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viernes, 4 de julio de 2014

PRIMERO DE MAYO.

LUZ… A LOS POETAS. FUERZA… A LOS POETAS.

SELECCIÓN DE: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

PRIMERO DE MAYO.

¡No!
Nosotros no evocamos a los héroes,
-héroes de paso doble-
que recorren las calles y las plazas
seguidos de una necia muchedumbre
que al pasar les entonan un “Ave César”.

No evocamos al héroe con espuelas
que sembró la matanza y el pillaje,
que reclutó desnudos y harapientos
y les puso uniforme a los esclavos,
defendiendo un mercado de ignominias.

Tampoco a los demócratas farsantes
que hacen giras triunfales
de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo;
que se compran esclavos y tambores,
alquilan campaneros y repiques
y marchan por las grandes avenidas
seguidos de un cortejo de serviles
que les besan las manos y las botas.

Ni a nuestros héroes máximos
que improvisan un circo y un banquete
dondequiera que llegan;
que en los mercados yanquis
cambiaron sus harapos por un dólar;
a nuestros héroes oficiales
que en el poder se hicieron diplomáticos
esos libertadores
que educaron la frente y las rodillas
en la casa del déspota.

¡No!
Cantamos a los héroes
que llevaron, flamígera, la espada
de la verdad social,
que en el silencio de los siglos
tuvieron su camino de amargura,
héroes que asesinaron estos héroes,
negociantes de todos los principios,
victimarios de todas las ideas.

Nosotros evocamos
a aquellos que cayeron
en la lucha de clases,
que en el poder se hicieron diplomáticos,
llevando entre las manos una antorcha,
y que al morir,
con su sangre escupieron los palacios.

A aquellos que en Chicago, en todas partes
sembraron en los pechos la protesta,
a los que murieron,
a los que vayan a morir más tarde,
los que serán y han sido perseguidos
por la espada al servicio de los amos,
los que pueblan las cárceles burguesas
compurgando el delito de ser parias,
a esos, que echaron en los surcos de la noche
el grano de una próxima alborada.

Camaradas caídos en Chicago:
vuestro grito
huyó por todas las fronteras,
atravesó las regias fortalezas
y se prendió en los pechos flagelados
para inyectar un himno de esperanzas.

¡Ya se multiplicaron
Vuestras manos en alto!
¡vuestro clamor dejó en el mundo
Una siembra de antorchas y de puños!

Obreros, campesinos, proletarios:
nuestros hermanos
iniciaron, cayendo, la jornada
que acabará mañana con la conquista del poder.
Hemos de ver más Primeros de Mayo,
más parias en las horcas,
más farsantes oyendo un “Ave César”,
pero vendrá el momento
de la transformación social;
esos que van pasando
con su cruz y su Gólgota en el pecho
serán quienes al fin alcen la frente,
serán quienes al fin se sientan hombres

¡Siga la burguesía con sus festines!
¡que siga la injusticia y los despojos!
Ya llegará el momento
en que vean los burgueses
un saqueo de fusiles y clarines
tras un desfile de estandartes rojos.

Jesús Sansón Flores.


LUX. La revista de los trabajadores, año XIX, N° 5, 31 de mayo de 1946, p. 40.

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