LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. LÍNEAS DE
TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Como
recordará el amable lector o “navegante” de esta opción digital, hace apenas
breve tiempo daba a conocer un material denominado: “Utilidades excesivas”
(Véase: http://kilowatito2009.blogspot.mx/2014/06/utilidades-excesivas.html).
En dicho material, proveniente a su vez de la Revista LyF conocimos el sentir de la empresa, es decir de la
Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. y sus SUBSIDIARIAS, sobre el
estado de cosas que arrojó el balance financiero de 1957. En esta ocasión, y
apenas un mes después de aquella confesión, por llamarla de alguna manera, en
la siguiente publicación, correspondiente al mes de julio de 1958, vendría una
nueva y sincera rectificación, en la que se daban a conocer nuevos síntomas de
una evidente crisis que veremos a continuación cómo fue que la plantearon.
Por tratarse de un texto muy especial, es necesaria cierta explicación para entender sus circunstancias, las
que fueron llevando a dicha empresa a condiciones en que lo mejor y más viable
era una nacionalización, misma que desde estos problemas ya estaba contemplada,
aunque no se dijera directamente. Sin embargo, el cuadro que arrojan cifras,
comportamientos y demás aspectos que le eran consubstanciales, dejan entrever
ese proceso de liberación en el momento en que ni había posibilidad de aumentar
el capital social pensado a partir de sumar a su esquema original nuevos
accionistas o echar mano de una incómoda solución: obtener créditos. Por tanto,
se percibe una Compañía de Luz y Fuerza Motriz, S.A. en crisis, si no en
bancarrota, muy cerca de ese límite en el que los focos rojos ya se encuentran
encendidos enviando señales de alarma.
Después
viene toda una serie de explicaciones que en términos económicos y financieros
tienen sentido, según el grado de aspiración al que pretendía llegar la propia
dirección de la empresa, pero se sabía comprometida puesto que en los programas
de obra a mediano o largo plazo, estaban presentes más plantas de generación,
líneas de transmisión, subestaciones, alimentadores y redes de distribución,
oficinas, sucursales, talleres, etc. Y en buena medida cumplieron, pero se fue
acabando el gasto corriente, el capital a disposición para poder seguir
manteniendo ya no sólo una empresa en riesgo, sino la garantía de poder responder
en el pago de la nómina. Por ello, fueron los mismos directivos quienes ya en
1960 tuvieron un encuentro previo con el Lic. Adolfo López Mateos en el que plantearon
el dilema sobre el futuro de tan noble empresa. Después, y como sabemos, vino
la decisión que el propio López Mateos consumó en la nacionalización de la
industria eléctrica, con lo que surgió en el nombre de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. una nueva época de
estabilidad y crecimiento en este sector tan prioritario para el país
Fuente: Revista
LyF, Año V, N° 47, de julio 1° de 1958, p. 1 y 2.
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