LUZ
y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA y SUS AUTORES INVITADOS.
SELECCIÓN DE: JOSÉ
FRANCISCO COELLO UGALDE.
EL SME ANTE LA
REESTRUCTURACIÓN PRODUCTIVA DE LA EMPRESA LUZ y FUERZA DEL CENTRO, POR SERGIO
SÁNCHEZ GUEVARA.[1]
Con objeto de ir entendiendo un poco más
acerca del que fue el proceso histórico en Luz
y Fuerza del Centro y su relación con el Sindicato Mexicano de Electricistas, entre 1914 y 2009. Y además,
reconocer en ese maridaje causas de fondo que llevaron a ambas instituciones a
su desenlace, mismo que desencadenó el estado el 11 de octubre de 2009, vale la
pena una lectura de caso, tal y como nos la propone el que para 1994 era
Profesor del Departamento de Administración de UAM-A, Sergio Sánchez Guevara.
Pasemos pues a la lectura de:
El SME ante la reestructuración productiva de
la empresa Luz y Fuerza del Centro
Sergio Sánchez
Guevara, Profesor
del Departamento de Administración de la UAM-A.
Introducción
Durante el presente sexenio se marcaron
varios objetivos complementarios entre sí: el Tratado de Libre Comercio, la
modernización, el adelgazamiento del Sector público y el incremento de la
productividad entre otros.
En este artículo introduzco la discusión de
las condiciones relativas al incremento de la productividad en una de las
empresas del sector público ubicada en la industria eléctrica, rama que por su
carácter estratégico el gobierno no puso a la venta, pero sí estableció
criterios para lograr mejorar la eficiencia y la rentabilidad de la empresa.
Por otro lado la intención de este trabajo
es invitar a la reflexión sobre las experiencias de los diferentes casos en los
que se está aplicando la política de acelerar el crecimiento de la
productividad y sus efectos sobre la clase trabajadora.
El 9 de febrero de 1994 es un momento
culminante en la historia del Sindicato
Mexicano de Electricistas (SME,
por sus siglas) pues se alcanzó el objetivo de que al fin el gobierno creara la
empresa Luz y Fuerza del Centro (LyFC, por sus siglas) que sustituye a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyFC, por sus siglas) con patrimonio
propio y como empresa paraestatal independiente, bajo la rectoría de la Secretaria de Energía,
Minas e Industria Paraestatal. Este hecho constituye el triunfo político de una
lucha de casi tres décadas del SME
por lograr evitar que la CLyFC fuera
absorbida por la Comisión Federal de Electricidad (CFE, por sus siglas) y con ello el SME desaparecería y el Sindicato
Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana
(SUTERM, por sus siglas) obtendría
la titularidad única del Contrato
Colectivo de Trabajo (CCT, por
sus siglas) de esta industria. Significa también un parteaguas en las
condiciones actuales de reestructuración productiva de las empresas
paraestatales, puesto que los afanes modernizadores del equipo que dirige el gobierno
del país, bajo la estrategia neoliberal, ha significado despidos masivos, en
cambio la propuesta del SME y los
smeitas, sin apartarse del proceso modernizador, lo aceptan, pero a partir de
la participación bilateral que convierte el proceso reestructurador productivo
en un proceso de desarrollo económico social de la nueva LyFC. Para comprender este proceso complejo por los distintos
elementos que participan en este ámbito industrial, a saber: el económico, la
política, la política sindical, la administración, la técnica, entre otros,
dedicare una parte de este artículo a una somera exposición de estos puntos,
con el fin de aclarar en qué condiciones se aplicará la reestructuración de la
empresa y cuál será la estrategia para alcanzar las metas de eficiencia y
rentabilidad.
I.
Orígenes
La CLyFC
tiene sus orígenes en la
Mexican Light and Power, empresa que asocio a la Pachuca
Light and Power
(Compañía de luz y Fuerza de Pachuca, S.
A.) y otras dos cuyos nombres hasta antes de la liquidación definitiva eran
Compañía Mexicana Meridional de Fuerza,
S.A.; y la Compañía de Luz y Fuerza Eléctrica de Toluca, S.A.,
grupo poderoso que inicia sus operaciones en la última década del porfiriato es
decir alrededor de 1900.[2]
Se establecieron en México plantas
generadoras de energía eléctrica, propiedad de mexicanos, desde fines del siglo
pasado con el propósito de dar servicio a las compañías mineras y a los
poblados cercanos. Empero estas empresas no tuvieron la capacidad suficiente
para desarrollar una industria eléctrica que satisficiera las necesidades de
una industria creciente y de las crecientes poblaciones de las ciudades,[3]
de manera que fueron desplazadas por las inversiones de las
compañías extranjeras, las que sí pudieron hacer frente a esta demanda.
Para ejemplificar lo mencionado retomo la
cita que M. Wionczec hace de José Ives Limantour Secretario de Hacienda y
vocero de P.Díaz:
Por más que exageren los
inconvenientes de una situación que nos hace tributarios del extranjero...,
careciendo, como carecemos, de los elementos de hombres y dinero suficientes
para poner en expansión los innumerables recursos que yacen en nuestro suelo,
no debemos desaprovechar esos elementos cuando se nos presentan, por el solo
hecho de que vienen del extranjero. Muy al contrario: la suma de beneficios que
deja en el país toda industria nueva o todo incremento de las industrias
establecidas, contribuye a dar mayor bienestar a los que en él residen, sin
distinción de clases o de nacionalidades.[4]
Las condiciones de subdesarrollo estaban
definidas desde antes del porfiriato,
es decir la clase económicamente dominante no estableció su hegemonía en el
proceso de acumulación de capital, por el contrario durante el régimen de
Porfirio Díaz no solo permite sino que invitan a la inversión extranjera
consolidando de esta manera en México las relaciones económicas
desarrollo-subdesarrollo. En consecuencia la economía nacional definirá su
crecimiento a partir de los propósitos de acumulación de las inversiones
extranjeras casi siempre dictados desde sus países de origen, generalmente esos
fines no coinciden con el interés nacional, por ende la producción nacional
estará sometida al uso de tecnología atrasada, no competitiva a escala
internacional, convirtiéndose tan solo en: abastecedora de materia prima o de
bienes intermedios y generadora de plusvalía para la acumulación de capital de
las metrópolis, toda vez que la inversión, sea nacional o extranjera, en
tecnología atrasada, en México se revaloriza, puesto que en los países desarrollados
es obsoleta, además de los pagos de intereses, regalías, utilidades y otros
pagos derivados de la inversión extranjera directa e indirecta.
Las empresas extranjeras participaron dentro
de las 170 sociedades anónimas más importantes según reporte de José Luis
Ceceña en su libro "México en la órbita imperial"[5] con el 77% y el 23% se reservó para el capital mexicano es decir
fue definitiva la participación del capital extranjero durante el porfiriato y aun ahora sigue siéndolo.
El capital extranjero participó en la
industria eléctrica con el 87.2%, más dos por ciento de participación asociado
con capital mexicano. Destaca el capital anglocanadiense con cerca del 80% del
capital de la rama.[6]
La Mexlight (así se le llamó a la Mexican
Light and Power)
era propiedad de capital inglés y canadiense.
Características
la Industria
Eléctrica
Las inversiones extranjeras que se
establecen en la industria eléctrica mexicana tienen como propósito obtener
utilidades, por lo que se establecen en las áreas más rentables en las ciudades
donde hay importantes concentraciones tanto de industria como de población
demandante de servicios, entre otros el alumbrado eléctrico. Es claro que bajo
esta óptica no iban a comprometer inversiones, de muy largo plazo y con una
ganancia dudosa, en las áreas rurales. Sin embargo podemos decir que esta rama
genero un impacto enorme en el crecimiento de la economía nacional.
Hacia 1930 dos compañías controlaban la
mayor parte de la industria eléctrica, la primera era la Compañía de Luz y Fuerza Motriz, esta empresa
integraba, junto con las subsidiarias mencionadas Luz y fuerza de Pachuca, Luz y Fuerza de Toluca, Mexicana Meridional de
Fuerza y de Fuerza del Suroeste, el sistema interconectado de energía
eléctrica que atendía a la ciudad de México y estados circunvecinos,
significaba el 47 % del servicio público. Este sistema era propiedad de la Canadian and General Finance Company,
dependiente de la
Societé Internationale d'Energie Hidroelectrique[7]
la representante de estos intereses era la Mexican
Light and Power
Company. La segunda empresa era la American and Foreign Power Company abasteciendo
el 33 %[8] del servicio público de energía eléctrica, su actividad la
ejercía por medio de la
Impulsora de Empresas Eléctricas ligada a la Electric
Bond and Share,
esta empresa absorbió los principales sistemas fuera del que operaba la CLyFC. Estos dos consorcios operaron de
igual manera como holdings, es decir controlaban a las empresas subsidiarias
mediante participación mayoritaria de sus capitales.
Otra característica técnica era que los
sistemas de generación de energía eléctrica no eran uniformes, lo que impedía
la unificación del servicio en todo el país.- El grupo de clfc operaba su
sistema a 50 ciclos, el grupo de impulsora generaba a 60 ciclos, otras plantas
manejaban sistemas a 58, 57, 50, 48, 45, 42, 40, y 25 ciclos.[9]
También podemos señalar que hubo una campaña
para bajar el precio de venta de la energía desde la época de calles se
advertía: "La cuestión de la energía eléctrica barata resulta
especialmente adecuada por varias razones. Primero, las tarifas de la
electricidad eran aun generalmente consideradas como exorbitantemente altas.
Segundo, a pesar del secreto que rodeaba los asuntos financieros de las
compañías, se había tornado ampliamente conocida la disparidad existente entre
los precios pagados entre los consumidores grandes y pequeños."[10]
Esta situación que sería objeto de una amplia discusión sobre todo por el
carácter técnico propio de la generación de fluido eléctrico, que implica
diferenciales de costos que es necesario cubrir. Sin embargo el intento por
parte de los gobiernos postrevolucionarios, de proveer a la población y en
particular al sector industrial nacional de un servicio básico barato, y también
de aportar este servicio a las áreas que lo necesitaban pero por su alta
dispersión resultaba sumamente costoso el servicio, se presionó a las compañías
en la reducción y de ser posible reducir el rango de tarifas. Más aún el
creciente nacionalismo dio paso a que se planteara lo siguiente: "...los
propietarios de las empresas eran extranjeros, se presumía que habían estado
obteniendo grandes utilidades de sus operaciones y, además, tenían fácil acceso
a los recursos financieros externos, situación que contrastaba con la de los
empresarios nacionales, persistentemente escasos de fondos de inversión."[11]
En efecto se planteaba un conflicto de
intereses entre las empresas eléctricas extranjeras y la opinión pública y
gobierno que condujo a un crecimiento promedio anual de menos del uno por ciento
para el periodo de 1937-1943,[12]
es posible que esta disminución en el crecimiento se deba por otro lado a que
las compañías habían concluido la construcción de las plantas generadoras
necesarias para abastecer a las áreas que consideraron rentables, es decir los
inversionistas privados no tenían considerado la inversión en plantas de poca
escala para la atención de pequeños poblados rurales. El servicio a estas
comunidades correspondería finalmente al Estado. Afines del llamado periodo del
"maximato" se inició una importante actividad en torno al
establecimiento de una empresa del Estado que llenará los vacíos dejados por
las empresas privadas, por decreto del 19 de enero de 1934 se autoriza al
ejecutivo a constituir la
Comisión Federal de Electricidad, CFE esta empresa propiamente inicia operaciones en el periodo
cardenista, durante este periodo se construye la planta de Ixtapantongo en
Valle de Bravo, por mucho tiempo la mayor de la CFE. Esta planta originalmente la iba a construir la CLyFC, en 1926 la subsidiaria Compañía del Sureste de México, había
completado el proyecto para iniciar la construcción pero por intervención de
funcionarios del gobierno de Calles, incluido el mismo presidente
"sugirieron" en lugar de este proyecto se llevaran a cabo obras de
aprovechamiento del rio Lerma al noroeste de la capital.[13]
Este episodio de la historia de la CLyFC
nos muestra el desarrollo de la estrategia del gobierno por controlar las
principales recursos hidráulicos, que a la vez eran fuentes de energía
eléctrica, pero también fueron generando un cerco para las empresas
extranjeras, que perdieron dinamismo en el crecimiento de sus obras de
construcción de nuevas y más potentes plantas, conviene aclarar que estas
empresas es posible que tenían como estrategia también controlar las
principales fuentes hidráulicas de cuyas caídas de agua podría generarse al
menor costo la energía eléctrica, esperando utilizarla en la atención a la
creciente demanda, ya sea por el crecimiento de la industria instalada o de las
ciudades existentes o bien sea por el potencial crecimiento de nuevas concentraciones
industriales y urbanas.
Nacionalización
En los siguientes años y con el impulso de
los subsecuentes gobiernos la CFE creció
de manera significativa. En cambio las compañías extranjeras aparentemente
perdieron dinamismo. Con el fin de resolver esta situación se iniciaron las
gestiones para establecer los convenios de compraventa de las empresas eléctricas
de capital privado, dicho de otra manera la Nacionalización de
la industria eléctrica en el año de 1960, en abril se adquirió la totalidad de
las propiedades de la American & Foreign Power Co. es decir la Impulsora de
Electricidad de capital norteamericano, el precio estimado de la transacción
fue de 65 millones de dólares.[14]
El 27 de septiembre de ese año el gobierno adquirió la mayoría de las acciones
de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza
Motriz es decir la Mexlight , no se liquidó
en su totalidad. Esta última siguió operando como la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, suministrando el servicio a la Ciudad de México y parte de
los estados del centro de la Republica. Reforzando este proceso nacionalizador
el 29 de diciembre se modifica el Artículo 27 Constitucional en su párrafo
sexto "Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, conducir, transformar,
distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de
servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los
particulares y la Nación
aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos
fines".[15]
Con la nacionalización la CFE se convirtió en la empresa rectora
de la rama eléctrica, apoyada por el gobierno y su legislación, sin embargo
esta situación en apariencia lógica desde el punto de vista de la
administración pública, orientada hacia la consecución de objetivos de utilidad
pública y beneficio social, apoyo en cierta manera la disminución del
desarrollo de las empresas recientemente nacionalizadas, lo que tendió a cierta
destrucción de la estructura instalada por aquellas empresas, las cuales eran
útiles y de mantenerse en buenas condiciones mantendrían la generación del
servicio en óptimas condiciones, en el caso de la CLyFC el servicio lo ha mantenido en las mejores condiciones
posibles, a pesar de que se le limitaron los recursos y se le hizo reconocer
una deuda pesada en favor de la CFE,
esta situación se produjo fundamentalmente por un lado con el fin de lograr la
quiebra técnica de la empresa, con dos propósitos uno financiero minimizar el
valor de las acciones en poder del capital extranjero y otro político obtener
la disolución del SME, en estas
condiciones el sindicato de la CFE
seria el único titular del contrato colectivo de los electricistas, más
adelante abundare sobre este punto
Efectivamente la nacionalización permitió
por otro lado solucionar problemas técnicos que hicieron más eficiente la
prestación del servicio eléctrico como la unificación de las frecuencias a 60
ciclos, lo que permitió la interconexión de todos los sistemas eléctricos
establecidos en el país. Para lograr este objetivo se creó el Comité de Unificación de Frecuencia, el
programa de unificación se inició el 2 de abril de 1973 y concluyo el 22 de
noviembre de 1976. Además de las obras técnicas en las instalaciones eléctricas
de generación, transmisión y distribución, el gobierno se hizo cargo de los
gastos de adaptación de los aparatos eléctricos domésticos que lo necesitaran, así
como también apoyo con asesoría a los comercios y a las industrias que lo
necesitaron.[16]
Es indudable la importancia que tiene la
industria eléctrica, tanto en la actividad económica del país, como en otras
actividades de carácter comunal, social y doméstico, así que la nacionalización
debería traer más beneficios que perjuicios para la Nación pues como servicio
básico apoya un sin número de actividades, Sin embargo la administración de la
industria eléctrica no ha sido una tarea simple sino ha tenido que enfrentar
una serie de intereses que ha sido necesario atender para eliminar los
obstáculos y establecer un proceso de gestión eficaz de cada una de las
empresas o entidades de la industria eléctrica.
Con la nacionalización de las empresas de
Impulsora de Electricidad se convierten en subsidiarias de la CFE. Las acciones de la CLyFC, en cambio, no han sido
totalmente liquidadas, por lo que la relación con la Mexlight
no concluye inmediatamente como en el caso de las compañías de capital
norteamericano. Para resolver esta situación administrativo financiera se expidió
el "acuerdo presidencial del 16 de diciembre de 1974 que decretó la
disolución y liquidación de las compañías eléctricas del Centro, Pachuca,
Toluca y Meridional."[17]
Hubo otro acuerdo presidencial anterior fechado 14 de agosto de 1963, que
modifica el nombre de la Compañía de
Fuerza del Suroeste de México, S.A. por el de Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. y se autoriza la venta de
todos los bienes y derechos de la Compañía
de Luz y Fuerza Motriz, S.A., L.M.
Guibara Sucesores, S en C, y la Compañía
Mexicana Hidroeléctrica y de Terrenos, S. A. a la CLyFC.[18]
El 2 de enero de 1975 se autoriza a la CFE
a adquirir los activos de CLyFC, por
tanto una vez hecha la liquidación seria la única propietaria de la industria
eléctrica constituyéndose un monopolio de Estado. Funcionó al principio con
tres administraciones deferentes: la dirección de CFE, y por cada uno de los dos consorcios se estableció una
administración diferente, claro está que la administración de la Comisión tenia influencia
en las otras dos, tal vez más en las subsidiarias que fueron las que
pertenecieron a Impulsora de Electricidad, ya que estas desde luego fueron totalmente
liquidadas.
En varias ocasiones se planteó que convenía
la integración de la administración en una sola entidad paraestatal, puesto que
todas eran de propiedad estatal, con el fin de evitar: superposición y
duplicidad de funciones administrativas y lograr un mejor y más eficiente
servicio sin embargo como lo señala Silvia Gómez Tagle, "...el proceso de
integración se fue realizando muy paulatinamente,...".[19]
Este planteamiento resulta en la actualidad discutible pues hay que considerar
los tamaños óptimos de las empresas, de tal manera que estos no sean ni
demasiado pequeños y no puedan aprovechar las economías de escala, ni muy
grandes que tanto la centralización de la administración como la dispersión de
funciones específicas eleven innecesariamente los costos y gastos.
Participación
de CLyFC en el Sector Eléctrico
Desde que se fundó en México la Compañía de Luz y Fuerza Motriz y sus Asociadas
opero en el Distrito Federal y los estados vecinos de la Capital tales como: el
Estado de México, de Hidalgo, de Puebla, de Morelos, alcanzó parcialmente los
estados de Michoacán, Guerrero, Veracruz, entre otros, lo que indica la
magnitud del mercado toda vez que la zona central del país es la mas importante
en varios aspectos: económico, político y con la mayor concentración de
población. No obstante que en 1985 fue reducida la Zona de influencia de CLyFC en cerca de 20,000 Km2.
Los datos estadísticos, levantados entre 1987 y 1992, sólo corroboran estas
afirmaciones y precisan el grado de la participación de CLyFC en el Sector Eléctrico. Aporta la quinta parte en lo que se
refiere a ventas totales de energía eléctrica, ver cuadro 1. Dentro de las
divisiones de CFE ninguna se acerca
al volumen de ventas de esta empresa, en cuanto a usuarios atiende a la cuarta
parte aproximadamente en estos dos renglones supera a cualquier división
considerada por separado de CFE.
CUADRO
1
Comparativo CLyFC / Total de la Industria Eléctrica |
||||
I
Parte
|
||||
Ventas
Gigawats - hora (GWh)
|
||||
Años
|
Total
|
%
|
clfc
|
%
|
1987
|
77,449
|
100
|
17,960
|
23.2
|
1988
|
81,885
|
100
|
18,614
|
22.7
|
1989
|
88,537
|
100
|
19,582
|
22.1
|
1990
|
92,123
|
100
|
20,548
|
22.3
|
1991
|
94,768
|
100
|
21,128
|
22.3
|
1992
|
97,570
|
100
|
22,569
|
23.1
|
II
Parte
|
||||
Usuarios
(Miles)
|
||||
Años
|
Total
|
%
|
clfc
|
%
|
1987
|
14,102
|
100
|
3,554
|
25.2
|
1988
|
14,773
|
100
|
3,713
|
25.1
|
1989
|
15,470
|
100
|
3,839
|
24.8
|
1990
|
16,285
|
100
|
4,031
|
24.7
|
1991
|
17,154
|
100
|
4,255
|
24.8
|
1992
|
17,975
|
100
|
4,427
|
24.6
|
III
Parte
|
||
Consumo
Promedio Megawatts-hora (MWh)
|
||
Años
|
Total
|
clfc
|
1987
|
5.5
|
5.1
|
1988
|
5.5
|
5.0
|
1989
|
5.7
|
5.1
|
1990
|
5.7
|
5.1
|
1991
|
5.5
|
5.0
|
1992
|
5.4
|
5.1
|
Fuente: INEGI El Sector Eléctrico en
México, México 1993. p 69
|
En
el cuadro número 2 podemos observar en cuanto a ventas totales un
comportamiento similar al del cuadro anterior es decir la CLyFC recibe poco más de la cuarta parte de los productos totales
por la venta de energía, en el caso del promedio por usuario, el monto es
mayor, porque de la concentración industrial en el valle de México se deriva la
existencia de una importante cantidad de usuarios con alta demanda.
CUADRO
2
Comparativo Productos de |
||||
I
Parte
|
||||
Venta
total
|
||||
Miles de nuevos
pesos
|
||||
Años
|
Total
|
%
|
clfc
|
%
|
1987
|
2'757,766
|
100
|
732,567
|
26.6
|
1988
|
6'600,812
|
100
|
1'712,982
|
26.0
|
1989
|
9'045,391
|
100
|
2'285,976
|
25.3
|
1990
|
12'123,098
|
100
|
3'056,869
|
25.2
|
1991
|
15'667,4435
|
100
|
3'946,833
|
25.2
|
1992
|
19'189,675
|
100
|
5'115,092
|
26.7
|
II
Parte
|
||
Promedio
por Usuario
|
||
Nuevos Pesos
|
||
Años
|
Total
|
clfc
|
1987
|
195,559
|
206,125
|
1988
|
446116
|
461,347
|
1989
|
584,705
|
595,461
|
1990
|
744,388
|
758,350
|
1991
|
913,340
|
927,525
|
1992
|
1'067,576
|
1'155,431
|
Fuente: inegi El Sector Eléctrico en
México, México 1993. p 103
|
El área donde presta el servicio de energía
eléctrica la CLyFC es altamente
concentrada como lo marca el cuadro Nº 3, efectivamente el número de
poblaciones es relativamente pequeño, pero es un área donde los usuarios no se
encuentran dispersos como puede suceder en otras regiones del país.
CUADRO
3
Número de Poblaciones con Servicio Eléctrico |
||||
Años
|
Total
|
%
|
clfc
|
%
|
1987
|
35,227
|
100
|
887
|
2.5
|
1988
|
36,671
|
100
|
887
|
2.4
|
1989
|
37,946
|
100
|
887
|
2.3
|
1990
|
39,608
|
100
|
887
|
2.2
|
1991
|
43,996
|
100
|
887
|
2.0
|
Fuente: Inegi El Sector Eléctrico en
México, México 1993. p 107
|
Sindicatos
En
cada uno de los tres grupos de empresas eléctricas se organizaron asociaciones
de trabajadores con el fin de plantear los contratos colectivos de trabajo que regirían
las relaciones laborales entre los trabajadores y las empresas respectivas, el
primero que se creo fue el Sindicato
Mexicano de Electricistas, el 14 de diciembre de 1914,[20]
afilia a los trabajadores de la CLyFC.
La siguiente organización que se creo fue el Sindicato Nacional de Electricistas y Similares de la República Mexicana
(SNEySRM, por sus siglas) en 1937,
al mismo tiempo que se creaba la CFE,
obviamente se constituyó con los trabajadores de esta empresa. En 1960 se funda
el Sindicato de Trabajadores de la
República Mexicana (STERM, por
sus siglas), este organismo agrupó a los trabajadores de los sindicatos de las
empresas que antes de la nacionalización fueron de capital estadounidense y con
la mexicanización pasaron a formar parte de la CFE,[21]
los cuales mantuvieron sus sindicatos originales.
Las tres organizaciones sindicales son
diferentes entre sí. Algunos autores[22]
estudiosos del movimiento obrero señalan que las dos organizaciones formadas
con trabajadores de las empresas de origen extranjero mantuvieron independencia
con respecto de las organizaciones de trabajadores ligadas al Estado como Confederación de Trabajadores de México
(CTM, por sus siglas). El SNEySRM por el contrario si pertenece a
la central mencionada.
Hay también diferencias con respecto de la
organización interna, el SME
mantiene una amplia democracia que se manifiesta en las asambleas generales y
departamentales, en las urnas, donde todos los trabajadores pueden y tienen
derecho de participar con voz y voto, es decir el conjunto de los trabajadores
y jubilados tiene la prerrogativa de decidir sobre las decisiones que los
afecten ya sea por las condiciones del proceso de trabajo, en las prestaciones,
en las cuestiones económicas salariales, y sobre todo en la selección de los
representantes sindicales tanto generales como departamentales.
Antes de mencionar las características de
los otros dos sindicatos, es necesario señalar que el SNEySRM y el STERM después
de una dura lucha política entre ambas organizaciones se integraron en lo que
hoy es el Sindicato Único de
Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, se menciona que el STERM fue un sindicato independiente de
las organizaciones de trabajadores ligadas al Estado, con cierto nivel de
democracia, no tan profundizado como en el SME.
Sin embargo el STERM perdió frente
al liderazgo del SNEySRM,
curiosamente en los momentos álgidos de la lucha muere el líder del fundador de
la organización sindical de la CFE
Francisco Pérez Ríos, es decir estuvo al frente del SNEySRM por aproximadamente 35 años quedando como secretario
general del SUTERM otro líder del ex
SNEySRM: Leonardo Rodríguez, quien a
la fecha sigue siendo Secretario General, lleva ya más de 20 años. Este último
hecho nos revela la inexistencia de la democracia de este último sindicato.
II.
He relatado en términos muy breves las
circunstancias tanto de las empresas desde su fundación como su evolución
frente a los acontecimientos nacionalistas de los gobiernos
postrevolucionarios, cuyo objetivo era rescatar las fuentes básicas para el
impulso de la industria nacional, toda vez que la energía eléctrica es un
insumo básico, hasta ahora difícil de sustituir, como las relaciones de los
sindicatos con sus empresas y con las consecuencias de la política
nacionalista, cuyo resultado ha sido la desaparición de uno de los tres grandes
contingentes sindicales, mencionamos en el párrafo anterior la absorción del STERM por SUTERM.
El SME
ha tenido que desarrollar una política de resistencia ante la posibilidad de la
integración de CLyFC por CFE, lo que hubiera significado correr
similar suerte que el STERM, además
hubiera puesto en peligro la planta de trabajadores y otras prestaciones como
la jubilación, por lo menos de los miembros del SME. Efectivamente este sindicato ha tenido que luchar por revertir
esta situación, ha planteado de manera creativa una política a la vez que de
resistencia planteando opciones tendientes a mejorar el servicio. Sin embargo
esta tarea no fue fácil, ni siempre hubo suerte en la localización de nuevas
alternativas en los aproximadamente 20 años que duró el proceso de liquidación
de la empresa hubo despidos, en algún periodo de contratación, en otras
contrataciones se propuso que a cambio de las mejoras ya fueran salariales o en
prestaciones hubiera nuevos despidos, la CFE
promovió invasiones de la zona de trabajo hasta que en1985 se estableció el
convenio de Zonas que limitaba el área de trabajo de la CLyFC en detrimento de las posibilidades de trabajo de los
trabajadores del SME (ver La Jornada del 11 de mayo de 1985 el
artículo de Andrea Becerril "Denuncia Sánchez Delint que el SME se
encuentra en riesgo de extinción), etc., también hubo una huelga en 1987 en la
que se le niega al sindicato tanto las peticiones que hacia como el derecho de
huelga primero con la requisa de las instalaciones y luego con la declaración
de inexistente.
Las condiciones de productividad en la CLyFC no pueden ser consideradas solo
desde un punto de vista técnico, en efecto hay una serie de indicadores de
productividad específicos para calificar la productividad de la prestación de
este servicio, pero también es la participación de los trabajadores la que
puede elevar la productividad en un compromiso entre administradores de la
empresa y trabajadores, esto es por un lado la administración proveyendo del
material y en general de los recursos materiales necesarios para la realización
del trabajo y por otro lado los trabajadores, de acuerdo a las condiciones
tecnicas existentes en la empresa, mejorar el desempeño de su función.
Esta alternativa puede ser ampliada a otros
sectores de la economía, pues es evidente que las soluciones de choque hasta
hoy aceptadas de manera general por la gran mayoría de la población no
garantizan que esa conformidad perdure permanentemente. El 1º de enero de1994
en Chiapas es un ejemplo de que no siempre se aceptarán las propuestas
unilaterales que modifiquen las estrategias de producción, sobre todo cuando el
prometido bienestar no llegue a los trabajadores que han visto reducido su
salario de manera importante, o peor aún han sido desempleados y no hay nuevas
fuentes de empleo. En este sentido Carlos T. Wagner señala el viernes 27 de
mayo en El Financiero lo siguiente:
Para combatir la hiperinflación el
neoliberalismo contrajo los salarios y el mercado, freno el deslizamiento del
peso, abrió la frontera a la importación y renegocio la deuda exterior. logró
bajara la inflación con retraso de dos años al plan, a costa de empobrecernos a
todos: seis millones de familias en al miseria, nueve millones de desempleados,
tres millones de emigrados, producción alimentaria en crisis, salud y educación
mediocres, infraestructura deteriorada.[23]
Es cierto que la economía mexicana necesita
alcanzar mejores niveles de productividad para ser más competitiva. para
lograrlo se han diseñado políticas, pero la mayoría de ellas no ha logrado tal
solución y si ha provocado una fuerte depresión que fundamentalmente afecta a
la población trabajadora que es la gran mayoría. El autor antes mencionado
abunda en su análisis y destaca que entre populismo y neoliberalismo en lo
general la economía mexicana ha empeorado con las consecuencias negativas que
señalo para los trabajadores. De manera que se requiere de buscar soluciones en
las que se comprometan gobiernos, autoridades, administradores, y sobre todo en
la que participe la población trabajadora con las propuestas que es capaz de
hacer en base a su experiencia cotidiana, surgida del proceso de producción,
solo así podemos hablar de soluciones reales, obviamente esto significa el
compromiso también real y concreto de los trabajadores. Si es posible lograr
este procedimiento la relación con el Tratado
de libre comercio (TLC, por sus
siglas) tendrá otra dimensión en principio difícil, pero podrá plantear el
gobierno con fuerza la posibilidad del equilibrio entre las tres economías.
Me he detenido en la mención de estas
opiniones porque precisamente el planteamiento del SME con su propuesta que en lo general es aprovechable y aun creo
que es viable para el conjunto de las empresas del país. Es posible que en
algunas otras empresas tanto del gobierno como de la iniciativa privada de
alguna manera se esté aplicando la mencionada opción, pues no es exclusiva del SME. Conviene sin embargo insistir en
que la aplicación de este criterio alcanzara mayores ventajas si se globaliza,
es decir si su aplicación se hace no solo de manera individual sino que se
generalizan y participan sus resultados entre las empresas y entre los
trabajadores de cada una de ellas y de todo el país.
El 27 de diciembre de 1989 se inicia la
última etapa del proceso de disolución y liquidación de la CLyFC y asociadas, y también se inicia el proceso para elaborar y
acordar el convenio de productividad de la empresa que iba adquirir, una vez
liquidada, un nuevo estatuto jurídico. Este punto lo marca el decreto de la
fecha mencionada, el cual fue aprobado por las cámaras el 21 de diciembre del
mismo año:
ARTICULO
ÚNICO.
Se reforma el artículo Cuarto Transitorio de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica
para quedar como sigue:
ARTICULO
CUARTO.
Las empresas concesionarias, entrarán o continuarán en disolución y liquidación
y prestaran servicio hasta ser totalmente liquidables. Concluida la liquidación
de la Compañía
de Luz y Fuerza del Centro, S. A. y sus Asociadas Compañía de Luz y Fuerza de
Pachuca, S. A., Compañía Meridional de Fuerza, S. A. y Compañía de Luz y Fuerza
Eléctrica de Toluca, S. A:, el Ejecutivo Federal dispondrá la constitución de
un organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonios propios,
el cual tendrá a su cargo la prestación del servicio que han venido
proporcionando dichas compañías. El Decreto de creación del organismo
establecerá, con arreglo a esta disposición, la estructura, organización y
funciones que tendrá el propio organismo para el adecuado cumplimiento de sus
fines.[24]
También se acordó ante las entidades
gubernamentales Secretarias de: Energía Minas e Industria Paraestatal y del
Trabajo y Previsión Social "...que el servicio público de energía eléctrica
que ha estado a cargo de las Compañías, se preste en óptimas condiciones de
rentabilidad, eficiencia y eficacia, con apego a los preceptos constitucionales
y legales ya mencionados y dentro de un marco que permita su pleno
funcionamiento y desarrollo, preservándose paralelamente la fuente de trabajo y
la titularidad por parte del Sindicato Mexicano de Electricistas de su Contrato
Colectivo de Trabajo; habiendo llegado a la conclusión de que este esquema re
la previa adecuación organizacional operativa técnica y financiera de las
Compañías,..."[25]
En los dos párrafos citados se establece la
creación de un organismo jurídicamente distinto que sustituya a la CLyFC y asociadas una vez liquidada y
disuelta, pero en términos de instalaciones físicas y de trabajadores , del SME y el CCT, la empresa siguiera siendo la misma, pero con el compromiso de
mejorar en eficiencia y desarrollar a la empresa, misma que dejo de crecer
desde antes de la
Nacionalización , pero en mayor medida después de esta porque
se esperaba apoyarla después de que se integrara a la CFE.
En los acuerdos se hace hincapié en la
necesidad de optimizar las condiciones de rentabilidad, eficiencia y eficacia,
para tales fines se crea en el mismo documento mencionado la obligación de
"...integrar una comisión mixta paritaria de productividad, para el
análisis de marcos de productividad más idóneos a los objetivos contenidos en
el convenio citado, que son necesarios para la constitución de la nueva entidad
pública; y otra para el estudio de sus bases financieras y estructura
administrativa más adecuadas, y requeridas para alcanzar las finalidades del
referido convenio."[26]
Más adelante se refiere este texto al número de integrantes de las comisiones
por cada parte, el cual será de cinco representantes. Además se señala que las
propuestas resultantes deberán ser presentadas ante el Ejecutivo Federal por
medio de la Secretaria de Energía Minas e Industria Paraestatal
para su consideración. En un plazo de 90 días siguientes a la firma del Contrato Colectivo de Trabajo
1990-1992.
Este fue el primer paso que se realizó para
llegar al objetivo del Sindicato de lograr la creación de la "nueva
empresa" pero bajo nuevas condiciones, se hicieron los estudios necesarios
entre los representantes del Sindicato y de la Administración de
la CLyFC, y se presentaron ante los
representantes del Ejecutivo Federal, donde finalmente se impusieron las
siguientes metas como condición para la creación de la "nueva
empresa", porque el Titular de la Secretaría de Hacienda no tomo en cuenta los
estudios elaborados por las Comisiones Mixtas.
CUADRO
4
|
||
|
Usuarios
por Trabajador
|
Usuarios
por Trab. Distrib.
|
Septiembre 1993
|
137.1
|
237.0
|
Marzo 1994
|
149.9
|
264.8
|
Septiembre1994
|
163.8
|
295.8
|
Marzo 1995
|
179.0
|
330.5
|
Septiembre 1995
|
195.7
|
369.2
|
Fuente: Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje, Anexo Convenio de Revisión Salarial de1993 p 3.
|
Por las condiciones definidas en este cuadro
se consideró que la política oficial con respecto al sindicato de parte del
gobierno se endurecía, pues estas metas no consideraban los estudios realizados
por las Comisiones Mixtas de productividad y la de bases financieras y
estructuras administrativas. Este indicador no consideraba propiamente la
productividad pues como alguno de los miembros de la Comisión Mixta de Bases
Financieras y Estructuras Administrativas mencionaban que “la CLyFC no produce usuarios”,[27]
por lo tanto en estricto sentido no es un indicador de productividad, además
las condiciones de incremento de usuarios depende de otros factores como es el
nivel de crecimiento de la economía dentro del área de influencia de la CLyFC. Por otra parte esto ponía en
entredicho lo prometido en los anteriores convenios y decretos, pues para
lograr estas metas había que despedir a varios miles de trabajadores. Esta situación
ambigua genero descontento entre los trabajadores, que optaron por cambiar la
dirección del SME, cuya tarea casi
inmediata fue renegociar el convenio de productividad.
En diciembre de 1993 se inician los trabajos
de revisión del CCT para el bienio
1994-1995, por parte de la Comisión Legislativa que se forma cada dos años
con el fin de convenir las modificaciones a dicho contrato con la empresa. La
situación se tornaba difícil, pues se acercaba marzo de 1994 y la meta a
cumplirse de acuerdo al CUADRO 1 era inalcanzable.
Se
entregó el pliego petitorio el 6 de enero de este año, (generalmente esa es la
fecha de entrega del proyecto de revisión cada dos años.) La situación política
del país no era la que podía considerarse normal, a partir de los
acontecimientos del 1º de enero. La comisión legislativa se preparaba para
enfrentarse a la discusión con los representantes de la empresa. El Gobierno
Federal que conoce al detalle la problemática de CLyFC-SME, puesto que es actor importante dentro de esta desde hace
más de treinta y cuatro años, resolvió hacer una propuesta en paquete al
Sindicato, misma que fue discutida por la comisión legislativa, por más de
treinta horas, finalmente aprobada después de algunos ajustes.
Los resultados, inesperados en diciembre
pasado, son: surge el Nuevo Organismo Descentralizado Luz y Fuerza del Centro por Decreto Presidencial y el Convenio
pactado, que establece sus características también modifica al del 25 de
febrero de 1993 estableciéndose metas realmente alcanzables de acuerdo con el
crecimiento normal de la empresa. Con respecto al CCT se revisan 35 de sus cláusulas y se obtiene 5 %de aumento más 2
%de productividad, en suma 7 %.
El objetivo alcanzado por el sindicato en
esta última contratación marca un momento histórico en las relaciones entre
Sindicato y una empresa de propiedad pública, porque de alguna manera replantea
la política de productividad, destacando el respeto a la plantilla de
trabajadores y jubilados y al CCT,
cierto es que el crecimiento de la plantilla se limita hasta que sea
estrictamente necesario contratar nuevo personal e incluso algunos puestos que queden
vacantes pueden no cubrirse. Pero lo más importante es que el Sindicato bajo
esta nueva administración tiene derecho a participar con tres representantes en
la junta de gobierno. Este derecho también es una obligación por que habrá que
participar en la restructuración productiva de la empresa por un lado exigiendo
a la parte propiamente de la administración, que aporte los recursos necesarios
para lograr las metas que se fijen, y por otro lado comprometer a los
trabajadores en el desarrollo de las nuevas responsabilidades.
CUADRO
5
INDICADORES Y METAS DE PRODUCTIVIDAD |
||
Indicadores
|
Base
1993
|
Marzo
1995
|
I. Indicadores
globales
|
||
Tiempo de interrupcion
por usuario
|
408
|
383
|
Número de
inconformidades por cada 100 usuarios
|
21.9
|
16
|
Pérdidas
|
12.12%
|
10.50%
|
Usuarios por
trabajador
|
126.5
|
131.5
|
Fuente: SME "El Nuevo Organismo
Triunfo y Nuevo Reto del Sindicato, Publicación del Sindicato Mexicano de
Electricistas, 1994 p 11.
|
Estos indicadores se establecen en base al
crecimiento promedio de la empresa Luz y
Fuerza del Centro, destaca el indicador Usuarios por trabajador, que
reitero en estricto sentido no es un indicador de productividad, pues se reduce
la meta para marzo de 1995 de 179, según el convenio de 1993 a 131.5,en el convenio
de 1994, esta última cifra, aun es menor que la definida para septiembre de
1993 en el primer convenio. Ahora corresponde participar al Sindicato en la
vigilancia del cumplimiento de los planes y metas. Incluso plantear con
anticipación nuevas alternativas de desarrollo de la Empresa Luz y
Fuerza. Es decir la organización sindical estará atenta al insoslayable
ingreso de innovaciones tecnológicas que incrementaran la productividad,
incluso deberá apoyar este proceso, pero al vez impulsara el proceso necesario
de capacitación del personal para que realice las nuevas tareas, en este
sentido requerirá la representación tomar la delantera tanto a la parte de la
administración de la empresa y aun a los propios trabajadores, a fin de que
este proceso no se revierta, pues existe el riesgo de transitar por el camino
marcado por otras empresas y sus organizaciones sindicales.
[1] Disponible en
internet, noviembre 7, 2015 en: http://www.azc.uam.mx/publicaciones/gestion/num5/doc13.htm
Revista Gestión y estrategia, N° 5,
enero-junio 1994. México, Universidad Autónoma Metropolitana, plantel
Azcapotzalco. (p. 118-128).
[2] Ver D'Olwer, Luis Nicolau "Las inversiones
extranjeras" en Cosio Villegas, Daniel, et. al., Historia Moderna de
México., 2ª ed México Edit. Hermes, 1974. Vol. VII T. II p. 1087.
[3] Ver Wionczek, Miguel
S, El Nacionalismo Mexicano y la Inversión Extranjera., 3ª ed, México Siglo XXI Editores 1968 pp. 33, 34.
[5] Ceceña,
José Luis, México en la Órbita Imperial., Ediciones el Caballito, México
1975 pp. 62-63.
[19] Gómez
Tagle, Silvia, "Integración o Democracia Sindical: el Caso de los
Electricistas", en Tres Estudios sobre el Movimiento Obrero en México,
México, El Colegio de México, 1976., (Col. Jornadas No 80.) Ver también
Wionczek, Miguel S. Op cit. p 150,151.
[27] Ver Lara
Beautell, Cristóbal "La
Productividad en la Industria Mexicana "
en Solís Leopoldo La
Economía Mexicana , México FCE, 1973. (Lecturas del
Trimestre Económico No 4.Vol.I.)
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