POR:
JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
El ejemplar que ahora
se reseña, corresponde al mes de agosto de 1928. Presenta en la portada una interesante imagen denominada “El Encanto de un Paisaje Tropical”, mismo
que muestra, a contraluz, y sólo esta, la luz solar pudo ser escamoteada por el
fotógrafo justo en el momento del paso de algunas nubes, así como por la sombra
que dan las palmas, con lo que el resultado puede apreciarse como sigue:
Portada de la revista LUX, agosto de 1928.
El tono, tanto
para la tipografía de sus enormes letras, como de la fotografía es, en la
paleta de colores el violeta, que corresponde también al estilo y diseño que se
estaban dando por aquellas época en diversas publicaciones, mismas que
seguramente con este toque de efecto visual, llamaban la atención, pues rompían
de alguna manera con lo establecido.
De inmediato,
uno se encuentra con la EDITORIAL, misma que se ocupa de un caso en el que se
plantean las diferencias de trato habidas entre los trabajadores
norteamericanos y los mexicanos, en particular los electricistas. Al parecer se
deja notar el beneficio en el trato habido para con los de Norteamérica,
mientras los nacionales siguen enfrentando el desdén de los patrones, sobre
todo cuando el reclamo que se ventila tuvo que ver con la honesta petición de
los días de descanso por vacaciones, omitiendo los empresarios que el hombre no
es una máquina, pues “Miran al trabajador como a una máquina a la que hay que
cuidar, aceitar y limpiar, y si para nuestro amor propio de indolatinos puede
ser molesto y denigrante el que se nos considere como autómatas, aún debe serlo
más el que se no de el trato de bestias de carga para las que no debe haber
consideraciones de ninguna especie; a las que es necesario sacar el jugo hasta
el agotamiento, que al fin podemos ser fácilmente sustituidos en el caso de
sucumbir abrumados”. Por tanto, es el trabajador un ser sensible que tampoco
puede quedar sujeto al trato despótico en la medida en que cumpla con
“derechos” pero también con “obligaciones”.
La “Página del
Comité” aborda el que era ya para entonces un proyecto camino a la
consolidación. Me refiero a la construcción de casas en abonos, planteamiento
que vino dándose a conocer desde algunos números atrás de la publicación aquí
reseñada. Se trata de una larga reflexión que alienta el fin o propósito de
muchos trabajadores quienes, entre sus muchas aspiraciones, desean contar con
un digno espacio llamado casa o departamento, mismos que se convierten en parte
de aquel esfuerzo cuya inversión no sólo es económica. También lo es en
términos de la dedicación y responsabilidad a que se afana el obrero a lo largo
de una vida dedicada al trabajo, y que puede tomar, como fue el caso en Luz y Fuerza del Centro, y en su última
época, siendo la Cláusula N° 64 del Contrato Colectivo de Trabajo su mejor
modelo:
CLÁUSULA
64.-JUBILACIONES.-Los trabajadores que
cuenten un cierto tiempo de servicios a LyF tendrán derecho, en los casos en
que se separen o sean separados de él, a una cuota de jubilación consistente en
un porcentaje de su salario de base que les será pagado bisemanalmente hasta
que mueran. Dicha cuota es independiente de cualesquiera otras cantidades a que
el trabajador tenga derecho conforme a este Contrato, y se hará efectiva en los
casos y condiciones que se establecen en las siguientes fracciones, en la inteligencia
de que, para preferencia en los pagos, las Partes convienen en asimilar esta
cuota a salarios.
I.-REQUISITOS.-Los
requisitos necesarios para que los trabajadores puedan solicitar y obtener su
jubilación en los diferentes casos, son los que se expresan en los incisos
siguientes:
a).-Generales.-
Cualquier trabajador podrá solicitar y obtener su jubilación, siempre y cuando
haya cumplido veinticinco años de servicios y cincuenta y cinco años de edad, o
treinta años de servicios sin límite de edad.
Asimismo,
las mujeres podrán solicitar y obtener su jubilación con el 100% (cien por
ciento) de su salario de base, cuando hayan cumplido veinticinco años de
servicios sin límite de edad.
Los
trabajadores que laboren o hayan laborado durante 15 años en Departamentos o
Secciones con línea viva o energizada, entendiéndose por este concepto los
trabajos que implican el manejo o la operación temporal o definitiva de los
conductores o equipos eléctricos energizados con alta tensión de líneas de
distribución aéreas o subterráneas mediante el uso de equipo y técnicas
especiales apropiadas, y que deban ejecutarse sin interrupción del servicio
eléctrico.
Se
entiende por líneas de distribución aquéllas operadas por LyF a tensiones de 6,
13.2 y 23 K.V. y por líneas de transmisión aquéllas cuya tensión entre fases
sea de 85, 115, 230 y 400 K.V., así como las que en el futuro llegare a
utilizar LyF.
En
aquellos circuitos primarios de distribución que cuenten con una fase y neutro
o con dos fases y neutro, si se llevan a cabo trabajos en donde se involucre el
movimiento del conductor o conductores energizados, se deberá considerar como
trabajo en línea viva o energizada.
Los
trabajadores que se encuentren en las condiciones antes mencionadas podrán
solicitar y obtener su jubilación a los 28 años de servicios sin límite de edad
con el 100% de su salario de base, o bien cuando habiendo cumplido 55 años de
edad reúnan el tiempo de servicios establecido en la tabla correspondiente,
caso éste en que se aplicará la cuota señalada en dicha tabla.[1]
El C. Ignacio
Herrera, entonces Operador de Subestaciones, colaboró en “Nuevos Horizontes”,
dando su opinión al respecto de la creación y organización de una Cooperativa
Industrial, misma que fue propuesta por Herrera, quien después de haber hecho
una justificación del mismo, exaltó las bondades que un “Cooperatismo entre los
elementos que me son afines (…)” para la formación de “alguna sociedad que explote
algún desarrollo eléctrico”, precisamente igual que en nuestros días, cuando
han asomado las propuestas de crear cooperativas para dar servicio al interior
de diversas instalaciones que han venido reclamándose (por parte del Sindicato Mexicano de Electricistas),
en nombre de la justicia, y con ello tener la oportunidad de que una mano de
obra especializada, ofrezca diversas opciones que van del mantenimiento de las
instalaciones, a la fabricación de diversos elementos de uso frecuente en las
redes eléctricas.
Surge en la
página 7 el siguiente y emotivo texto de José Enrique Rodó (1871-1917), escritor
uruguayo de altos vuelos, quien en El
Obrero deja testimonio de su sentir sobre tan notable personaje:
Nuevas secciones
dan brillo al contenido de la revista. Entre otras se encuentra “Temples de
acero”, que dedica su espacio a recrear la vida de diversos personajes que
proyectaron su vida y obra a los aspectos en beneficio de la humanidad. También
se encuentran “Lecturas para Obreros”, la cual no necesariamente recogería
reflexiones políticas o filosóficas en torno a las doctrinas que deben seguir
estos para su formación intelectual. También se encuentran temas eminentemente
técnicos o científicos, con datos como que “El METRO, unidad de medida que
todos conocemos, es la diezmillonésima parte del cuarto de un meridiano; es
decir, la distancia de un polo al Ecuador”.
Allí están
de nuevo la dedicada a la “Higiene”, o el bien posicionado conjunto de apuntes
que Armando Raspa presentó en “Sincronizando
O.K.”, cuya lectura resulta muy interesante, pues echando mano de un lenguaje
absolutamente coloquial, no deja “títere sin cabeza” en cuestión de ocuparse no
de asuntos, sino de personajes a los que mencionándolos con su nombre y
apellido, da a cada uno de ellos su correspondiente “repasada”. Creo que todos
esos escritos, ya reunidos en un volumen cuidadosamente anotado, podrían
convertirse en la visión de una época para entender los síntomas y
comportamientos que habría tenido el propio Sindicato en ese entonces. Raspa conserva un aire de influencia
estridentista. Léanlo ustedes y luego, para continuar con el ejercicio, deben
buscarse textos de Arqueles Vela, Germán List Arzubide o Manuel Maples Arce
para entender el lenguaje que procede de tal experiencia literaria.
Las “Notas
de Hollywood” que hasta ahora siguen siendo un misterio, pues al no mostrar
ninguna autoría, se desconoce al encargado de las mismas, pero que poseen el conocimiento
de causa que se requería para desplegar tal cantidad de información, la cual
estuvo aderezada por las imágenes respectivas. “Gráficas Mundiales” y “Página
Festiva” vuelven a dejar su grata estela. Allí están también unos interesantes
textos de Juan de Dios Peza en un fragmento de “Altamirano íntimo” cuyo título
es: “Aquí no se sientan los indios”. Fue una costumbre de ciertas revistas de
la época recoger páginas de célebres autores nacionales, cuya tendencia
estuviese destinada a la exaltación de pasajes históricos, o de personajes
cuyas vidas representan testimonios heroicos o literarios de altos vuelos. Páginas
más adelante, y para no ser la excepción, también se incluye una de las famosas
“Leyendas históricas” de Heriberto Frías. Me refiero a “La desgracia de Tizoc”.
Infaltable también la “Sección poética” donde aparecen poemas de José Santos Chocano,
E. Torres Leal y J. Antonio Gómez. “Un cuento mensual” es el que entregó “A.M.”
y cuyo título es “El Medidor de la Infidelidad”
“Informaciones
noticias y comentarios gremiales” es un espacio en el que los lectores
potenciales por aquel entonces, debieron enterarse, por ejemplo de la discusión
del Proyecto de Convenio “formulado por nuestra organización”.
Las “Notas
Sociales”, “Deportes” cierran este número, aderezado también de la publicidad
que seguía respaldando el presupuesto para una entrega que ostenta digna
presentación.
[1] Disponible en
internet, marzo 23, 2015 en: http://www.sme.org.mx/
consultando la liga “C.C.T.” CONTRATO
COLECTIVO DE TRABAJO Celebrado entre Luz y Fuerza del
Centro y el Sindicato Mexicano de Electricistas 2008-2010, 612 p.,
p. 302-3.
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