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domingo, 8 de noviembre de 2015

NUESTRO INVITADO: SERGIO SÁNCHEZ GUEVARA.

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA y SUS AUTORES INVITADOS.

SELECCIÓN DE: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

EL SME ANTE LA REESTRUCTURACIÓN PRODUCTIVA DE LA EMPRESA LUZ y FUERZA DEL CENTRO, POR SERGIO SÁNCHEZ GUEVARA.[1]

   Con objeto de ir entendiendo un poco más acerca del que fue el proceso histórico en Luz y Fuerza del Centro y su relación con el Sindicato Mexicano de Electricistas, entre 1914 y 2009. Y además, reconocer en ese maridaje causas de fondo que llevaron a ambas instituciones a su desenlace, mismo que desencadenó el estado el 11 de octubre de 2009, vale la pena una lectura de caso, tal y como nos la propone el que para 1994 era Profesor del Departamento de Administración de UAM-A, Sergio Sánchez Guevara. Pasemos pues a la lectura de:

El SME ante la reestructuración productiva de la empresa Luz y Fuerza del Centro
Sergio Sánchez Guevara, Profesor del Departamento de Administración de la UAM-A.

Introducción

   Durante el presente sexenio se marcaron varios objetivos complementarios entre sí: el Tratado de Libre Comercio, la modernización, el adelgazamiento del Sector público y el incremento de la productividad entre otros.
   En este artículo introduzco la discusión de las condiciones relativas al incremento de la productividad en una de las empresas del sector público ubicada en la industria eléctrica, rama que por su carácter estratégico el gobierno no puso a la venta, pero sí estableció criterios para lograr mejorar la eficiencia y la rentabilidad de la empresa.
   Por otro lado la intención de este trabajo es invitar a la reflexión sobre las experiencias de los diferentes casos en los que se está aplicando la política de acelerar el crecimiento de la productividad y sus efectos sobre la clase trabajadora.
   El 9 de febrero de 1994 es un momento culminante en la historia del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME, por sus siglas) pues se alcanzó el objetivo de que al fin el gobierno creara la empresa Luz y Fuerza del Centro (LyFC, por sus siglas) que sustituye a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyFC, por sus siglas) con patrimonio propio y como empresa paraestatal independiente, bajo la rectoría de la Secretaria de Energía, Minas e Industria Paraestatal. Este hecho constituye el triunfo político de una lucha de casi tres décadas del SME por lograr evitar que la CLyFC fuera absorbida por la Comisión Federal de Electricidad (CFE, por sus siglas) y con ello el SME desaparecería y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM, por sus siglas) obtendría la titularidad única del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT, por sus siglas) de esta industria. Significa también un parteaguas en las condiciones actuales de reestructuración productiva de las empresas paraestatales, puesto que los afanes modernizadores del equipo que dirige el gobierno del país, bajo la estrategia neoliberal, ha significado despidos masivos, en cambio la propuesta del SME y los smeitas, sin apartarse del proceso modernizador, lo aceptan, pero a partir de la participación bilateral que convierte el proceso reestructurador productivo en un proceso de desarrollo económico social de la nueva LyFC. Para comprender este proceso complejo por los distintos elementos que participan en este ámbito industrial, a saber: el económico, la política, la política sindical, la administración, la técnica, entre otros, dedicare una parte de este artículo a una somera exposición de estos puntos, con el fin de aclarar en qué condiciones se aplicará la reestructuración de la empresa y cuál será la estrategia para alcanzar las metas de eficiencia y rentabilidad.

I. Orígenes

   La CLyFC tiene sus orígenes en la Mexican Light and Power, empresa que asocio a la Pachuca Light and Power (Compañía de luz y Fuerza de Pachuca, S. A.) y otras dos cuyos nombres hasta antes de la liquidación definitiva eran Compañía Mexicana Meridional de Fuerza, S.A.; y la Compañía de Luz y Fuerza Eléctrica de Toluca, S.A., grupo poderoso que inicia sus operaciones en la última década del porfiriato es decir alrededor de 1900.[2]
   Se establecieron en México plantas generadoras de energía eléctrica, propiedad de mexicanos, desde fines del siglo pasado con el propósito de dar servicio a las compañías mineras y a los poblados cercanos. Empero estas empresas no tuvieron la capacidad suficiente para desarrollar una industria eléctrica que satisficiera las necesidades de una industria creciente y de las crecientes poblaciones de las ciudades,[3] de manera que fueron desplazadas por las inversiones de las compañías extranjeras, las que sí pudieron hacer frente a esta demanda.
   Para ejemplificar lo mencionado retomo la cita que M. Wionczec hace de José Ives Limantour Secretario de Hacienda y vocero de P.Díaz:

Por más que exageren los inconvenientes de una situación que nos hace tributarios del extranjero..., careciendo, como carecemos, de los elementos de hombres y dinero suficientes para poner en expansión los innumerables recursos que yacen en nuestro suelo, no debemos desaprovechar esos elementos cuando se nos presentan, por el solo hecho de que vienen del extranjero. Muy al contrario: la suma de beneficios que deja en el país toda industria nueva o todo incremento de las industrias establecidas, contribuye a dar mayor bienestar a los que en él residen, sin distinción de clases o de nacionalidades.[4]

   Las condiciones de subdesarrollo estaban definidas desde antes del porfiriato, es decir la clase económicamente dominante no estableció su hegemonía en el proceso de acumulación de capital, por el contrario durante el régimen de Porfirio Díaz no solo permite sino que invitan a la inversión extranjera consolidando de esta manera en México las relaciones económicas desarrollo-subdesarrollo. En consecuencia la economía nacional definirá su crecimiento a partir de los propósitos de acumulación de las inversiones extranjeras casi siempre dictados desde sus países de origen, generalmente esos fines no coinciden con el interés nacional, por ende la producción nacional estará sometida al uso de tecnología atrasada, no competitiva a escala internacional, convirtiéndose tan solo en: abastecedora de materia prima o de bienes intermedios y generadora de plusvalía para la acumulación de capital de las metrópolis, toda vez que la inversión, sea nacional o extranjera, en tecnología atrasada, en México se revaloriza, puesto que en los países desarrollados es obsoleta, además de los pagos de intereses, regalías, utilidades y otros pagos derivados de la inversión extranjera directa e indirecta.
   Las empresas extranjeras participaron dentro de las 170 sociedades anónimas más importantes según reporte de José Luis Ceceña en su libro "México en la órbita imperial"[5] con el 77% y el 23% se reservó para el capital mexicano es decir fue definitiva la participación del capital extranjero durante el porfiriato y aun ahora sigue siéndolo.
   El capital extranjero participó en la industria eléctrica con el 87.2%, más dos por ciento de participación asociado con capital mexicano. Destaca el capital anglocanadiense con cerca del 80% del capital de la rama.[6] La Mexlight (así se le llamó a la Mexican Light and Power) era propiedad de capital inglés y canadiense.

Características la Industria Eléctrica

   Las inversiones extranjeras que se establecen en la industria eléctrica mexicana tienen como propósito obtener utilidades, por lo que se establecen en las áreas más rentables en las ciudades donde hay importantes concentraciones tanto de industria como de población demandante de servicios, entre otros el alumbrado eléctrico. Es claro que bajo esta óptica no iban a comprometer inversiones, de muy largo plazo y con una ganancia dudosa, en las áreas rurales. Sin embargo podemos decir que esta rama genero un impacto enorme en el crecimiento de la economía nacional.
   Hacia 1930 dos compañías controlaban la mayor parte de la industria eléctrica, la primera era la Compañía de Luz y Fuerza Motriz, esta empresa integraba, junto con las subsidiarias mencionadas Luz y fuerza de Pachuca, Luz y Fuerza de Toluca, Mexicana Meridional de Fuerza y de Fuerza del Suroeste, el sistema interconectado de energía eléctrica que atendía a la ciudad de México y estados circunvecinos, significaba el 47 % del servicio público. Este sistema era propiedad de la Canadian and General Finance Company, dependiente de la Societé Internationale d'Energie Hidroelectrique[7] la representante de estos intereses era la Mexican Light and Power Company. La segunda empresa era la American and Foreign Power Company abasteciendo el 33 %[8] del servicio público de energía eléctrica, su actividad la ejercía por medio de la Impulsora de Empresas Eléctricas ligada a la Electric Bond and Share, esta empresa absorbió los principales sistemas fuera del que operaba la CLyFC. Estos dos consorcios operaron de igual manera como holdings, es decir controlaban a las empresas subsidiarias mediante participación mayoritaria de sus capitales.
   Otra característica técnica era que los sistemas de generación de energía eléctrica no eran uniformes, lo que impedía la unificación del servicio en todo el país.- El grupo de clfc operaba su sistema a 50 ciclos, el grupo de impulsora generaba a 60 ciclos, otras plantas manejaban sistemas a 58, 57, 50, 48, 45, 42, 40, y 25 ciclos.[9]
   También podemos señalar que hubo una campaña para bajar el precio de venta de la energía desde la época de calles se advertía: "La cuestión de la energía eléctrica barata resulta especialmente adecuada por varias razones. Primero, las tarifas de la electricidad eran aun generalmente consideradas como exorbitantemente altas. Segundo, a pesar del secreto que rodeaba los asuntos financieros de las compañías, se había tornado ampliamente conocida la disparidad existente entre los precios pagados entre los consumidores grandes y pequeños."[10] Esta situación que sería objeto de una amplia discusión sobre todo por el carácter técnico propio de la generación de fluido eléctrico, que implica diferenciales de costos que es necesario cubrir. Sin embargo el intento por parte de los gobiernos postrevolucionarios, de proveer a la población y en particular al sector industrial nacional de un servicio básico barato, y también de aportar este servicio a las áreas que lo necesitaban pero por su alta dispersión resultaba sumamente costoso el servicio, se presionó a las compañías en la reducción y de ser posible reducir el rango de tarifas. Más aún el creciente nacionalismo dio paso a que se planteara lo siguiente: "...los propietarios de las empresas eran extranjeros, se presumía que habían estado obteniendo grandes utilidades de sus operaciones y, además, tenían fácil acceso a los recursos financieros externos, situación que contrastaba con la de los empresarios nacionales, persistentemente escasos de fondos de inversión."[11]
   En efecto se planteaba un conflicto de intereses entre las empresas eléctricas extranjeras y la opinión pública y gobierno que condujo a un crecimiento promedio anual de menos del uno por ciento para el periodo de 1937-1943,[12] es posible que esta disminución en el crecimiento se deba por otro lado a que las compañías habían concluido la construcción de las plantas generadoras necesarias para abastecer a las áreas que consideraron rentables, es decir los inversionistas privados no tenían considerado la inversión en plantas de poca escala para la atención de pequeños poblados rurales. El servicio a estas comunidades correspondería finalmente al Estado. Afines del llamado periodo del "maximato" se inició una importante actividad en torno al establecimiento de una empresa del Estado que llenará los vacíos dejados por las empresas privadas, por decreto del 19 de enero de 1934 se autoriza al ejecutivo a constituir la Comisión Federal de Electricidad, CFE esta empresa propiamente inicia operaciones en el periodo cardenista, durante este periodo se construye la planta de Ixtapantongo en Valle de Bravo, por mucho tiempo la mayor de la CFE. Esta planta originalmente la iba a construir la CLyFC, en 1926 la subsidiaria Compañía del Sureste de México, había completado el proyecto para iniciar la construcción pero por intervención de funcionarios del gobierno de Calles, incluido el mismo presidente "sugirieron" en lugar de este proyecto se llevaran a cabo obras de aprovechamiento del rio Lerma al noroeste de la capital.[13] Este episodio de la historia de la CLyFC nos muestra el desarrollo de la estrategia del gobierno por controlar las principales recursos hidráulicos, que a la vez eran fuentes de energía eléctrica, pero también fueron generando un cerco para las empresas extranjeras, que perdieron dinamismo en el crecimiento de sus obras de construcción de nuevas y más potentes plantas, conviene aclarar que estas empresas es posible que tenían como estrategia también controlar las principales fuentes hidráulicas de cuyas caídas de agua podría generarse al menor costo la energía eléctrica, esperando utilizarla en la atención a la creciente demanda, ya sea por el crecimiento de la industria instalada o de las ciudades existentes o bien sea por el potencial crecimiento de nuevas concentraciones industriales y urbanas.

Nacionalización

   En los siguientes años y con el impulso de los subsecuentes gobiernos la CFE creció de manera significativa. En cambio las compañías extranjeras aparentemente perdieron dinamismo. Con el fin de resolver esta situación se iniciaron las gestiones para establecer los convenios de compraventa de las empresas eléctricas de capital privado, dicho de otra manera la Nacionalización de la industria eléctrica en el año de 1960, en abril se adquirió la totalidad de las propiedades de la American & Foreign Power Co. es decir la Impulsora de Electricidad de capital norteamericano, el precio estimado de la transacción fue de 65 millones de dólares.[14] El 27 de septiembre de ese año el gobierno adquirió la mayoría de las acciones de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz es decir la Mexlight, no se liquidó en su totalidad. Esta última siguió operando como la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, suministrando el servicio a la Ciudad de México y parte de los estados del centro de la Republica. Reforzando este proceso nacionalizador el 29 de diciembre se modifica el Artículo 27 Constitucional en su párrafo sexto "Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines".[15]
   Con la nacionalización la CFE se convirtió en la empresa rectora de la rama eléctrica, apoyada por el gobierno y su legislación, sin embargo esta situación en apariencia lógica desde el punto de vista de la administración pública, orientada hacia la consecución de objetivos de utilidad pública y beneficio social, apoyo en cierta manera la disminución del desarrollo de las empresas recientemente nacionalizadas, lo que tendió a cierta destrucción de la estructura instalada por aquellas empresas, las cuales eran útiles y de mantenerse en buenas condiciones mantendrían la generación del servicio en óptimas condiciones, en el caso de la CLyFC el servicio lo ha mantenido en las mejores condiciones posibles, a pesar de que se le limitaron los recursos y se le hizo reconocer una deuda pesada en favor de la CFE, esta situación se produjo fundamentalmente por un lado con el fin de lograr la quiebra técnica de la empresa, con dos propósitos uno financiero minimizar el valor de las acciones en poder del capital extranjero y otro político obtener la disolución del SME, en estas condiciones el sindicato de la CFE seria el único titular del contrato colectivo de los electricistas, más adelante abundare sobre este punto
   Efectivamente la nacionalización permitió por otro lado solucionar problemas técnicos que hicieron más eficiente la prestación del servicio eléctrico como la unificación de las frecuencias a 60 ciclos, lo que permitió la interconexión de todos los sistemas eléctricos establecidos en el país. Para lograr este objetivo se creó el Comité de Unificación de Frecuencia, el programa de unificación se inició el 2 de abril de 1973 y concluyo el 22 de noviembre de 1976. Además de las obras técnicas en las instalaciones eléctricas de generación, transmisión y distribución, el gobierno se hizo cargo de los gastos de adaptación de los aparatos eléctricos domésticos que lo necesitaran, así como también apoyo con asesoría a los comercios y a las industrias que lo necesitaron.[16]
   Es indudable la importancia que tiene la industria eléctrica, tanto en la actividad económica del país, como en otras actividades de carácter comunal, social y doméstico, así que la nacionalización debería traer más beneficios que perjuicios para la Nación pues como servicio básico apoya un sin número de actividades, Sin embargo la administración de la industria eléctrica no ha sido una tarea simple sino ha tenido que enfrentar una serie de intereses que ha sido necesario atender para eliminar los obstáculos y establecer un proceso de gestión eficaz de cada una de las empresas o entidades de la industria eléctrica.
   Con la nacionalización de las empresas de Impulsora de Electricidad se convierten en subsidiarias de la CFE. Las acciones de la CLyFC, en cambio, no han sido totalmente liquidadas, por lo que la relación con la Mexlight no concluye inmediatamente como en el caso de las compañías de capital norteamericano. Para resolver esta situación administrativo financiera se expidió el "acuerdo presidencial del 16 de diciembre de 1974 que decretó la disolución y liquidación de las compañías eléctricas del Centro, Pachuca, Toluca y Meridional."[17] Hubo otro acuerdo presidencial anterior fechado 14 de agosto de 1963, que modifica el nombre de la Compañía de Fuerza del Suroeste de México, S.A. por el de Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. y se autoriza la venta de todos los bienes y derechos de la Compañía de Luz y Fuerza Motriz, S.A., L.M. Guibara Sucesores, S en C, y la Compañía Mexicana Hidroeléctrica y de Terrenos, S. A. a la CLyFC.[18] El 2 de enero de 1975 se autoriza a la CFE a adquirir los activos de CLyFC, por tanto una vez hecha la liquidación seria la única propietaria de la industria eléctrica constituyéndose un monopolio de Estado. Funcionó al principio con tres administraciones deferentes: la dirección de CFE, y por cada uno de los dos consorcios se estableció una administración diferente, claro está que la administración de la Comisión tenia influencia en las otras dos, tal vez más en las subsidiarias que fueron las que pertenecieron a Impulsora de Electricidad, ya que estas desde luego fueron totalmente liquidadas.
   En varias ocasiones se planteó que convenía la integración de la administración en una sola entidad paraestatal, puesto que todas eran de propiedad estatal, con el fin de evitar: superposición y duplicidad de funciones administrativas y lograr un mejor y más eficiente servicio sin embargo como lo señala Silvia Gómez Tagle, "...el proceso de integración se fue realizando muy paulatinamente,...".[19] Este planteamiento resulta en la actualidad discutible pues hay que considerar los tamaños óptimos de las empresas, de tal manera que estos no sean ni demasiado pequeños y no puedan aprovechar las economías de escala, ni muy grandes que tanto la centralización de la administración como la dispersión de funciones específicas eleven innecesariamente los costos y gastos.

Participación de CLyFC en el Sector Eléctrico

   Desde que se fundó en México la Compañía de Luz y Fuerza Motriz y sus Asociadas opero en el Distrito Federal y los estados vecinos de la Capital tales como: el Estado de México, de Hidalgo, de Puebla, de Morelos, alcanzó parcialmente los estados de Michoacán, Guerrero, Veracruz, entre otros, lo que indica la magnitud del mercado toda vez que la zona central del país es la mas importante en varios aspectos: económico, político y con la mayor concentración de población. No obstante que en 1985 fue reducida la Zona de influencia de CLyFC en cerca de 20,000 Km2. Los datos estadísticos, levantados entre 1987 y 1992, sólo corroboran estas afirmaciones y precisan el grado de la participación de CLyFC en el Sector Eléctrico. Aporta la quinta parte en lo que se refiere a ventas totales de energía eléctrica, ver cuadro 1. Dentro de las divisiones de CFE ninguna se acerca al volumen de ventas de esta empresa, en cuanto a usuarios atiende a la cuarta parte aproximadamente en estos dos renglones supera a cualquier división considerada por separado de CFE.

CUADRO 1
Comparativo
CLyFC / Total de la Industria Eléctrica
I Parte
Ventas Gigawats - hora (GWh)
Años
Total
%
clfc
%
1987
77,449
100
17,960
23.2
1988
81,885
100
18,614
22.7
1989
88,537
100
19,582
22.1
1990
92,123
100
20,548
22.3
1991
94,768
100
21,128
22.3
1992
97,570
100
22,569
23.1

II Parte
Usuarios (Miles)
Años
Total
%
clfc
%
1987
14,102
100
3,554
25.2
1988
14,773
100
3,713
25.1
1989
15,470
100
3,839
24.8
1990
16,285
100
4,031
24.7
1991
17,154
100
4,255
24.8
1992
17,975
100
4,427
24.6

III Parte
Consumo Promedio Megawatts-hora (MWh)
Años
Total
clfc
1987
5.5
5.1
1988
5.5
5.0
1989
5.7
5.1
1990
5.7
5.1
1991
5.5
5.0
1992
5.4
5.1
Fuente: INEGI El Sector Eléctrico en México, México 1993. p 69

En el cuadro número 2 podemos observar en cuanto a ventas totales un comportamiento similar al del cuadro anterior es decir la CLyFC recibe poco más de la cuarta parte de los productos totales por la venta de energía, en el caso del promedio por usuario, el monto es mayor, porque de la concentración industrial en el valle de México se deriva la existencia de una importante cantidad de usuarios con alta demanda.

CUADRO 2
Comparativo
Productos de la Venta de Energía Eléctrica
I Parte
Venta total
Miles de nuevos pesos
Años
Total
%
clfc
%
1987
2'757,766
100
732,567
26.6
1988
6'600,812
100
1'712,982
26.0
1989
9'045,391
100
2'285,976
25.3
1990
12'123,098
100
3'056,869
25.2
1991
15'667,4435
100
3'946,833
25.2
1992
19'189,675
100
5'115,092
26.7

II Parte
Promedio por Usuario
Nuevos Pesos
Años
Total
clfc
1987
195,559
206,125
1988
446116
461,347
1989
584,705
595,461
1990
744,388
758,350
1991
913,340
927,525
1992
1'067,576
1'155,431
Fuente: inegi El Sector Eléctrico en México, México 1993. p 103

   El área donde presta el servicio de energía eléctrica la CLyFC es altamente concentrada como lo marca el cuadro Nº 3, efectivamente el número de poblaciones es relativamente pequeño, pero es un área donde los usuarios no se encuentran dispersos como puede suceder en otras regiones del país.

CUADRO 3
Número de Poblaciones con Servicio Eléctrico
Años
Total
%
clfc
%
1987
35,227
100
887
2.5
1988
36,671
100
887
2.4
1989
37,946
100
887
2.3
1990
39,608
100
887
2.2
1991
43,996
100
887
2.0
Fuente: Inegi El Sector Eléctrico en México, México 1993. p 107

Sindicatos

En cada uno de los tres grupos de empresas eléctricas se organizaron asociaciones de trabajadores con el fin de plantear los contratos colectivos de trabajo que regirían las relaciones laborales entre los trabajadores y las empresas respectivas, el primero que se creo fue el Sindicato Mexicano de Electricistas, el 14 de diciembre de 1914,[20] afilia a los trabajadores de la CLyFC. La siguiente organización que se creo fue el Sindicato Nacional de Electricistas y Similares de la República Mexicana (SNEySRM, por sus siglas) en 1937, al mismo tiempo que se creaba la CFE, obviamente se constituyó con los trabajadores de esta empresa. En 1960 se funda el Sindicato de Trabajadores de la República Mexicana (STERM, por sus siglas), este organismo agrupó a los trabajadores de los sindicatos de las empresas que antes de la nacionalización fueron de capital estadounidense y con la mexicanización pasaron a formar parte de la CFE,[21] los cuales mantuvieron sus sindicatos originales.
   Las tres organizaciones sindicales son diferentes entre sí. Algunos autores[22] estudiosos del movimiento obrero señalan que las dos organizaciones formadas con trabajadores de las empresas de origen extranjero mantuvieron independencia con respecto de las organizaciones de trabajadores ligadas al Estado como Confederación de Trabajadores de México (CTM, por sus siglas). El SNEySRM por el contrario si pertenece a la central mencionada.
   Hay también diferencias con respecto de la organización interna, el SME mantiene una amplia democracia que se manifiesta en las asambleas generales y departamentales, en las urnas, donde todos los trabajadores pueden y tienen derecho de participar con voz y voto, es decir el conjunto de los trabajadores y jubilados tiene la prerrogativa de decidir sobre las decisiones que los afecten ya sea por las condiciones del proceso de trabajo, en las prestaciones, en las cuestiones económicas salariales, y sobre todo en la selección de los representantes sindicales tanto generales como departamentales.
   Antes de mencionar las características de los otros dos sindicatos, es necesario señalar que el SNEySRM y el STERM después de una dura lucha política entre ambas organizaciones se integraron en lo que hoy es el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, se menciona que el STERM fue un sindicato independiente de las organizaciones de trabajadores ligadas al Estado, con cierto nivel de democracia, no tan profundizado como en el SME. Sin embargo el STERM perdió frente al liderazgo del SNEySRM, curiosamente en los momentos álgidos de la lucha muere el líder del fundador de la organización sindical de la CFE Francisco Pérez Ríos, es decir estuvo al frente del SNEySRM por aproximadamente 35 años quedando como secretario general del SUTERM otro líder del ex SNEySRM: Leonardo Rodríguez, quien a la fecha sigue siendo Secretario General, lleva ya más de 20 años. Este último hecho nos revela la inexistencia de la democracia de este último sindicato.
II.

   He relatado en términos muy breves las circunstancias tanto de las empresas desde su fundación como su evolución frente a los acontecimientos nacionalistas de los gobiernos postrevolucionarios, cuyo objetivo era rescatar las fuentes básicas para el impulso de la industria nacional, toda vez que la energía eléctrica es un insumo básico, hasta ahora difícil de sustituir, como las relaciones de los sindicatos con sus empresas y con las consecuencias de la política nacionalista, cuyo resultado ha sido la desaparición de uno de los tres grandes contingentes sindicales, mencionamos en el párrafo anterior la absorción del STERM por SUTERM.
   El SME ha tenido que desarrollar una política de resistencia ante la posibilidad de la integración de CLyFC por CFE, lo que hubiera significado correr similar suerte que el STERM, además hubiera puesto en peligro la planta de trabajadores y otras prestaciones como la jubilación, por lo menos de los miembros del SME. Efectivamente este sindicato ha tenido que luchar por revertir esta situación, ha planteado de manera creativa una política a la vez que de resistencia planteando opciones tendientes a mejorar el servicio. Sin embargo esta tarea no fue fácil, ni siempre hubo suerte en la localización de nuevas alternativas en los aproximadamente 20 años que duró el proceso de liquidación de la empresa hubo despidos, en algún periodo de contratación, en otras contrataciones se propuso que a cambio de las mejoras ya fueran salariales o en prestaciones hubiera nuevos despidos, la CFE promovió invasiones de la zona de trabajo hasta que en1985 se estableció el convenio de Zonas que limitaba el área de trabajo de la CLyFC en detrimento de las posibilidades de trabajo de los trabajadores del SME (ver La Jornada del 11 de mayo de 1985 el artículo de Andrea Becerril "Denuncia Sánchez Delint que el SME se encuentra en riesgo de extinción), etc., también hubo una huelga en 1987 en la que se le niega al sindicato tanto las peticiones que hacia como el derecho de huelga primero con la requisa de las instalaciones y luego con la declaración de inexistente.
   Las condiciones de productividad en la CLyFC no pueden ser consideradas solo desde un punto de vista técnico, en efecto hay una serie de indicadores de productividad específicos para calificar la productividad de la prestación de este servicio, pero también es la participación de los trabajadores la que puede elevar la productividad en un compromiso entre administradores de la empresa y trabajadores, esto es por un lado la administración proveyendo del material y en general de los recursos materiales necesarios para la realización del trabajo y por otro lado los trabajadores, de acuerdo a las condiciones tecnicas existentes en la empresa, mejorar el desempeño de su función.
   Esta alternativa puede ser ampliada a otros sectores de la economía, pues es evidente que las soluciones de choque hasta hoy aceptadas de manera general por la gran mayoría de la población no garantizan que esa conformidad perdure permanentemente. El 1º de enero de1994 en Chiapas es un ejemplo de que no siempre se aceptarán las propuestas unilaterales que modifiquen las estrategias de producción, sobre todo cuando el prometido bienestar no llegue a los trabajadores que han visto reducido su salario de manera importante, o peor aún han sido desempleados y no hay nuevas fuentes de empleo. En este sentido Carlos T. Wagner señala el viernes 27 de mayo en El Financiero lo siguiente:

Para combatir la hiperinflación el neoliberalismo contrajo los salarios y el mercado, freno el deslizamiento del peso, abrió la frontera a la importación y renegocio la deuda exterior. logró bajara la inflación con retraso de dos años al plan, a costa de empobrecernos a todos: seis millones de familias en al miseria, nueve millones de desempleados, tres millones de emigrados, producción alimentaria en crisis, salud y educación mediocres, infraestructura deteriorada.[23]

   Es cierto que la economía mexicana necesita alcanzar mejores niveles de productividad para ser más competitiva. para lograrlo se han diseñado políticas, pero la mayoría de ellas no ha logrado tal solución y si ha provocado una fuerte depresión que fundamentalmente afecta a la población trabajadora que es la gran mayoría. El autor antes mencionado abunda en su análisis y destaca que entre populismo y neoliberalismo en lo general la economía mexicana ha empeorado con las consecuencias negativas que señalo para los trabajadores. De manera que se requiere de buscar soluciones en las que se comprometan gobiernos, autoridades, administradores, y sobre todo en la que participe la población trabajadora con las propuestas que es capaz de hacer en base a su experiencia cotidiana, surgida del proceso de producción, solo así podemos hablar de soluciones reales, obviamente esto significa el compromiso también real y concreto de los trabajadores. Si es posible lograr este procedimiento la relación con el Tratado de libre comercio (TLC, por sus siglas) tendrá otra dimensión en principio difícil, pero podrá plantear el gobierno con fuerza la posibilidad del equilibrio entre las tres economías.
   Me he detenido en la mención de estas opiniones porque precisamente el planteamiento del SME con su propuesta que en lo general es aprovechable y aun creo que es viable para el conjunto de las empresas del país. Es posible que en algunas otras empresas tanto del gobierno como de la iniciativa privada de alguna manera se esté aplicando la mencionada opción, pues no es exclusiva del SME. Conviene sin embargo insistir en que la aplicación de este criterio alcanzara mayores ventajas si se globaliza, es decir si su aplicación se hace no solo de manera individual sino que se generalizan y participan sus resultados entre las empresas y entre los trabajadores de cada una de ellas y de todo el país.
   El 27 de diciembre de 1989 se inicia la última etapa del proceso de disolución y liquidación de la CLyFC y asociadas, y también se inicia el proceso para elaborar y acordar el convenio de productividad de la empresa que iba adquirir, una vez liquidada, un nuevo estatuto jurídico. Este punto lo marca el decreto de la fecha mencionada, el cual fue aprobado por las cámaras el 21 de diciembre del mismo año:

ARTICULO ÚNICO. Se reforma el artículo Cuarto Transitorio de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica para quedar como sigue:

ARTICULO CUARTO. Las empresas concesionarias, entrarán o continuarán en disolución y liquidación y prestaran servicio hasta ser totalmente liquidables. Concluida la liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S. A. y sus Asociadas Compañía de Luz y Fuerza de Pachuca, S. A., Compañía Meridional de Fuerza, S. A. y Compañía de Luz y Fuerza Eléctrica de Toluca, S. A:, el Ejecutivo Federal dispondrá la constitución de un organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonios propios, el cual tendrá a su cargo la prestación del servicio que han venido proporcionando dichas compañías. El Decreto de creación del organismo establecerá, con arreglo a esta disposición, la estructura, organización y funciones que tendrá el propio organismo para el adecuado cumplimiento de sus fines.[24]
   También se acordó ante las entidades gubernamentales Secretarias de: Energía Minas e Industria Paraestatal y del Trabajo y Previsión Social "...que el servicio público de energía eléctrica que ha estado a cargo de las Compañías, se preste en óptimas condiciones de rentabilidad, eficiencia y eficacia, con apego a los preceptos constitucionales y legales ya mencionados y dentro de un marco que permita su pleno funcionamiento y desarrollo, preservándose paralelamente la fuente de trabajo y la titularidad por parte del Sindicato Mexicano de Electricistas de su Contrato Colectivo de Trabajo; habiendo llegado a la conclusión de que este esquema re la previa adecuación organizacional operativa técnica y financiera de las Compañías,..."[25]
   En los dos párrafos citados se establece la creación de un organismo jurídicamente distinto que sustituya a la CLyFC y asociadas una vez liquidada y disuelta, pero en términos de instalaciones físicas y de trabajadores , del SME y el CCT, la empresa siguiera siendo la misma, pero con el compromiso de mejorar en eficiencia y desarrollar a la empresa, misma que dejo de crecer desde antes de la Nacionalización, pero en mayor medida después de esta porque se esperaba apoyarla después de que se integrara a la CFE.
   En los acuerdos se hace hincapié en la necesidad de optimizar las condiciones de rentabilidad, eficiencia y eficacia, para tales fines se crea en el mismo documento mencionado la obligación de "...integrar una comisión mixta paritaria de productividad, para el análisis de marcos de productividad más idóneos a los objetivos contenidos en el convenio citado, que son necesarios para la constitución de la nueva entidad pública; y otra para el estudio de sus bases financieras y estructura administrativa más adecuadas, y requeridas para alcanzar las finalidades del referido convenio."[26] Más adelante se refiere este texto al número de integrantes de las comisiones por cada parte, el cual será de cinco representantes. Además se señala que las propuestas resultantes deberán ser presentadas ante el Ejecutivo Federal por medio de la Secretaria de Energía Minas e Industria Paraestatal para su consideración. En un plazo de 90 días siguientes a la firma del Contrato Colectivo de Trabajo 1990-1992.
   Este fue el primer paso que se realizó para llegar al objetivo del Sindicato de lograr la creación de la "nueva empresa" pero bajo nuevas condiciones, se hicieron los estudios necesarios entre los representantes del Sindicato y de la Administración de la CLyFC, y se presentaron ante los representantes del Ejecutivo Federal, donde finalmente se impusieron las siguientes metas como condición para la creación de la "nueva empresa", porque el Titular de la Secretaría de Hacienda no tomo en cuenta los estudios elaborados por las Comisiones Mixtas.

CUADRO 4

Usuarios por Trabajador
Usuarios por Trab. Distrib.
Septiembre 1993
137.1
237.0
Marzo 1994
149.9
264.8
Septiembre1994
163.8
295.8
Marzo 1995
179.0
330.5
Septiembre 1995
195.7
369.2
Fuente: Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, Anexo Convenio de Revisión Salarial de1993 p 3.

   Por las condiciones definidas en este cuadro se consideró que la política oficial con respecto al sindicato de parte del gobierno se endurecía, pues estas metas no consideraban los estudios realizados por las Comisiones Mixtas de productividad y la de bases financieras y estructuras administrativas. Este indicador no consideraba propiamente la productividad pues como alguno de los miembros de la Comisión Mixta de Bases Financieras y Estructuras Administrativas mencionaban que “la CLyFC no produce usuarios”,[27] por lo tanto en estricto sentido no es un indicador de productividad, además las condiciones de incremento de usuarios depende de otros factores como es el nivel de crecimiento de la economía dentro del área de influencia de la CLyFC. Por otra parte esto ponía en entredicho lo prometido en los anteriores convenios y decretos, pues para lograr estas metas había que despedir a varios miles de trabajadores. Esta situación ambigua genero descontento entre los trabajadores, que optaron por cambiar la dirección del SME, cuya tarea casi inmediata fue renegociar el convenio de productividad.
   En diciembre de 1993 se inician los trabajos de revisión del CCT para el bienio 1994-1995, por parte de la Comisión Legislativa que se forma cada dos años con el fin de convenir las modificaciones a dicho contrato con la empresa. La situación se tornaba difícil, pues se acercaba marzo de 1994 y la meta a cumplirse de acuerdo al CUADRO 1 era inalcanzable.
Se entregó el pliego petitorio el 6 de enero de este año, (generalmente esa es la fecha de entrega del proyecto de revisión cada dos años.) La situación política del país no era la que podía considerarse normal, a partir de los acontecimientos del 1º de enero. La comisión legislativa se preparaba para enfrentarse a la discusión con los representantes de la empresa. El Gobierno Federal que conoce al detalle la problemática de CLyFC-SME, puesto que es actor importante dentro de esta desde hace más de treinta y cuatro años, resolvió hacer una propuesta en paquete al Sindicato, misma que fue discutida por la comisión legislativa, por más de treinta horas, finalmente aprobada después de algunos ajustes.
   Los resultados, inesperados en diciembre pasado, son: surge el Nuevo Organismo Descentralizado Luz y Fuerza del Centro por Decreto Presidencial y el Convenio pactado, que establece sus características también modifica al del 25 de febrero de 1993 estableciéndose metas realmente alcanzables de acuerdo con el crecimiento normal de la empresa. Con respecto al CCT se revisan 35 de sus cláusulas y se obtiene 5 %de aumento más 2 %de productividad, en suma 7 %.
   El objetivo alcanzado por el sindicato en esta última contratación marca un momento histórico en las relaciones entre Sindicato y una empresa de propiedad pública, porque de alguna manera replantea la política de productividad, destacando el respeto a la plantilla de trabajadores y jubilados y al CCT, cierto es que el crecimiento de la plantilla se limita hasta que sea estrictamente necesario contratar nuevo personal e incluso algunos puestos que queden vacantes pueden no cubrirse. Pero lo más importante es que el Sindicato bajo esta nueva administración tiene derecho a participar con tres representantes en la junta de gobierno. Este derecho también es una obligación por que habrá que participar en la restructuración productiva de la empresa por un lado exigiendo a la parte propiamente de la administración, que aporte los recursos necesarios para lograr las metas que se fijen, y por otro lado comprometer a los trabajadores en el desarrollo de las nuevas responsabilidades.

CUADRO 5
INDICADORES Y METAS DE PRODUCTIVIDAD
Indicadores
Base 1993
Marzo 1995
I. Indicadores globales
Tiempo de interrupcion por usuario
408
383
Número de inconformidades por cada 100 usuarios
21.9
16
Pérdidas
12.12%
10.50%
Usuarios por trabajador
126.5
131.5
Fuente: SME "El Nuevo Organismo Triunfo y Nuevo Reto del Sindicato, Publicación del Sindicato Mexicano de Electricistas, 1994 p 11.

   Estos indicadores se establecen en base al crecimiento promedio de la empresa Luz y Fuerza del Centro, destaca el indicador Usuarios por trabajador, que reitero en estricto sentido no es un indicador de productividad, pues se reduce la meta para marzo de 1995 de 179, según el convenio de 1993 a 131.5,en el convenio de 1994, esta última cifra, aun es menor que la definida para septiembre de 1993 en el primer convenio. Ahora corresponde participar al Sindicato en la vigilancia del cumplimiento de los planes y metas. Incluso plantear con anticipación nuevas alternativas de desarrollo de la Empresa Luz y Fuerza. Es decir la organización sindical estará atenta al insoslayable ingreso de innovaciones tecnológicas que incrementaran la productividad, incluso deberá apoyar este proceso, pero al vez impulsara el proceso necesario de capacitación del personal para que realice las nuevas tareas, en este sentido requerirá la representación tomar la delantera tanto a la parte de la administración de la empresa y aun a los propios trabajadores, a fin de que este proceso no se revierta, pues existe el riesgo de transitar por el camino marcado por otras empresas y sus organizaciones sindicales.



[1] Disponible en internet, noviembre 7, 2015 en: http://www.azc.uam.mx/publicaciones/gestion/num5/doc13.htm Revista Gestión y estrategia, N° 5, enero-junio 1994. México, Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Azcapotzalco. (p. 118-128).
[2] Ver D'Olwer, Luis Nicolau "Las inversiones extranjeras" en Cosio Villegas, Daniel, et. al., Historia Moderna de México., 2ª ed México Edit. Hermes, 1974. Vol. VII T. II p. 1087.
[3] Ver Wionczek, Miguel S, El Nacionalismo Mexicano y la Inversión Extranjera., 3ª ed, México Siglo XXI Editores 1968 pp. 33, 34.
[4] Ibid. p 39.
[5] Ceceña, José Luis, México en la Órbita Imperial., Ediciones el Caballito, México 1975 pp. 62-63.
[6] Ibid. p 58.
[7] Enciclopedia de México, México SEP, México 1987, T V p. 2459.
[8] Idem.
[9] Ibid. p. 2460.
[10] Wionczek ,Miguel S. Op cit. pp. 69, 70.
[11] Idem.
[12] Enciclopedia de México. Op cit. p 2460.
[13] Ver, para mayor detalle Wionczek, Miguel S. Op cit. pp 80-82.
[14] Enciclopedia de México Op cit. p 2460.
[15] Idem.
[16] Ibid. p 2462.
[17] Idem.
[18] Contrato Colectivo de Trabajo 1992-1994.(CCT 92- 94), México, SME CLFC p. 2-3.
[19] Gómez Tagle, Silvia, "Integración o Democracia Sindical: el Caso de los Electricistas", en Tres Estudios sobre el Movimiento Obrero en México, México, El Colegio de México, 1976., (Col. Jornadas No 80.) Ver también Wionczek, Miguel S. Op cit. p 150,151.
[20] CCT 92-94 p 1.
[21] Gómez Tagle,S Op. cit p 152.
[22] Idem.
[23] Wagner Carlos "Crisis del Neoliberalismo" El Financiero, 27 de mayo 1994 p 34.
[24] CCT 92-94 pp 405, 406.
[25] Ibid p 402.
[26] Ibid p 408, 409.
[27] Ver Lara Beautell, Cristóbal "La Productividad en la Industria Mexicana" en Solís Leopoldo La Economía Mexicana, México FCE, 1973. (Lecturas del Trimestre Económico No 4.Vol.I.)

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