Entradas populares

martes, 29 de octubre de 2013

CONTRASTES A RAÍZ DE LA ELEVACIÓN EN TARIFAS ELÉCTRICAS HACIA 1956.

CENTROS DE TRABAJO EN LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   Recordarán ustedes que el pasado 3 de octubre publiqué el material denominado: ¿Por qué elevan las tarifas de la luz…? (http://kilowatito2009.blogspot.mx/2013/10/por-que-elevan-las-tarifas-de-la-luz.html). Allí, el sector empresarial representado por el señor Guillermo Castro Ulloa, hizo una severa crítica originada por los incrementos de tarifas que aplicaba la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. Ese síntoma no quedó reducido a dichas declaraciones, sino que en otros medios de prensa escrita, radio y televisión se ocupó la fuerza de dichos instrumentos mediáticos para reprochar o repudiar tal medida. En ese sentido, la empresa no respondió a ningún ataque ni tampoco se dejó intimidar por las provocaciones que seguramente fueron numerosas. Su reacción vino algunas semanas después, misma que se puede encontrar en la Revista LyF, Año II, N° 27, del mes de noviembre de 1956 en estos términos:

ATAQUES INJUSTIFICADOS.

   Los lectores de esta Revista, en su mayoría trabajadores de largo historial, habrán leído en la prensa capitalina los ataques de que la Empresa ha sido víctima en las últimas semanas su pretexto de la justificada y urgente resolución a nuestra solicitud de aumento a las tarifas. En algunas ocasiones, se habrán preguntado nuestros lectores la razón por la cual la Empresa permaneció callada ante estos crudos y sistemáticos ataques, ante monstruosas falsedades y las cifras malévolamente alteradas que nuestro gratuitos detractores han exhibido con audacia.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX), p. 68.

   La razón de este silencio está contenida en las declaraciones que nuestro Presidente y Gerente, Ing. Gustave Maryssael hiciera a la prensa capitalina el día 28 de septiembre próximo pasado especialmente en el párrafo que dice:
   “Nos hemos abstenido de comentar las declaraciones y publicaciones hechas en la prensa con relación a la revisión de nuestras tarifas porque no deseamos entablar polémica sobre un problema cuya resolución corresponde exclusivamente a las autoridades. Sin embargo ante esas declaraciones y publicaciones tendenciosas que aparecieron los días 26 y 27 de septiembre, me siento obligado a declarar que tanto las aseveraciones como las cifras publicadas carecen de seriedad y no son correctas”.
   En verdad no ha sido fácil conservar esta actitud de ponderación y serenidad, pero el buen juicio de esta postura se basa en que para pedir que se aplique la ley no debe recurrirse a medios publicitarios y menos a polémicas provocadas por personas irresponsables o ignorantes de mecanismos jurídicos y económicos; pero sí amantes de notoriedad.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 69.

   Hasta aquí el planteamiento, el posicionamiento que tuvo para esos momentos, la empresa misma. Ahora conviene conocer algunos otros síntomas que también ocuparon la atención de autores como Armando Rodríguez Suárez, quien en 1958 publicó el folleto “Documentos Interesantes para la Historia de lasTarifas de la Mexican Light and Power Co., Ltd” bajo el auspicio del Movimiento Cívico Mexicanista, el cual refiere otra serie de escenarios que vale la pena conocer para entender el contexto de aquellas circunstancias.
   Es el mismo Rodríguez Suárez quien apunta:

   Las renuncias de los altos funcionarios públicos, como es sabido, a pesar de que muchos de ellos incurren en la comisión de irregularidades graves, no se estilan, desde hace mucho tiempo, en la función gubernamental del país, acaso sea por el saludable afán de mantener sin tacha el sagrado “principio de autoridad”. Los malos funcionarios, cuando su conducta reprobable rebasa con mucho los límites harto flexibles de la dilatada prudencia oficial y causan perjuicios irreparables a la labor administrativa, casi siempre, es decir, en todo caso, sufren repentinos ataques de enfermedades misteriosas o solicitan comedido permiso para retirarse de sus encargos, sin que estos vaya en desdoro de la hasta ahora nunca aplicada Ley de Responsabilidades, instrumento legal enmohecido a fuerza de mantenerlo envitrinado como muestra intocada de las excelencias de nuestra avanzada legislación.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 68.

   Ello no obstante, suelen producirse las renuncias, pero para nuestra desventura, no de los malos sino de los buenos funcionarios. Hace un año, el día 1° de julio de 1957, el señor ingeniero Manuel J. Garrido Canabal, presentó su renuncia como miembro de la Comisión de Tarifas de Electricidad y Gas. Este inusitado y muy significativo hecho, por desgracia, apenas si trascendió al conocimiento del país, en virtud del bien organizado y mejor financiado “complot de silencio”, que en torno al mismo, puso en práctica, cierta prensa independiente de México.
   Hoy, a un año de aceptada, la renuncia del ingeniero Garrido Canabal, lejos de haber perdido vigencia, se proyecta como una de las cuestiones de mayor interés público de indudable trascendencia nacional, ya que las razones eminentemente patrióticas que la motivaron, constituyen la más limpia, la más eficaz defensa que el Gobierno mexicano puede esgrimir en contra de las agresiones del monopolio extranjero The Mexican Light and Power Co., cuya desbordada ambición de ganancias ilícitas parece no tener tope.
   Ayer, ante el sacrificio inexplicable de un funcionario capaz, honrado y patriota, que demostró con pruebas irrebatibles la improcedencia de la solicitud de aumento de tarifas presentada por la Mex-Light, esta empresa hizo realidad su pretensión indebida (la del aumento de tarifas), ocasionando serios perjuicios no sólo a los usuarios del servicio eléctrico, sino a la economía del país. Hoy, huérfana la Comisión de Tarifas de Electricidad y Gas de directivos capaces, honrados y patriotas; mejor dicho: caída en manos de funcionarios invertebrados al servicio del monopolio, éste impone su dominio ilegal y se apresta a nuevos atracos, so pretexto de “tarifas insuficientes”, aún cuando en sus balances amañados que con frecuencia hace públicos, con sobra de descaro declare ganancias muy por encima de los límites legales.
   ¿Qué pasa en México –tenemos sobrado derecho a preguntar-, que la actitud limpísima de un funcionario probo se premia con la aceptación de su renuncia y en cambio ni siquiera se castiga con una “enfermedad” o con un “permiso” a quienes de espaldas al país y seguramente por mendrugos favorecen los designios de un monopolio extranjero?
   Quienes no hemos descansado –ni descansaremos- en nuestro empeño de hacer de México un país verdaderamente libre, independiente y soberano, nos hemos impuesto como obligación ineludible e impostergable, mantener vivo el ejemplo de los hombres que, como el ingeniero Manuel J. Garrido Canabal, sin escatimar esfuerzos ni sacrificios, han sabido defender los grandes intereses de los mexicanos, en contra de quienes todavía piensan que el nuestro es un país de conquista.
   Tal es, pues, la razón de que aquí, en este modesto folleto, se publique una parte de los “Documentos interesantes para la Historia de las Tarifas de The Mexican Light and Power Co.”, documentos que al mismo tiempo que representan un bien fundado alegato en el cual se ponen a descubierto los malos procederes del monopolio eléctrico, contienen implícitamente una estupenda lección de patriotismo.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 69.


   Hasta aquí Armando Rodríguez Suárez.

   En estos párrafos puede entenderse una visión totalmente opuesta al sentir de la empresa la que, evidentemente no contaba en esos momentos con una situación de estabilidad, llegando al punto del enojo y la provocación en cuanto se hizo pública la decisión de incrementar las tarifas (que seguramente fueron en sus dos expresiones: la doméstica y la industrial).
   Por ejemplo, se sabe que entre los gastos de explotación para ese año de 1956, hubo de revisar un estudio elaborado desde 1949, en el cual se fijaron tarifas al grupo de empresas que aglutinaba la Cía. Mexicana de Luz y Fuerza Motriz y Subsidiarias, con lo cual se siguió al procedimiento de estimar los gastos, para el periodo en que estarían en vigor las ramas, en función de costos unitarios por Kwh neto para grandes grupos de los Gastos de Explotación. Posteriormente, al comparar la estimación contra los gastos efectivamente erogados, se notaron discrepancias de alguna consideración que bien pudieron tener su origen sobre la forma global y bases usadas para calcular las estimaciones. Ya en el año de 1951, en el estudio de las tarifas de la Nueva Compañía Eléctrica Chapala, S.A., se hicieron algunas variantes al procedimiento global, tendientes a lograr resultados más aproximados a la realidad.
   Ese era apenas el principio de un conflicto que devino incremento de tarifas en 1956, justo en unos momentos en que la empresa comenzaba a mostrar serios problemas financieros. El tema da para mucho y creo que estaré en condiciones de seguir analizando el asunto en futuras entregas, debido al aporte que proporciona la fuente que por fortuna he localizado en buena hora para encontrar, y no podía ser de otra manera, el fiel de la balanza, pues corrían los tiempos en que la nacionalización de la energía eléctrica se convertía en antídoto necesario para circunstancias como la que aquí hemos conocido.


Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 70.

No hay comentarios:

Publicar un comentario