LA LUZ y LA FUERZA DE UNA FOTOGRAFÍA.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Hoy, es 9 de febrero de 2013. Como tal fecha rememora uno de los pasajes más oscuros y crueles de las diversas contiendas que generó la Revolución Mexicana, sobre todo por el hecho de que en tales jornadas, se perdería uno de los valores, uno de los anhelos más importantes que perseguían los hombres y las mujeres de aquella época: la democracia, democracia que en su plena recuperación, alcanzaría una primera etapa de madurez casi hasta finalizar el siglo XX. Fueron exactamente condiciones similares a las que tuvo el XIX, cuando en 1810 se pretendió la independencia, y no fue sino hasta 1867 en que, declarada una “segunda independencia” luego del retorno de Benito Juárez, cuando se restaura la República, fue cuando entonces este país alcanzaba también cierto grado de primera madurez como estado-nación.
Hoy, quiero compartir con ustedes un par de imágenes que guardan una semejanza entrañable, dura, difícil de entender y que muchos de quienes seguimos perteneciendo al sector eléctrico vamos a entender de inmediato.
Las imágenes que mostramos tienen una enorme semejanza. A la izquierda, aparece la portada del penúltimo Contrato Colectivo de Trabajo (2004-2006), en cuya composición, se emplearon las siluetas de dos torres de líneas de transmisión. En una de ellas, aparece la bandera de México como símbolo de fortaleza de nuestra institución. Más abajo, sendos escudos, el de LyF y SME reafirmando la solidez no sólo de las torres. También del significado que tiene la generación de energía eléctrica con la consiguiente “continuidad de servicio”, meta y filosofía de la empresa en que laboramos. Por otro lado, la fotografía de la derecha, nos presenta una cruda realidad. Esa imagen, pertenece al álbum “Decena Trágica” del Archivo Histórico, donde el raído lábaro patrio, pende de un poste de líneas aéreas que, como muchos de la infraestructura colocada en los alrededores de la Ciudadela , sufrieron daños irreversibles durante el enfrentamiento entre fuerzas leales al depuesto presidente Francisco I. Madero y los que apoyaban a Victoriano de la Huerta , quien encabezó un frío, inteligente y perverso golpe de estado. Fueron diez días intensos que transcurrieron entre el 9 y el 18 de febrero de 1913 en una agitada ciudad de México.
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