POR: JOSÉ FRANCISCO
COELLO UGALDE.
En verdad que es preocupante el desdén que
siguen mostrando las autoridades, pero sobre todo el hecho de saber que la
justicia en México no es un elemento que se aplique por la parte de los
impartidores de la misma, ni desde el territorio mismo de la legalidad (véanse
casos recientes como el de Alberto Patishtán Gómez, o su contraste, el penoso
contraste de la cancelación del auto de
formal prisión a Elba Esther Gordillo, debido a los errores que se desplegaron
en la PGR y la Secretaría de Hacienda, como si se tratara de peccata minuta, y vámonos recio que aquí
no ha pasado nada…).
En este caso tiene que ver con la nota que
de nuevo, se localiza en una de las fuentes que parecen tener mayor
confiabilidad e imparcialidad al respecto del asunto que prevalece, con
respecto al lamentable caso del cobro indiscriminado que sigue consumándose por
parte de la Comisión Federal de Electricidad. Veamos su contenido y comentamos
después.
La Jornada, del 23 de
septiembre de 2013, p. 39.
Como ciudadanos de a pie, ya se podrá
concluir, no tenemos muchas esperanzas, a menos que llevemos apellidos de la
aristocracia política para ser escuchados, e incluso, en medio de una impunidad
que ofende, pero ofende a los demás, tener, a golpe de decisiones prontas y
contundentes la respuesta de lo que nuestros caprichos podrían dictar.
Pero eso solo sucede en el país de lo
imposible, no en México, y sucede para quienes somos un grupo más de la
comunidad, los hombres y las mujeres que salimos diario a las calles para
buscarnos mantener la vida en trabajos firmes o inestables. Pero mientras esto
sucede, la operación de un sistema que administra la que quedó marcada como “Empresa de clase mundial”, no tiene empacho en seguir aplicando sus criterios, decisiones,
cortes y amenazas con aquello de las tarifas que siguen sin encontrar control y
que afectan lo mismo a consumidores domésticos que industriales, en unos
vaivenes, en unos bandazos inexplicables que, muchos me dirán, -pero si esto
también pasaba con Luz y Fuerza del
Centro-. En efecto, pasaba, pero al menos y en medio de todas las circunstancias,
se generaba un acercamiento entre las partes con vistas a resolver esos y otros
problemas. Hoy, con el autoritarismo característico de la CFE pocas esperanzas
les quedan a los afectados de encontrar una salida afortunada.
Todo parece indicar que la lucha social, que
los movimientos y reclamos hacia lo injusto que son los sistemas prevalecerá para
un sistema político y administrativo que sigue manteniendo posturas de “ni los
oigo, ni los veo”. Si otra fuese su estrategia, resolver los pequeños y los
grandes problemas de un país, tendríamos esperanzas. Mientras tanto, seguiremos
padeciendo… pero también seguiremos insistiendo, seguiremos denunciando a estas
malas administraciones hasta encontrar el justo equilibrio.
26 de septiembre de
2013.
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