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domingo, 15 de junio de 2014

CAMPAÑA DE SEGURIDAD E HIGIENE y CONCIENTIZACIÓN EN LA REVISTA LUX DE 1945.

LA PUBLICIDAD DE LUZ y FUERZA A TRAVÉS DEL TIEMPO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.



   En nuestra empresa, Luz y Fuerza del Centro, supimos durante mucho tiempo que uno de los elementos con los que se trabajaba permanentemente era la electricidad. Corriente y voltaje tendrían que haberse manejado con el suficiente respeto, puesto que los valores de tensión eran tan elevados, que ponían en riesgo la vida del trabajador, siempre y cuando este cometiera un error o sobrepasara sus límites de habilidad, soportados en un alarde de capacidad con la que no contaba expresamente. O simple y sencillamente si alguna circunstancia fuera de la “Bitácora” pudiese generar el accidente. Por muchos años, los índices de accidentes ocasionados por descargas eléctricas, mismas que provocaban, entre otros daños la fibrilación ventricular y quemaduras por donde atravesaba esa corriente el cuerpo del trabajador, traían por consecuencia la incapacidad permanente y hasta la pérdida de algún miembro importante. De ahí que tanto la empresa como el Sindicato pusieran atención relevante en un apartado que poco a poco se consolidó con la creación de diversas comisiones de Seguridad e Higiene que tuvieron, entre sus propósitos más destacados sensibilizar al personal para evitar accidentes. Sobre todo entre las cuadrillas de trabajadores que tendrían que enfrentar en alta o baja tensión las posibles descargas (en el entendido de que con la “licencia” y autorización de librar el circuito a atender, no significaba que este quedara del todo fuera de servicio, pues por sus líneas seguían circulando corrientes que podían seguir poniendo en peligro a los “linieros”).
   La famosa “plática de los cinco minutos” fue todo un experimento en casi todos los centros de trabajo en donde el personal tendría que realizar permanentemente actividades de este tipo. Dicha plática funcionó muy bien, pues ponía en alerta, desde el Ingeniero residente responsable, pasando por el sobrestante y todos los demás integrantes, que creaban verdaderas alianzas con objeto de realizar auténticas cirugías en las redes de baja o alta tensión, siendo estas últimas donde la ejecución de complejas labores, ameritaba siempre extender nuestros respetos a quienes subían hasta lo más alto de las torres de las líneas de transmisión (donde circulan valores de 85 mil, 230 mil y hasta 400 mil voltios). Ya estando en los copetes, su labor era la de realizar cambios en las cadenas de aisladores, en las “pistolas”, cambio de cable, tanto de aluminio como el hilo piloto, y otros alardes. Del mismo modo, también en baja tensión (con valores que oscilan entre los 13.2 y los 23 Kv). Del mismo modo, revisión de crucetas, cambio de aisladores, elaboración de “by-pass”, cambio de cuchillas y otras circunstancias. Y no se diga de aquellas otras maniobras en los pozos, en donde también se encuentran los cables subterráneos, los transformadores sumergibles. En fin, que con una visión bastante general de las cosas, y con apenas una vaga idea sobre aquellas labores de extrema ejecución, era importante evitar lo inevitable.
   Por tal motivo, me parece oportuno traer hasta aquí el tipo de publicidad que se manejaba, por lo menos durante el año de 1945, siendo LUX. La revista de los trabajadores el vehículo de transmisión de dichas campañas. Es mi deseo transmitir desde aquí un sentido reconocimiento a todos quienes de una u otra forma realizaron estas labores, contando para ello con los enormes índices de riesgo que eso suponía, pues todos ellos se enfrentaban ni más ni menos que a la “yerba”, expresión coloquial con la que entre nosotros, los electricistas llamábamos o denominábamos así, con el consabido respeto al voltaje y a la corriente.

   Los ejemplos seleccionados, corresponden a los números de enero, febrero, marzo y mayo de 1945. Col. “Fátima Alvarado”.





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