CENTROS DE TRABAJO EN
LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.
POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
La
Compañía de Luz recupera parte del costo de sus instalaciones, mediante la
venta oportuna de equipos inútiles u obsoletos y materiales de desperdicio.
Además de obtener un ingreso de cierta cuantía por este concepto, rehabilita
artefactos y piezas que posteriormente se emplean nuevamente.
Los Almacenes Generales de la Empresa tienen
a su cargo esta tarea para la cual disponen de una cuadrilla de trabajadores
bajo la dirección de un Subsobrestante.
La recuperación empieza en todas las
dependencias de la Compañía, las que tienen el encargo de retirar los equipos y
materiales en mal estado (para bajas) y concentrarlos en el Almacén. El propio
Almacén lleva a cabo revisiones periódicas de sus existencias para separar lo
que no utiliza y enviarlas a los patios de recuperación. La venta de materiales
no utilizables o la rehabilitación de unos y otros, contribuye a que los
centros de trabajo se mantengan limpios.
Una vez en los patios de recuperación,
personal especializado los examina cuidadosamente, seleccionando aquellos
artículos que son factibles de reparación mientras que el resto se concentra en
lotes uniformes de acuerdo con la clase de materiales de que se trate.
Posteriormente ordenado y clasificado el
material de desecho, se ofrece al público al mejor postor; en algunas ocasiones
es posible recuperarlos y entregarlos al comprador en los lugares de donde
proceden, como fue el caso del riel proveniente del desmantelamiento del
ferrocarril “Beristáin-Necaxa”.
Por orden de importancia, el cable de línea
de transmisión y el alambre de cobre desechados ocupan el primer lugar en las
ventas de materiales, mientras que el segundo lugar corresponde a la chatarra.
En esta forma los Almacenes han establecido
una eficiente organización para la recuperación y venta de equipos y materiales
de desecho.
Fuente:
Revista LyF, año IV, N° 30, del 1° de
febrero de 1957, p. 2-4.
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