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martes, 8 de julio de 2014

POCO A POCO SE DESCUBRE LA MENTIRA…

EDITORIAL.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   Conforme han ido avanzando estos últimos cinco años, se ha despejado el camino de toda aquella carga que, como sentencia, consigna o “sambenito” el pasado gobierno puso a los que entonces éramos trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, quienes de alguna manera fuimos acusados de irresponsables, y lo que es peor, que resultábamos caros por la enorme carga de “conquistas sindicales” que privilegiaban nuestro nicho laboral. También se atrevieron a dar información sobre el estado financiero que entonces guardaba la empresa, la que se encontraba al borde del desahucio y otros argumentos con los que Felipe Calderón, personaje non grato se sirvió para decretar la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Esto ocurrió, como todos sabemos, el 11 de octubre de 2009.
   Hoy, en este muy avanzado 2014, y cuando han sido aprobadas las reformas energéticas (salvo el visto bueno que les den o no a las leyes secundarias)  y en telecomunicaciones, se percibe un ambiente que desprende un pestilente aroma de negocios, en el que comienzan a aparecer nombres y apellidos, sobre todo porque aquella infraestructura con la que ya disponía nuestra empresa, la misma estaba dispuesta a entrar o cooperar en el mercado de las telecomunicaciones. Lo que vieron los señores del dinero y los grandes intereses, es que convenía despojarnos de ese elemento y despacharse con la “cuchara grande”. ¿Cómo lograrlo?
   Buena parte de quienes estuvieron, y siguen estando inmiscuidos en esto provienen del Partido Acción Nacional. Si en esos momentos, el presidente de la república en turno emanaba de la misma corriente política, lo que deben haber percibido fue unas condiciones propicias para consumar sus más oscuros propósitos. Poco a poco, deben haber ido maquinando la mentira, el falso testimonio, ante una de las empresas más sólidas con que contaba el país, la cual contaba con una mano de obra, cuya mayoría estaba afiliada al Sindicato Mexicano de Electricistas, el cual, en tanto gremio y hasta esos momentos, era un “hueso duro de roer”, pues no dejó de incomodar a muchos gobiernos, dadas sus actitudes contestatarias, abiertamente antiempresariales, y siempre en pie de lucha por la defensa de los derechos del trabajador. Muchos años atrás, el S.M.E. y los diversos gobiernos guardaron respetuosa distancia que sirvió como racero para entender que uno y otro estaban para discutir, pero también para resolver diversas causas, entre las cuales, las revisiones contractuales, se volvieron asunto de tensos reencuentros, mismos que terminaron, las más de las veces, dando la razón a la mayoría de las peticiones establecidas en los muchos pliegos petitorios, con los que la empresa, en sus distintas épocas, tuvo que acatar firmando los diversos convenios de los que el Presidente de la República o el Secretario del Trabajo en turno, se convertían en testigos de honor.
   Desde 1975 aproximadamente, las pretensiones por acabar con el S.M.E. se dejaron sentir de manera muy clara. Sin embargo, con la llegada de Miguel de la Madrid Hurtado, pero más aún de Carlos Salinas de Gortari y con él los primeros vientos del neoliberalismo, fue un hecho que aquel sexenio comenzó a tomar distancia frente al viejo esquema “institucional” basado en viejas pero eficientes prácticas corporativistas, lo cual se convirtió en uno de los primeros síntomas de desaire que delinearon una convivencia incómoda, la cual pervivió hasta el sexenio que encabezaron Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa.
   Lamentablemente, las noticias que se han venido acumulando en los últimos días, nos refieren una situación verdaderamente riesgosa, en el sentido de que la C.F.E., poseedora en “Comodato” de las instalaciones de nuestra fuente de trabajo, ya que se trata de la proveedora de todos aquellos motivos para hacer posible la continuidad de servicio, está funcionando en condiciones de extrema ineficiencia, lo que la pone al borde de ser una de las empresas  -por cierto “de clase mundial”, a decir del señor Calderón-, con mayor acumulación de quejas ante PROFECO en el país. De sus cortes inmoderados, echando mano no sólo de policía. También del ejército. Pero como nunca falta una gota que derrame el vaso…, hoy, 8 de octubre salió publicada una nota en LA JORNADA que se convierte no sólo en advertencia, sino posiblemente en una sentencia no sólo para C.F.E. También para PEMEX:

La Jornada, 8 de julio de 2014, p. 5.

…con esto, compañeros de la C.F.E., compañeros de PEMEX, es posible que tengan que crear reacciones similares a las que surgieron a raíz de la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Como se podrá observar, la marcha de la clase política, aunque tiende a descarrilar al país, no se detiene, y si pretenden chocar de frente, lo van a lograr, con la desagradable consecuencia de encontrarnos, al final de ese camino, con un cúmulo de nuevos desempleados, y la llegada y aposentamiento de la iniciativa privada, sea nacional o extranjera, e incluso la combinación de ambas, bajo los dictados neoliberales y de globalización que ya privan sin ningún empacho en este país que no crece. Antes al contrario, se empequeñece y desmorona en las manos de quienes no han sabido conducir los destinos de una patria que, como cantara Ramón López Velarde, merece que estos señores regresen a sus esenciales contenidos:

PROEMIO

Yo que sólo canté de la exquisita
partitura del íntimo decoro,
alzo hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita
la gutural modulación del bajo
para cortar a la epopeya un gajo.

Navegaré por las olas civiles
con remos que no pesan, porque van
como los brazos del correo chuan
que remaba la Mancha con fusiles.

Diré con una épica sordina:
la Patria es impecable y diamantina.

Suave Patria: permite que te envuelva
en la más honda música de selva
con que me modelaste por entero
al golpe cadencioso de las hachas,
entre risas y gritos de muchachas
y pájaros de oficio carpintero.

PRIMER ACTO

Patria: tu superficie es el maíz,
tus minas el palacio del Rey de Oros,
y tu cielo, las garzas en desliz
y el relámpago verde de los loros.

El Niño Dios te escrituró un establo
y los veneros del petróleo el diablo.

Sobre tu Capital, cada hora vuela
ojerosa y pintada, en carretela;
y en tu provincia, del reloj en vela
que rondan los palomos colipavos,
las campanadas caen como centavos.

Patria: tu mutilado territorio
se viste de percal y de abalorio.

Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.

Y en el barullo de las estaciones,
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones.

¿Quién, en la noche que asusta a la rana,
no miró, antes de saber del vicio,
del brazo de su novia, la galana
pólvora de los juegos de artificio?

Suave Patria: en tu tórrido festín
luces policromías de delfín,
y con tu pelo rubio se desposa
el alma, equilibrista chuparrosa,
y a tus dos trenzas de tabaco sabe
ofrendar aguamiel toda mi briosa
raza de bailadores de jarabe.

Tu barro suena a plata, y en tu puño
su sonora miseria es alcancía;
y por las madrugadas del terruño,
en calles como espejos se vacía
el santo olor de la panadería.

Cuando nacemos, nos regalas notas,
después, un paraíso de compotas,
y luego te regalas toda entera
suave Patria, alacena y pajarera.

Al triste y al feliz dices que sí,
que en tu lengua de amor prueben de ti
la picadura del ajonjolí.

¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
de deleites frenéticos nos llena!

Trueno de nuestras nubes, que nos baña
de locura, enloquece a la montaña,
requiebra a la mujer, sana al lunático,
incorpora a los muertos, pide el Viático,
y al fin derrumba las madererías
de Dios, sobre las tierras labrantías.

Trueno del temporal: oigo en tus quejas
crujir los esqueletos en parejas,
oigo lo que se fue, lo que aún no toco
y la hora actual con su vientre de coco.
Y oigo en el brinco de tu ida y venida,
oh trueno, la ruleta de mi vida.

INTERMEDIO

(Cuauhtémoc)

Joven abuelo: escúchame loarte,
único héroe a la altura del arte.

Anacrónicamente, absurdamente,
a tu nopal inclínase el rosal;
al idioma del blanco, tú lo imantas
y es surtidor de católica fuente
que de responsos llena el victorial
zócalo de cenizas de tus plantas.

No como a César el rubor patricio
te cubre el rostro en medio del suplicio;
tu cabeza desnuda se nos queda,
hemisféricamente de moneda.

Moneda espiritual en que se fragua
todo lo que sufriste: la piragua
prisionera , al azoro de tus crías,
el sollozar de tus mitologías,
la Malinche, los ídolos a nado,
y por encima, haberte desatado
del pecho curvo de la emperatriz
como del pecho de una codorniz.

SEGUNDO ACTO

Suave Patria: tú vales por el río
de las virtudes de tu mujerío.
Tus hijas atraviesan como hadas,
o destilando un invisible alcohol,
vestidas con las redes de tu sol,
cruzan como botellas alambradas.

Suave Patria: te amo no cual mito,
sino por tu verdad de pan bendito;
como a niña que asoma por la reja
con la blusa corrida hasta la oreja
y la falda bajada hasta el huesito.

Inaccesible al deshonor, floreces;
creeré en ti, mientras una mejicana
en su tápalo lleve los dobleces
de la tienda, a las seis de la mañana,
y al estrenar su lujo, quede lleno
el país, del aroma del estreno.

Como la sota moza, Patria mía,
en piso de metal, vives al día,
de milagros, como la lotería.

Tu imagen, el Palacio Nacional,
con tu misma grandeza y con tu igual
estatura de niño y de dedal.

Te dará, frente al hambre y al obús,
un higo San Felipe de Jesús.

Suave Patria, vendedora de chía:
quiero raptarte en la cuaresma opaca,
sobre un garañón, y con matraca,
y entre los tiros de la policía.

Tus entrañas no niegan un asilo
para el ave que el párvulo sepulta
en una caja de carretes de hilo,
y nuestra juventud, llorando, oculta
dentro de ti el cadáver hecho poma
de aves que hablan nuestro mismo idioma.

Si me ahogo en tus julios, a mí baja
desde el vergel de tu peinado denso
frescura de rebozo y de tinaja,
y si tirito, dejas que me arrope
en tu respiración azul de incienso
y en tus carnosos labios de rompope.

Por tu balcón de palmas bendecidas
el Domingo de Ramos, yo desfilo
lleno de sombra, porque tú trepidas.

Quieren morir tu ánima y tu estilo,
cual muriéndose van las cantadoras
que en las ferias, con el bravío pecho
empitonando la camisa, han hecho
la lujuria y el ritmo de las horas.

Patria, te doy de tu dicha la clave:
sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;
cincuenta veces es igual el AVE
taladrada en el hilo del rosario,
y es más feliz que tú, Patria suave.

Sé igual y fiel; pupilas de abandono;
sedienta voz, la trigarante faja
en tus pechugas al vapor; y un trono
a la intemperie, cual una sonaja:
la carretera alegórica de paja.


8 de julio de 2014.

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