CENTROS DE TRABAJO EN
LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
Recordarán ustedes que el pasado 3 de
octubre publiqué el material denominado: ¿Por qué elevan las tarifas de la luz…?
(http://kilowatito2009.blogspot.mx/2013/10/por-que-elevan-las-tarifas-de-la-luz.html). Allí,
el sector empresarial representado por el señor Guillermo Castro Ulloa, hizo
una severa crítica originada por los incrementos de tarifas que aplicaba la
Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. Ese síntoma no quedó reducido a
dichas declaraciones, sino que en otros medios de prensa escrita, radio y
televisión se ocupó la fuerza de dichos instrumentos mediáticos para reprochar
o repudiar tal medida. En ese sentido, la empresa no respondió a ningún ataque
ni tampoco se dejó intimidar por las provocaciones que seguramente fueron
numerosas. Su reacción vino algunas semanas después, misma que se puede
encontrar en la Revista LyF, Año II,
N° 27, del mes de noviembre de 1956 en estos términos:
ATAQUES
INJUSTIFICADOS.
Los lectores de esta Revista, en su mayoría
trabajadores de largo historial, habrán leído en la prensa capitalina los
ataques de que la Empresa ha sido víctima en las últimas semanas su pretexto de
la justificada y urgente resolución a nuestra solicitud de aumento a las
tarifas. En algunas ocasiones, se habrán preguntado nuestros lectores la razón
por la cual la Empresa permaneció callada ante estos crudos y sistemáticos
ataques, ante monstruosas falsedades y las cifras malévolamente alteradas que
nuestro gratuitos detractores han exhibido con audacia.
Enrique
Krause: El sexenio de López Mateos. México,
Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México,
Siglo XX), p. 68.
La razón de este silencio está contenida en
las declaraciones que nuestro Presidente y Gerente, Ing. Gustave Maryssael
hiciera a la prensa capitalina el día 28 de septiembre próximo pasado
especialmente en el párrafo que dice:
“Nos hemos abstenido de comentar las
declaraciones y publicaciones hechas en la prensa con relación a la revisión de
nuestras tarifas porque no deseamos entablar polémica sobre un problema cuya
resolución corresponde exclusivamente a las autoridades. Sin embargo ante esas
declaraciones y publicaciones tendenciosas que aparecieron los días 26 y 27 de
septiembre, me siento obligado a declarar que tanto las aseveraciones como las
cifras publicadas carecen de seriedad y no son correctas”.
En verdad no ha sido fácil conservar esta
actitud de ponderación y serenidad, pero el buen juicio de esta postura se basa
en que para pedir que se aplique la ley no debe recurrirse a medios
publicitarios y menos a polémicas provocadas por personas irresponsables o
ignorantes de mecanismos jurídicos y económicos; pero sí amantes de notoriedad.
Enrique
Krause: El sexenio de López Mateos. México,
Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México,
Siglo XX”), p. 69.
Hasta aquí el planteamiento, el
posicionamiento que tuvo para esos momentos, la empresa misma. Ahora conviene
conocer algunos otros síntomas que también ocuparon la atención de autores como
Armando Rodríguez Suárez, quien en 1958 publicó el folleto “Documentos
Interesantes para la Historia de lasTarifas de la Mexican Light and Power Co.,
Ltd” bajo el auspicio del Movimiento Cívico Mexicanista, el cual refiere otra
serie de escenarios que vale la pena conocer para entender el contexto de
aquellas circunstancias.
Es el mismo Rodríguez Suárez quien apunta:
Las renuncias de los altos funcionarios
públicos, como es sabido, a pesar de que muchos de ellos incurren en la
comisión de irregularidades graves, no se estilan, desde hace mucho tiempo, en
la función gubernamental del país, acaso sea por el saludable afán de mantener
sin tacha el sagrado “principio de autoridad”. Los malos funcionarios, cuando
su conducta reprobable rebasa con mucho los límites harto flexibles de la
dilatada prudencia oficial y causan perjuicios irreparables a la labor
administrativa, casi siempre, es decir, en todo caso, sufren repentinos ataques
de enfermedades misteriosas o solicitan comedido permiso para retirarse de sus
encargos, sin que estos vaya en desdoro de la hasta ahora nunca aplicada Ley de
Responsabilidades, instrumento legal enmohecido a fuerza de mantenerlo
envitrinado como muestra intocada de las excelencias de nuestra avanzada
legislación.
Enrique
Krause: El sexenio de López Mateos. México,
Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México,
Siglo XX”), p. 68.
Ello no obstante, suelen producirse las
renuncias, pero para nuestra desventura, no de los malos sino de los buenos
funcionarios. Hace un año, el día 1° de julio de 1957, el señor ingeniero
Manuel J. Garrido Canabal, presentó su renuncia como miembro de la Comisión de
Tarifas de Electricidad y Gas. Este inusitado y muy significativo hecho, por
desgracia, apenas si trascendió al conocimiento del país, en virtud del bien
organizado y mejor financiado “complot de silencio”, que en torno al mismo,
puso en práctica, cierta prensa independiente
de México.
Hoy, a un año de aceptada, la renuncia del
ingeniero Garrido Canabal, lejos de haber perdido vigencia, se proyecta como
una de las cuestiones de mayor interés público de indudable trascendencia
nacional, ya que las razones eminentemente patrióticas que la motivaron,
constituyen la más limpia, la más eficaz defensa que el Gobierno mexicano puede
esgrimir en contra de las agresiones del monopolio extranjero The Mexican Light and Power Co., cuya
desbordada ambición de ganancias ilícitas parece no tener tope.
Ayer, ante el sacrificio inexplicable de un
funcionario capaz, honrado y patriota, que demostró con pruebas irrebatibles la
improcedencia de la solicitud de aumento de tarifas presentada por la Mex-Light, esta empresa hizo realidad su
pretensión indebida (la del aumento de tarifas), ocasionando serios perjuicios
no sólo a los usuarios del servicio eléctrico, sino a la economía del país. Hoy,
huérfana la Comisión de Tarifas de Electricidad y Gas de directivos capaces,
honrados y patriotas; mejor dicho: caída en manos de funcionarios invertebrados
al servicio del monopolio, éste impone su dominio ilegal y se apresta a nuevos
atracos, so pretexto de “tarifas insuficientes”, aún cuando en sus balances
amañados que con frecuencia hace públicos, con sobra de descaro declare ganancias
muy por encima de los límites legales.
¿Qué pasa en México –tenemos sobrado derecho
a preguntar-, que la actitud limpísima de un funcionario probo se premia con la aceptación de su renuncia
y en cambio ni siquiera se castiga
con una “enfermedad” o con un “permiso” a quienes de espaldas al país y
seguramente por mendrugos favorecen los designios de un monopolio extranjero?
Quienes no hemos descansado –ni descansaremos-
en nuestro empeño de hacer de México un país verdaderamente libre, independiente
y soberano, nos hemos impuesto como obligación ineludible e impostergable,
mantener vivo el ejemplo de los hombres que, como el ingeniero Manuel J.
Garrido Canabal, sin escatimar esfuerzos ni sacrificios, han sabido defender
los grandes intereses de los mexicanos, en contra de quienes todavía piensan
que el nuestro es un país de conquista.
Tal es, pues, la razón de que aquí, en este
modesto folleto, se publique una parte de los “Documentos interesantes para la
Historia de las Tarifas de The Mexican
Light and Power Co.”, documentos que al mismo tiempo que representan un
bien fundado alegato en el cual se ponen a descubierto los malos procederes del
monopolio eléctrico, contienen implícitamente una estupenda lección de
patriotismo.
Enrique
Krause: El sexenio de López Mateos. México,
Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México,
Siglo XX”), p. 69.
Hasta aquí Armando Rodríguez Suárez.
En estos párrafos puede entenderse una
visión totalmente opuesta al sentir de la empresa la que, evidentemente no
contaba en esos momentos con una situación de estabilidad, llegando al punto
del enojo y la provocación en cuanto se hizo pública la decisión de incrementar
las tarifas (que seguramente fueron en sus dos expresiones: la doméstica y la
industrial).
Por ejemplo, se sabe que entre los gastos de
explotación para ese año de 1956, hubo de revisar un estudio elaborado desde
1949, en el cual se fijaron tarifas al grupo de empresas que aglutinaba la Cía.
Mexicana de Luz y Fuerza Motriz y Subsidiarias, con lo cual se siguió al
procedimiento de estimar los gastos, para el periodo en que estarían en vigor
las ramas, en función de costos unitarios por Kwh neto para grandes grupos de
los Gastos de Explotación. Posteriormente, al comparar la estimación contra los
gastos efectivamente erogados, se notaron discrepancias de alguna consideración
que bien pudieron tener su origen sobre la forma global y bases usadas para
calcular las estimaciones. Ya en el año de 1951, en el estudio de las tarifas
de la Nueva Compañía Eléctrica Chapala, S.A., se hicieron algunas variantes al
procedimiento global, tendientes a lograr resultados más aproximados a la
realidad.
Ese era apenas el principio de un conflicto
que devino incremento de tarifas en 1956, justo en unos momentos en que la
empresa comenzaba a mostrar serios problemas financieros. El tema da para mucho
y creo que estaré en condiciones de seguir analizando el asunto en futuras
entregas, debido al aporte que proporciona la fuente que por fortuna he
localizado en buena hora para encontrar, y no podía ser de otra manera, el fiel
de la balanza, pues corrían los tiempos en que la nacionalización de la energía
eléctrica se convertía en antídoto necesario para circunstancias como la que
aquí hemos conocido.
Enrique
Krause: El sexenio de López Mateos. México,
Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México,
Siglo XX”), p. 70.
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