Entradas populares

sábado, 17 de enero de 2015

TERMINA BAJO EL FUEGO EL “ASTURIAS-NECAXA” EN 1939.

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. DEL ANECDOTARIO ELECTRICISTA.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   De esto ya corrieron 76 años del que fue famoso “incendio del parque Asturias” ubicado en el Parque Asturias del Chavacano, como se le conocía, y ante un entradón de 25,000 aficionados, exactamente el 26 de marzo de 1939 se encontraron los equipos de futbol Necaxa, con Navarro, Azpiri, Marcial, Miguel Pizano I, Nacho Ávila, Perico Vera, Chamaco García, Poeta Lozano, Casarín, Hilario López y Baldomero, por un lado, y el Asturias, formado por Urquiaga, Soto, Laviada, San Sebastián, Fernando García y León II, Frade, Headley, Ruiz, Huitt y Munlloc.
   Se disputaban el primer lugar del campeonato de futbol junto con el también famoso Euzkadi (Selección Vasca) y la pasión había dividido los bandos profundamente. Como árbitro fungía el que fuera famoso cronista deportivo Fernando Marcos. 


Primorosas panorámicas del Campo Asturias del Chavacano en pleno juego, abarrotadas de aficionados al iniciarse el encuentro Asturias-Necaxa; Perico Vera y el Ranchero Ortiz, despojando de la bola a Efraín Ruiz, del Asturias; la histórica caída de Horacio Casarín, al ser fauleado por León II, del Asturias y la forma tan artera en que era lastimado Casarín. El Parque Asturias, que después fuera convertido en cenizas empezando por las gradas populares, el 26 de marzo de 1939.

   Abrió el Necaxa dominando con su clásico juego bordado por abajo y con mucha rapidez, envolviendo a los asturianos. Pronto empezaron los jugadores a violentar las acciones, azuzados por el público. En tanto avanzaba el encuentro, las jugadas se sucedían y la violencia estallaba en cada una de ellas. Laviada en una entrada demasiado fuerte, lastimó a Casarín, quien se vio obligado a dejar el campo, no sin antes anotar el primer tanto para su equipo mediante un tiro magistral que dejó sin oportunidad a Urquiaga. Más tarde, Efraín Ruiz empató el marcador, aunque antes se registró un conato de bronca al largar un patadón asesino el Negro López. Poco más tarde, Baldomero, en precioso pase del Poeta Lozano, consiguió el segundo tanto. No tardó el Asturias en empatar al conceder Fernando Marcos un penalti rigorista.

   Mientras tanto, el público, con la pasión desbordada, empezó a incendiar, en uno de los actos criminales más reprobables de la historia del deporte, el graderío popular. Cundió el desorden en forma alarmante y el partido tuvo que suspenderse, pues el público buscaba las salidas desesperadamente hasta que las llamas consumieron el Parque Asturias, que había sido teatro de encuentros excepcionales.
   Apuntes de José Rodríguez B., en su colaboración denominada “Recordando el pasado”, que apareció publicada en LUX. La revista de los trabajadores, Año XXXVIII, N° 150, del 31 de mayo de 1966, p. 64.

No hay comentarios:

Publicar un comentario