porque la causa redentora no
es, no puede ser de una persona, sino que responde a finalidades generales,
viene a llenar una aspiración común, como consecuencia lógica de un malestar
que no afecta a una persona, sino a muchas.
Se aproximaba el día primero de mayo de
1913. (Victoriano)
Huerta oprimía al pueblo con tenazas candentes.
Los proletarios se preparaban para conmemorar dignamente por primera vez en
México los acontecimientos de Chicago, Ill., E.U.A.
¿Qué significación tenía para los
trabajadores del mundo el día 1° de mayo?
Los escritores burgueses que todo lo
mixtifican, señalaban aquella fecha como un día escogido por la clase
trabajadora para celebrar “la fiesta del trabajo”; pero los directores de la
CASA DEL OBRERO MUNDIAL rectificaban tal opinión convocando a una manifestación
de carácter protestatario contra el crimen de lesa humanidad perpetrado por las
autoridades norteamericanas en las personas de miles de trabajadores indefensos
el DÍA PRIMERO DE MAYO DE 1886, y especialmente de ADOLFO FISCHER, JORGE
ENGELS, ALBERTO R. PEARSON, LUIS LING, MIGUEL SCHWAB, SAMUEL FIELDEN, OSCAR
NEEBE, AUGUSTO SPIES, asesinados el 11 de noviembre siguiente con motivo del
acto referido; contra las injusticias de toda la sociedad dorada, que
inicuamente explota el cerebro y el brazo de los productores, obligándolos a
llevar una vida miserable e indigna; en una palabra, contra la excesiva jornada
de diez y hasta catorce horas diarias, aumentada con la inhumana del trabajo
dominical.
El Partido Socialista Obrero, fundado en
agosto de 1911, conmemoró en 1912 la fecha del 1° de Mayo, ya publicando en EL
SOCIALISTA artículos de orientación, conexos con dicho día, ya celebrando una
velada y otros actos más o menos notables; pero era indispensable que una
corporación como la CASA DEL OBRERO MUNDIAL tomara en sus manos el año
siguiente o sea en 1913, la dirección de ceremonias como las que nos ocupan
para que el 1° de Mayo revistiera magnificencia, anulando así, para el
porvenir, imposturas que tuvieran por objeto torcer las rutas revolucionarias
del asalariado mundial.
La manifestación
se concentró en el Hemiciclo de Juárez.
Rebosantes de júbilo jamás experimentado,
los gremios reunidos en la CASA DEL OBRERO MUNDIAL se aprestaron al acto de la
manifestación más solemne, más numerosa, y más atrevida y más consciente que
recuerda la historia.
Como decimos, Huerta imperaba desde el
Palacio de los Virreyes y esto, que para los cobardes pudo haber sido pretexto
para que la manifestación no se realizara, para los templados espíritus de los
miembros de la CASA DEL OBRERO MUNDIAL era gran incentivo.
A hora temprana, y frente al edificio
ocupado por los “mundiales” desplegaron como bandera que va al encuentro de la
victoria un rótulo que decía: LA CASA DEL OBRERO MUNDIAL EXIGE LA JORNADA
DIARIA DE OCHO HORAS Y EL DESCANSO DOMINICAL, siguiendo los gremios de carpinteros,
Sociedad Mutualista de Auxilios Amistad y Progreso, Sociedad Benemérita del
Ramo de Sastrería, Centro Cosmopolita de Dependientes, Obreros de las Fábricas
de Fósforos y Cerillos, Obreros Ferrocarrileros de la División de Hidalgo,
Operarios de la Impresora del Timbre, Benemérita Sociedad de Tejedores,
Sociedad Instructiva y Recreativa “Guillermo Landa y Escandón”, Obreros de la
Linera S. Esperanza, Ramo de Zapatería, Obreros de la Fábrica “El Salvador”,
Sociedad Verdad y Trabajo, Sociedad Mutua de Señoras Tesoro del Hogar, Círculo
Patriótico “El Centenario de la Independencia”, Sociedad Mutua el “Inmortal
Morelos”, Operarios de los Talleres Valentín Elcoro, Partido Socialista de
México, Sociedad “Alianza”, Obreros de la Nueva Industria, Unión de Canteros,
Sociedad de Empleados Libres, Unión de Tejedores del D.F., Sociedad Mutua de
Carpinteros “Ignacio M. Altamirano”, Sociedad “Caja de Ahorros”, Gran Liga
Obrera, Obreros de la Carolina, 5° Comité del Partido Popular Obrero, Sociedad
Auxilio, Sociedad de Jóvenes Obreros, y otras más cuyos nombres no fueron
tomados por falta de estandartes o medios de identificación, y varias bandas de
música.
La manifestación partió rumbo al centro de
la ciudad a eso de las 11 horas, clamorosa, imponente, turbadora. Se calcula
que más de 20,000 trabajadores entre hombres y mujeres, formaban parte de ella.
La misma prensa burguesa decía después de efectuada, que según informes
cablegráficos recibidos en Francia, España, Italia, Inglaterra y otras regiones,
la manifestación llevada a cabo por los obreros de México, había superado a la
que, con igual motivo del día 1° de Mayo recorrió las calles de la ciudad de
Londres.
Ciertamente, sin hacer violencia a nuestra
memoria, ni como hombres de temperamento impresionable respecto de lo bello, ni
como aspirantes a un estado mejor para todos los humanos, no recordamos
manifestación más formidable en calidad que ésta, no obstante que las uniones y
sindicatos obreros no eran tan numerosos como lo son actualmente. Los proletarios
manifestantes llenaban muchas calles. Con energía de torrente clamaban por sus
derechos. Decían: “Queremos descanso
dominical”. “Exigimos la jornada diaria de ocho horas”. ¡Cuán bellamente se
movía la turba triunfadora hacia las principales arterias citadinas y qué
interesante resultaba su conjunto!
Respecto de los actos literarios realizados
con tan importante motivo se significaron el mitin de la Alameda y la velada
literaria del Teatro “Xicotencatl”, cuyos principales números fueron cubiertos
por Epigmenio H. Ocampo y Jacinto Huitrón, quienes dirigieron la palabra al
pueblo en el Hemiciclo de Juárez, juntamente con Antonio Díaz Soto y Gama y
Rafael Pérez Taylor; el camarada José Colado hizo entrega de un memorial a una
comisión de diputados representada por Heriberto Jara, en el edificio de las
calles del Factor, y el licenciado Isidro Fabela produjo elocuentísima
conferencia en la velada del Teatro “Xicotencatl”.
Los niños de la Escuela Industrial de
Huérfanos tributaron su homenaje al unísono de los trabajadores, a Jesús
García, que salvó al pueblo de Nacozari, Son., de la destrucción; llevándose a
cabo dicha ofrenda en la plaza que lleva el nombre del bravo ferrocarrilero.
En el Parque de Balbuena, así como en el Tívoli
del Elíseo se efectuaron otras ceremonias.
El Comité organizador estuvo integrado por
el señor ingeniero Carlos M. Peralta, Salvador Preciado, Gilberto Vega, Felipe
de Jesús Flores, Rosalío Landgrave, Heriberto Jara e Hilario Carrillo.
¡Hurra por el Comité de la protesta pública
del día 1° de Mayo de 1913 en la ciudad de México! ¡Bravo por los valerosos
gremios que tomaron participación en ella en momentos en que la usurpación y el
privilegio descaradamente retaban a los más rudimentarios principios de la
civilización humana! ¡Salud a la CASA DEL OBRERO MUNDIAL, cuya sinceridad
desarmaba el brazo de los sicarios palaciegos, los que no se atrevían a
atacarla en ningún sentido!
(Versión
tomada del Órgano del Grupo de Obreros Gráficos de Acción Social.-Mayo de
1945).
LUX. La
revista de los trabajadores. Año XVIII, N° 4-5. 31 de mayo de 1945, p.
28-29.
No hay comentarios:
Publicar un comentario