POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
Viendo y leyendo esta nota, publicada apenas
en días pasados, entiendo que existen unas condiciones tan semejantes, aunque
no iguales entre lo que fue el proceso de nacionalización y el que ahora se ve
venir, que es de la privatización. Los escenarios históricos definitivamente
han cambiado.
La Jornada, D.F., del 29 de
octubre de 2013, p. 26.
Dichas pérdidas no son casuales. Parecen ser
parte del síntoma con el que se refleja el desmoronamiento que esperan las
grandes firmas extranjeras para intervenir, para hacer una engañosa entrada
triunfal para venir a “salvar” la infraestructura eléctrica o petrolera, dos
patrimonios fundamentales en un país que, como México, se ha enfrentado a
fenómenos de espirales económicas que parecen ser las maquinarias que producen
el furioso oleaje que pone en predicamento a tan representativos patrimonios
que vemos cada vez más lejos de la inicial condición que contemplaba el art. 27
de nuestra “parchadísima” Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Unos días después, el dicho se reafirmó con
la siguiente nota:
La Jornada, D.F., del 1° de
noviembre de 2013, p. 29.
Y en este nuevo reporte, las siglas PEMEX y
CFE vuelven a la escena en condiciones dramáticas que pintan un panorama
terrible, donde como dice el cintillo: “Los adeudos de la compañía eléctrica
representan 93% de su valor total, señalan reportes”, lo que significa saber o
entender cómo fue posible que entonces absorbiera la enorme carga que
significaba la extinción de Luz y Fuerza
del Centro con todos sus activos y pasivos, adeudos y demás conflictos, si
ahora, a cuatro años de aquel oscuro capítulo, la “empresa mundial” no es capaz
de levantar vuelo, y mucho menos de dar un vuelco en la certeza y confianza ya
no digo entre todas aquellas firmas extranjeras con la que está convenida, sino
con los millones de clientes que tiene a lo largo y a lo ancho del país en su
conjunto. Con un síntoma como el que actualmente manifiesta, al borde del
colapso, no hay otra alternativa que la propia reforma energética venga con los
brazos abiertos para su correcta salvación. Y eso ocurrirá con la presencia de
los intereses extranjeros que, al igual que con PEMEX, están esperando se les
entregue –por lo menos en forma simbólica-, el acta de defunción de una y otra
empresas.
Si los gobiernos proceden de conformidad a
los intereses nacionalistas, nada de esto tendría que estar ocurriendo. Allí habría
seguido presente Luz y Fuerza del Centro quizá con una mejor y más saludable
inyección de presupuestos anuales, con finanzas muy saludables y dando la
atención con que estábamos acostumbrados a servir a los favorecidos clientes
del centro de este país. Si la Reforma Energética no tuviese que responder
necesariamente con los dictados y condiciones rigurosas del neoliberalismo, ni
tampoco de la postmodernidad, y mucho menos de la globalización que han venido
como auténticos monstruos, destruyendo la ilusión, el futuro de buena parte de
los sectores de la sociedad, a la que se ha sometido y condicionado a adaptarse
a los nuevos esquemas no sólo de condición empresarial, sino laboral que ponen
en vilo a la población mundial, porque definitivamente las cosas han cambiado
en términos radicales, y a todo ese nuevo y terrible escenario, todos tenemos y
tendremos que irnos adaptando para sobrevivir. Y esto último es dramático en la
medida en que las tendencias globales todas apuntan hacia una sola dirección:
un sístole y diástole que pone en riesgo al planeta en forma irreversible, con
un capitalismo desatado, hambriento de nuevas posesiones, capitalismo y otros
poderes políticos a los que nada interesa por ejemplo, el cambio climático, ni
el nuevo reacomodo de las sociedades cada vez más afectadas en sus intereses en
tanto trabajadores. Ese “tsunami”, producto de un nuevo pero desconocido Dr.
Franskestein terminará desobedeciendo a su creador para ocasionar los daños más
terribles, inimaginables. Que no sea así…
No olviden ustedes estos tres esquemas que el panismo ya está pactando:
-Contrato de ganancia compartida;
-Contrato de producción compartida, o
-Licencia.
Cualquiera de estas tres figuras se convierte en la "llave" que permitirá la incursión "como Pedro por su casa" del capital, los intereses y las empresas extranjeras que pretenden apoderarse del control de los sustentos estratégicos de este país: la electricidad y el petróleo.
No olviden ustedes estos tres esquemas que el panismo ya está pactando:
-Contrato de ganancia compartida;
-Contrato de producción compartida, o
-Licencia.
Cualquiera de estas tres figuras se convierte en la "llave" que permitirá la incursión "como Pedro por su casa" del capital, los intereses y las empresas extranjeras que pretenden apoderarse del control de los sustentos estratégicos de este país: la electricidad y el petróleo.
6 de noviembre de
2013.
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