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miércoles, 14 de agosto de 2013

LOS ALMACENES DE LUZ y FUERZA DEL CENTRO: ALMA DE ILUSIONES.

CENTROS DE TRABAJO EN LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE

   Para quienes trabajan en almacenes, bodegas, bodegas de paso y otros sitios fijos y provisionales como custodios del equipo, herramienta, material de consumo y demás bienes adquiridos con objeto de dar continuidad al avance de obra, a la marcha confiable de una subestación, una planta, de las oficinas y campamentos saben perfectamente el significado que tiene concentrar, recibir, despachar, contabilizar y reportar el comportamiento de todo un universo de necesidades que han de permitir a sus usuarios contar con elementos de respaldo insustituibles.
   Allí ocurre la concentración de los pedidos que se generan por vía de licitaciones nacionales y extranjeras. Allí envían los proveedores equipos mayores y menores, cables, herramientas, cemento, varilla, conectores, y demás variedad de elementos que se reciben, se contrastan con los documentos necesarios para la recepción o entrega. Se acomodan en anaqueles, patios, espacios bajo techo o a la intemperie según el tipo de resguardo. Las maniobras son realizadas gracias al apoyo de grúas viajeras, montacargas, “uñas”, “gallinas”, hiab´s o brazos hidráulicos, sin faltar la eficiencia de la mano de obra que realiza un trabajo cotidiano matizado por factores de control que se mantienen lo mismo en el marbete al pie del material que en el “kardex” y las bases de datos.
   Podemos suponer que el “almacén” como lugar de concentración de los bienes tienen una antigüedad de la que ya puede presumirse. Todo empezó un día en Necaxa, que además es la obra emblemática por antonomasia en Luz y Fuerza del Centro.
   Fue el 10 de septiembre de 1902 en que The Mexican Light and Power Company, Limited se constituyó de acuerdo a las leyes canadienses. Sin embargo, el 24 de marzo de 1903, y en acuerdos con la Société du Necaxa, se firmó el contrato-concesión con la Secretaría de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización e Industria, en representación del Ejecutivo de la Unión, para el aprovechamiento como fuerza motriz de las aguas de los ríos Tenango, Necaxa y Xaltepuxtla en el distrito de Huauchinango, estado de Puebla.
   En 1903 vino a México el Ingeniero y también Doctor,[1] Fred Stark Pearson[2] y habiendo hecho una visita a la región de Necaxa, se dio cuenta de las posibilidades enormes de aquel lugar, y concibió los desarrollos hidroeléctricos de Necaxa, los cuales realizó más tarde, como un verdadero milagro de su genio y de su fe. Ello marca la génesis de la industria de suministro eléctrico en México[3] en los términos de primera “globalización” a la que se incorpora este país con resultados económicamente favorables.
   Los desarrollos de Necaxa están considerados entre los más notables del mundo, en su género, y no sólo dichas obras fueron concebidas y realizadas por Pearson. Anteriormente, ya había efectuado grandes trabajos en Brasil, para la producción de energía eléctrica, en Sao Paulo y Río de Janeiro; también en Barcelona, España; Toronto, Winnipeg y las Cataratas del Niágara, Canadá; El Paso y Ciudad Juárez, y el Noroeste de México.
   1896 se convierte en una fecha de suyo importante, pues a la Mexican Electric Works Limited, propiedad de los señores Siemens y Halske, de origen alemán, se le permite la concesión para operar una planta eléctrica con motores de vapor de émbolo con una capacidad total de 4,800 Kw, instalada en Nonoalco, al norte de la ciudad de México. El contrato se firmó el 3 de marzo pero las operaciones iniciaron hasta 1898.
   En virtud de la creciente demanda de energía eléctrica para la industria y servicios públicos como alumbrado, bombeo de agua, tranvías, etc., se empezaron a organizar empresas privadas con el objeto de generarla. Así, en el Distrito Federal se constituyeron una subsidiaria de la firma alemana Siemens y Halske para el alumbrado público, la Compañía Mexicana de Gas y Luz Eléctrica y la Compañía Mexicana de Electricidad; en Monterrey, la Monterrey Electric Railway Company; en Querétaro, la Compañía Hidroeléctrica Queretana, etc.
   Pero el avance progresivo de la economía del país hizo ver la necesidad de plantas generadoras de mayor capacidad para hacer frente a la demanda eléctrica. Así, pues, se pensó en aprovechar recursos hidráulicos de importancia que se localizaran en el país. En esa búsqueda un empresario francés, el Dr. Arnold Vaquié, conoció la región de Necaxa y vislumbró la posibilidad de aprovechar la caída del río Necaxa para la generación de energía eléctrica. Para ello organizó la compañía Société du Necaxa y obtuvo del Gobierno mexicano la concesión para utilizar dichas aguas en usos industriales dentro de la región.
   La Société du Necaxa inició sus construcciones y operaciones, pero se vio imposibilitada para concluir las obras destinadas a conducir la energía eléctrica a la Ciudad de México, por lo que se decidió a enajenar sus derechos de concesión sobre el río de Necaxa. Se interesó en ello y como ya se sabe, el ingeniero electricista Frederick Stark Pearson, quien a la postre fue pionero de la industria eléctrica, visitó la región de Necaxa en 1900 y comprobó la riqueza y fortaleza natural de la afluencia del río, por lo que de inmediato se dio a la tarea de estudiar, calcular y planear la capacidad de generación de energía eléctrica y los costos de transmisión de la misma al Distrito Federal y al centro minero del Oro. Una vez concluidos sus estudios, se dirigió a Canadá, donde junto con algunos inversionistas canadienses amigos suyos y con base en las cartas de patente de 1902, vigentes en ese país, constituyó la empresa Mexican Light and Power Company Limited, que con el tiempo se convertiría en la trasnacional más importante de la industria eléctrica en México.
   La idea principal de los accionistas de la Mexican Light and Power Company Limited era desarrollar el potencial hidráulico de la cuenca del Necaxa para la generación de energía eléctrica y transmitir ésta de ese punto a la Ciudad de México, a través de una línea de transmisión y de una subestación al final de dicha línea. De allí, la energía producida se vendería a las compañías que en los alrededores tuviesen concesiones para distribuir y vender energía eléctrica en la Ciudad de México. Incluso, se puede afirmar que la historia de la industria eléctrica mexicana muestra que el Estado desplegó muchísimo trabajo para hacer de la electricidad un soporte material estratégico de las actividades productivas de la sociedad, logrando suministrar electricidad con continuidad, calidad, bajo costo y precio.
   Y aquí algo muy importante:
   En junio de 1903 empezaron los trabajos de construcción del camino carretero entre la estación “Santiago”, que era la Terminal del Ferrocarril de Hidalgo, en su ramal de Tulancingo, y Necaxa. Había camino hasta Huauchinango, pero de allí a Necaxa solamente se iba a caballo. El problema del transporte de trabajadores y materiales para Necaxa, era muy serio; al principio se pensó en solucionarlo por medio de tractores de vapor que hacían el recorrido por la carretera recién construida, pero en la temporada de lluvias había grandes dificultades, por lo cual la Compañía se decidió a financiar un ramal desde Santiago hasta Beristáin. Luego, sobre la carretera que construyó la Compañía entre Beristáin y Necaxa, fue puesta la vía férrea que llegaba hasta Necaxa pasando por la estación Carmen.
   En un principio, la Compañía tuvo que comprar sus propiedades a los vecinos de los pueblos de San Miguel Acuautla, Necaxa y Patoltecoya, proporcionándoles lotes en el llamado terreno de arriba, donde ahora es el pueblo de Necaxa y el lugar llamado Canadita y transportándoles sus casas de madera. Fue ese mismo año cuando iniciaron las excavaciones para los túneles Nº 1, entre Tenango y Texcapa, para derivar el río de Tenango al de Necaxa, y los números 2, 3, 4 y 5, de Necaxa a la casa de fuerza.
   Para efectuar los trabajos de construcción en Necaxa, hubo necesidad de instalar una pequeña planta provisional, utilizando las aguas del Salto de Arriba. La capacidad de esta pequeña casa de fuerza era de 100 caballos. En la Mesa no había entonces más que dos edificios: el que ahora ocupan las oficinas y el que se destinó posteriormente a comedores. Había también algunas casuchas de madera y tiendas de campaña. Por lo tanto, creemos, sin temor a equivocarnos, que la primera instalación como almacén, quedó establecida en Necaxa desde junio de 1903. Una antigua fotografía de la época así lo constata.

Grupo de empleados –part of the staff- que estuvieron al servicio en Necaxa, Puebla, durante la integración de la planta hidroeléctrica. Julio, 1903. Col. del autor.

   Podemos suponer que fueron aprovechadas las instalaciones que se ubicaban en La Mesa de las Flores, antes de que la antigua población de Necaxa fuera alterada según avanzaba la obra de la imponente planta hidroeléctrica que entró en servicio el 6 de diciembre de 1905.[4] Luego, en la ampliación de la misma obra, hacia Patla, Tepexic y Tezcapa aparecen nuevas áreas donde se acomodaron materiales, equipo y herramienta, incluso a la intemperie. Veamos.

Patio del Valle”. Julio de 1917. Se trata de un enorme predio donde el acomodo de bobinas y cables en primer término; de “huacales” con material de porcelana al centro y material de estructuras poco más allá, así como las naves de dos aguas rematan este paisaje propio de la arqueología industrial. Col. del autor.

   Con el tiempo, las mismas condiciones fueron obligando a aumentar el número de espacios para cubrir satisfactoriamente la custodia, el control de tantos y tantos materiales lo mismo bajo techo o a intemperie, para ponerlos al servicio de los diversos usuarios que temporal o permanentemente requieren atención tan especial. Así, ingenieros, arquitectos, personal de campo sea con la F-024, la F-500-007 (de almacén), F-500-008 (de traspaso) o F500-009 (de devolución) entre otras muchas, tienen garantizado y en la medida de las posibilidades, un servicio ofrecido por tantos y tantos compañeros de la actual Gerencia de Adquisiciones y Almacenes, tal y como lo ilustra el organigrama vigente:

Organigrama actual para Luz y Fuerza del Centro. Allí aparece en forma por demás representativa, la Gerencia de Adquisiciones y Almacenes.

   En el Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro, aunque de momento no se tiene posibilidad de descifrar el origen mismo de Almacenes en forma documental, su importante fototeca posee varias imágenes que dan idea muy clara del avance y desarrollo que han tenido estas áreas en poco más de 105 años de desarrollo y expansión. Las imágenes aquí incluidas son ejemplos emblemáticos y representativos no sólo de los espacios, sin más. Se trata también de hacer notoria y manifiesta la empeñosa participación de sus trabajadores, así como la limpieza y orden que prevalecía en dichos lugares y que serán ejemplo para las actuales generaciones, respaldadas por quienes ahora se sienten en hacer suyo el sentido de pertenencia. El sentido Luz y Fuerza del Centro.
   Lugar de acomodos, reacomodos, maniobras, conteos y contabilidades, estibas, recepciones y entregas… En fin, todo un cúmulo de actividades que a diario ponen en intensa actividad a los almacenes, bodegas, corrales y otros espacios donde se acomodan y administran los materiales, equipos y herramientas que se convertirán en el alimento, en el sustento de las obras que realiza Luz y Fuerza del Centro, tanto para servir a los usuarios internos como a los externos. 


[1] Grado académico con el que es manejado en diversas fuentes.
[2] Frederick Stark Pearson, nació el 3 de julio de 1866 en Lowell Mass. Hizo sus estudios en Tufos Collage, habiéndose graduado Ingeniero Electricista en 1885, e Ingeniero Mecánico al siguiente año. Perdió la vida el 7 de mayo de 1915 en el desastre del Lusitania, en plena primera Guerra Mundial.
   Al empezar a ejercer su carrera, cuando abandonó el colegio, ocupó el puesto de químico de la Boston Butter Company, pasando en seguida a ocupar los puestos de superintendente de la Blue Ridge Gold Mining Company, de Virginia; experto en localizaciones de minas de cobre en Texas y de oro en Brasil; gerente de la Somerville Electric Light Company, de Halifax; también ingeniero consultor de la American Aluminium Company, e Ingeniero en jefe en los departamentos de vapor y electricidad de la West End Street Railway Company, de Boston. Sus posteriores empresas, resultado de sus diversas organizaciones, podrían clasificarse como compañías de luz y fuerza eléctrica, de tranvías, de teléfonos, de gas, ferrocarriles de vapor, de irrigación de tierras, de maderas, mineras y químicas. Además, El Dr. Pearson fue miembro de un gran número de sociedades técnicas, incluyendo: The American Society of Civil Engineers, The Institute of Electrical Engineers, The American Society of Naval Engineers, The Institution of Electrical Engineers (en Inglaterra); The American Istitute of Mining Engineers, The Electro Chemical Society, The N. Y. Rd. Club y The American Forestry Assn.
[3] Leticia Campos Aragón: La electricidad en la Ciudad de México y área conurbada. Historia, problemas y perspectivas. México, Siglo XXI 422 p. Ils., fots., cuadros, maps. (Economía y demografía)., p. 20. Dice la autora: A la gran explicación histórica que por decenios ha acompañado a la industria eléctrica mexicana, le hace falta otra explicación, la que contemple a LyFC cuando este organismo era empresa privada y, después de la nacionalización de la industria eléctrica (1960), su importante trabajo al lado de CFE (1960-1975). Igual importancia cobra el conocimiento de la política de debilitamiento hacia LyFC a partir de su estatus de liquidación y disolución (1975), que no se revierte ni con su creación como organismo público descentralizado con patrimonio propio en 1994 y se agrava particularmente desde 1992 con la apertura ilegal a la inversión privada del ex presidente Carlos Salinas de Gortari y a partir de los intentos de privatización al estilo inglés que en 1999 hace el también ex presidente Ernesto Zedillo y con la pretendida reforma foxista, precursora del modelo británico.
[4] Sabemos que donde estaba el pueblo de Necaxa se construyó la presa del mismo nombre.

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