LUZ
y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. DEL ANECDOTARIO ELECTRICISTA.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
El 4 de febrero de 1960, en tal día, el Club
Rotario Chapultepec, dedicó su sesión-comida a la Compañía Mexicana de Luz y
Fuerza Motriz, S.A. Durante dicha reunión, uno de los miembros del Club, el Dr.
Ramón Olivera López y el Sr. Ing. Juan Martínez Tejeda, Vice-Presidente y
Director Comercial de la Cía., pronunciaron amenas disertaciones sobre la
importancia de los servicios eléctricos. Por su interés, a continuación se
presenta una síntesis de las mismas.
“Hace algunos meses en el edificio donde
tengo instalado mi consultorio –principió el Dr. Olivera- hubo una interrupción
de corriente eléctrica. En esos momentos me encontraba examinando a un paciente
y las tinieblas nos envolvieron de inmediato en forma impresionante. NO TIENE
IMPORTANCIA, comenté con el enfermo, ESTO SE ARREGLA PRONTO. Pero en los largos
minutos que siguieron de inactividad forzosa, mi imaginación se echó a volar;
me puse a considerar el significado de la frase dicha a la ligera por mera
rutina. En ella subestimada en forma manifiesta la importancia del servicio de
electricidad y por otra parte, mostraba mi absoluta confianza en que este
servicio se reanudaría rápidamente como cosa natural y obligada.
No tenía para mí importancia, pero
recapacitando, pensé en mis compañeros, el radiólogo que tal vez echara a
perder una placa radiográfica, o el laboratorista que tendría que hacer volver
a sus enfermos para practicarles nuevos análisis. Pensé en la señorita
histérica que quedaría aprisionada en el elevador, en la bomba de agua para
alimentar el edificio; pensé en la inmovilidad de tantos y tantos aparatos que
necesitan de la electricidad como fluido vital; no, seguramente no estuve en lo
justo al afirmar que la cosa no tenía
importancia.
La costumbre de ver como cosa natural ese
servicio, nos hace notar con extrañeza la posibilidad de que éste pueda
suspenderse; la energía eléctrica para muchos es cosa tan natural y espontánea
como la energía que nos proporciona el sol, y se hace uso y abuso de ella con
la misma indiferencia. Qué lejos estamos muchos de imaginar la cantidad de
equipo, la magnitud de las instalaciones de la Compañía Mexicana de Luz y
Fuerza Motriz; los ejércitos de trabajadores en las plantas y en el
mantenimiento de las líneas conductoras; el conjunto de obreros especializados
y de los hombres de ciencia que se esfuerzan en resolver, no sólo los problemas
del diario ejercicio, sino también con anticipación los problemas que se
presentarán en un futuro próximo con la demanda ascendente de energía
eléctrica, que es como nervio motor del movimiento de engrandecimiento industrial
y del progreso de nuestro querido México”.
Por su parte, el Ing. Martínez Tejeda dijo:
“El intenso desarrollo industrial de México, que ha modificado la base de su
economía, crea un problema financiero de grandes proporciones a la industria de
generación y distribución eléctrica”.
“Por lo que respecta a nuestra Empresa que
sirve a la zona central del país, confronta la necesidad de llevar a cabo en
sólo cinco años nuevas inversiones con monto de 1,750 millones de pesos. El
aumento en el consumo de energía durante los últimos 10 años, de 1950 a 1959,
fue del 137% lo que hizo necesaria una inversión de cerca de 1,400 millones de
pesos, es decir, casi otro tanto de las inversiones realizadas por la Compañía
de Luz desde su fundación en 1902 hasta 1950.
Las inversiones necesarias que tenemos que
llevar a cabo durante los próximos años son del orden de 350 millones de pesos
anuales, independientemente de las inversiones que por su parte está haciendo
la Comisión Federal de Electricidad en sus nuevas plantas de generación sobre
el río Apulco.
Este es nuestro problema: obtener nuevos
capitales y los créditos necesarios de la cuantía antes citada y con la
oportunidad indispensable para planear y ejecutar estas obras a tiempo. Para
obtener los capitales de esta magnitud, la Cía de Luz tendrá que ocurrir a los
mercados de capital nacional y extranjero en competencia con otras industrias y
con otras empresas de electricidad que por ahora están ofreciendo mejores
rendimientos que la nuestra”.
Para confirmar lo anterior, el Ing. Martínez
Tejeda afirmó: “Las utilidades de la Cía. de Luz sobre su capital representado
por acciones comunes, a pesar de haber mejorado en los últimos años, no llega
al 6% sobre el valor de libros de esas acciones en comparación con el 10% que
tienen las empresas del ramo en el extranjero”.
Revista LyF, año VI, N° 67, marzo 1° de 1960, p. 9-11.
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